Las Quince Letras

creo que el día q fui fue un mal día, estaban como se dice con casa llena, lo cual denotó que no están preparados para tal situación, el sabor de sus platillos se podría decir q bueno ya que la gastronomía oaxaqueña es buena en si, pero si me dejo un mal sabor de boca y el lugar esta bonito lastima del servicio.

El quince letras es un restaurante clásico muy recomendable por su exquisito mole, con una decoración sencilla pero muy bonita, tiene música viva (marimba) es un buen lugar para probar los siete moles que todos están buenísimos, es un restaurante pequeño que busca complacer al comensal con su sazón casero, puedes probar la típica comida oaxaqueña, tlayudas, chapulines, tasajo, etcétera, el personal es muy amable pero tardan un poco en servirte los alimentos.
Considero que algunos de los aspectos en los que tendrían que mejorar es la cantidad de mole que sirven en el plato es muy poco, a mi parecer el arroz no es hecho en el momento, un mole así de delicioso con un arroz esponjoso hecho en el día estaría genial, pero se nota que esta recalentado, un mole exquisito con un arroz duro es lo más decepcionante, al igual que el pollo que también esta algo duro.

¿Quieres enamorarte de la gastronomía oaxaqueña?, pues este es el lugar indicado ya que cuentan con una amplia variedad de platillos de la región dentro de su carta.
Solo les voy a mencionar algunos, mis favoritos los chapulines, también hay queso fundido con chapulines o con chorizo, prefiero mil veces con chapulines o también un queso fresco asado también con chapulines, o si quieren algo más pesadito pues un tasajo asado no estaría nada mal, pero deben probar el estofado almendrado ya que es una delicia, debo confesar que no soy tan fan del mole, me quedo con mi mole poblano aunque el de oaxaca es rico, y aquí también lo puedes disfrutar.
Aah!!, casi lo olvido, por favor debes probar el «verde» o mole verde, es una delicia, me sorprende la intensidad del tono verde, y el sabor es exquisito.
Seguro saldrás de aquí satisfecho y no solo por el sabor si no también por la calidad en su servicio.

Las quince letras es de esos restaurantes que tienen un sello muy personal, me gusta comer en el jardín ya que tiene mesas como de fonda pero las decoraciones y los murales que tienen relatan la historia de Oaxaca en sus principios.
También tiene unas mesas dentro pero lo mío es el aire libre, así que se los recomiendo mucho.
Es un restaurante sencillo, nada elegante y perfecto por si vas de paso y ya tiene hambre, también si te gusta la marimba pues es perfecto, en lo personal la marimba es buen acompañante para comer y pasar un rato muy tranquilo como a las tres de la tarde.
Tienen una carta muy amplia y les recomiendo que prueben el arroz con mole, pero si piden esto, pregunten si el pollo es del día ya que en ocasiones no lo es y es un poco duro, los empleados son muy amables así que no tendrás ningún problema y tu estancia será buena.

Lo clasifico como uno de los mejores lugares para desayunar en el Centro Histórico, las enmoladas con pollo y las enfrijoladas son deliciosas, muy buenas porciones, es más nunca me he terminado un desayuno completo y menos porque su pan dulce es muy bueno y es inevitable no comerlo antes de la llegada del desayuno.
El lugar a la hora de la comida es muy demandado, en la mañana es más tranquilo, la zona del jardín es excelente, fresca y con más espacio, el servicio en general es bueno y rápido.
Este restaurante es un clásico de Oaxaca que no puedes dejar de visitar. Además de sus desayunos, también sus moles son excelentes.

Este restaurante es de aquello de los que no debes subestimar sólo por su apariencia. En la entrada todo parece ser un restaurante bastante pequeño, pero al entrar te sorprenderás al ver que es muy amplio. Cuenta con área de jardín donde también puedes sentarte a comer bajo las sobra de uno frondosos árboles que te dan la sensación de estar en casa. Su nombre es algo tan ingenioso que a mí la verdad es lo que más me llamo para entrar a comer aquí. El sazón de todos sus platillos es buenísimo, en especial si pides un moles los cuales son sus especialidades.
El ambiente que se vive aquí es muy formal, excelente para reuniones serias como negocios. El servicio y la atención de todo el personal es estupendo. Tienen el servicio de reservación, el único inconveniente que le encuentro es que no cuentan con estacionamiento por si vas con tu carrito tendrás que buscar donde estacionarte antes de llegar al restaurante.

Este es un restaurante que solo se puede definir como: totalmente Oaxaqueño. Las Quince Letras lleva una eternidad dando servicio, con un menú típicamente de comida de Oaxaca. Se encuentra en Abasolo entre Av. Juárez y Pino Suárez, en el Centro Histórico. Al pasar por ahí, no te das cuenta de que es un restaurante, a lo mejor solo por el anuncio en la puerta, ya que es una antigua casa y la entrada parece pequeña pero el local no lo es.
Al entrar, tienen un pequeño cuarto donde con mesas, con otro marco que lleva a un cuarto más amplio con aún más mesas, el cual a la derecha tiene una salida a un patio, el cual es el mejor lugar del restaurantes. Sirven cosas muy tradicionales, de las que si eres orinduo de Oaxaca estarás muy acostumbrado, y si eres turista seguro te gustarán. Recomiendo una buena sopita de guías y una botana oaxaqueña, donde lo mejor son los chiles rellenos.

Este restaurant es tradicional, me da un poco de risa porque hubo un tiempo en que mi familia resolvía todo aqui ya saben cumpleaños, graduaciones todo, así que lo conozco muy bien.
Desde la calle se ve un lugar pequeño pero dentro es amplio, les recomiendo que se sienten en el patio, las mesas están bajo unos frondosos árboles, van a sentir como si estuvieran comiendo en casa.
La comida que les recomiendo es el menú del día el cual consiste en una sopa, spaguetti, un guisado y postre toda la comida es casera, también tienen un menú a la carta.
Elservicio es bueno porque no va mucha gente, los meseros siempre son atentos y los dueños están al pendiente del lugar.
En las fiestasde julio este restaurant participa en el festival de los 7 moles, así que no dejen de venir a probar una comida 100% oaxqueñay casera.
Los precios no son baratos pero lo vale el sazón.

Este restaurante lo conocí gracias a un desayuno que organizo uno de mis hermanos para celebrar la primera comunión de una de sus hijas. Fue un desayuno muy rico y mas por ser en familia.
Me gusto mucho el ambiente de este lugar, a partir de esa fecha he visitado regularmente este restaurante. Ya sea solo, con amigos o con la familia.
Desde la calle parece un lugar pequeño, a la entrada hay unas cuantas mesas, mas adentro hay un espacio mas grande, frente a la cocina, de ahí pasas a un patio muy amplio, donde hay mas mesas, así que puedes escoger entre estar en la parte techada o al aire libre, para mi gusto siempre nos vamos al patio, es muy fresco ya que hay bastante vegetación.
Para la hora de la comida puedes pedir a la carta o el menú del día, si quieres algo rápido te recomiendo el menú del día, o si quieres algo mas laborioso puedes pedir a la carta, de todas formas lo que pidas tiene muy buen sazón.
Si se te acabo el efectivo, puedes pagar con tarjeta, lo mejor es llegar caminando ya que en esa calle es muy complicado estacionarse, hay un estacionamiento a media cuadra.
El personal es muy atento y amable, todo lo que pides te lo llevan de muy buena manera y muy rápido. La cocina de este lugar es genial.

Cocina Oaxaqueña con el toque de sazón casero, es una definición del restaurante Las quince letras. A unos cuantos pasos del andador turístico puedes probar la típica comida oaxaqueña de tlayudas, los 7 moles de la región, chapulines, tasajo, etc.
El ambiente muy agradable y un excelente servicio, la comida fabulosa y realmente oaxaqueña sin pagar demasiado. Tienen wifi, y es un cálido lugar para asistir con la familia en un fin de semana.

Lo mejor de este lugar es el enorme árbol que cubre el jardín, pero te explico, se trata de un lindo restaurante de comida oaxaqueña que ya tiene muuuchos años de existir y en este caso «la experiencia hace la diferencia», ya que ofrece distintos guisos oaxaqueños, desayunos riquísimos con un esmerado servicio y en un lugar realmente bonito y apacible.
En mi visita más reciente fui a desayunar, pedí mis infalibles enfrijoladas, el café de olla y la experiencia fue bella: disfrutamos enormemente del momento y la cuenta fue justa, sin embargo lo que más recuerdo fue la sobremesa: nos quedamos un buen rato charlando abajo de ese gran y bello árbol, no hizo falta nada más que el lugar (y el estómago satisfecho) para disfrutar de este agradable espacio.

Cuentan con un sazón tradicional. Las quince letras ya es antiguo y se ha caracterizado por mantener un sabor tradicional y muy oaxaqueño en su comida, como si mamá o abuelita lo hubiese preparado. Es mejor sentarse en el fondo pues es un área abierta, rodeada de plantas.
Cuando voy con mi familia pedimos la botana Oaxaqueña para comenzar a picotear en lo que nos traen los platillos principales, esta bota alcanza como para 4 personas o 5 depende que tan comelones sean ya que trae de todos, cecina enchilada, asado, quesillo, quesadillas, memelitas, de todo un poco.
Puedes empezar tu tarde pidiendo sus cremas, sopas o caldos que son muy ricos. Lo que si si Wi-​Fi no llega con buena señal al patio.

Este restaurante tiene fácil más de 20 años en servicio. Siempre fue muy curioso el nombre el que tiene, cuéntalo. Están especializados en comida oaxaqueña.
El restaurante tiene al fondo un patio muy muy fresco, con una pérgola y muchas plantas, yo les recomiendo que se sienten ahí.
Para la comida, casi siempre suelo pedir la botana oaxaqueña, que tiene quesillo, cecina enchilada, chiles rellenos, tasajo, chicharrón, todo acompañado de unas ricas tortillas.
Los moles tienen una mención aparte, mi favorito ahí es el estofado de pollo. Este restaurante también suele participar en el festival del mole de caderas y puedes encontrar este peculiar platillo durante el festival.

Un lugar que por fuera parece ser pequeño, pero por dentro es más grande de lo que aparenta; sus platillos y la cocina del lugar buscan rescatar las más arraigadas tradiciones de la cocina oaxaqueña.
Cada uno de los guisos, te transporta a los campos de la ciudad, los propietarios son realmente amables y buscan complacer el paladar de sus comensales; el agua de chia y un platillo como el verde, son los que atraparon mi atención.
El lugar y su ambiente son realmente muy naturales, en su interior hay un corredor y un pequeño patio en el que encuentras plantas y enredaderas que formar grandes obras vivas naturales.

Yo lo considero un restaurante para señores, ya que aunque su estilo no es elegante, se presta para las formalidades de una comida con los compañeros del trabajo, para cerrar algún negocio o pasar la tarde con tus padres o abuelos. Mi experiencia en particular así ha sido, ya que a mi abuelita en lo particular le gustaba venir aquí, la razón, su sazón muy arraigado a los platillos típicos.
Este lugar de nombre ingenioso y apariencia pequeña, cuenta con un área de jardín que es mi preferida para la hora de la comida. Es un espacio intimo entre la vegetación del lugar y la música ambiental que hace agradable la estancia. Los meseros siempre están atentos a tus peticiones y siempre tienen agua de temporada lista y fresca para ofrecer con tus alimentos, aunque también tienen naranjadas y limonadas, estas ultimas tienen un sabor peculiar, ya que lo que hacen es licuar el limón entero con todo y cáscara, lo que le da un toque amargo pero agradable a la bebida.
Mi opción para comer aquí es el amarillo de res, pero su carta es vareada en cuanto a platillos típicos, si no eres muy arriesgado o solo eres fan del sazón de tu madre o abuelita en lo que a comida típica se refiere, también las quesadillas con guacamole están ricas.
Tienen servicio de reservación para grupos, lo que es muy conveniente si tienes planeado asistir con varios comensales. Es algo complicado encontrar estacionamiento frente al restaurante, pero a la siguiente cuadra y a la vuelta hay un par de lugares pagados que quedan bastante accesibles.

Ideal para las reuniones en grupo!
Este restaurante por fuera se ve muy pequeño, pero al entrar el lugar se vuelve grande y espacioso. Hay un área con mesas en el jardín que hacen que el ambiente tenga un toque natural y se vuelva muy relajado.
El menú es extenso y ofrecen comida típica Oaxaqueña. Mi platillo favorito es el estofado acompañado de una rica agua fresca de temporada.
El lugar es limpio, con música ambiental y el servicio y atención por parte del personal es excelente.
Puedes reservar si vas a tener una reunión en grupo y elegir el menú para todos los comensales, ellos tendrán todo listo y sin contratiempos.
En promedio, por persona, llegas a gastar entre 150 y 200 pesos.
No cuentan con estacionamiento propio pero puedes encontrar uno a media cuadra del restaurante.

Hola amig@s:
Otro de los restaurantes de tradición y comida oaxaqueña en la ciudad de la Verde Antequera es «Las Quince Letras», el cual lleva ya varios años dándole gusto al paladar de sus comensales. El lugar es muy limpio, tranquilo y muy acogedor para los que prefieren tener una reunión formal o simplemente tomar alguna bebida.
Todos los productos que utilizan para elaborar sus platillos son naturales y propios de la región, además aprovechan los recursos y productos que les ofrecen los productores locales y así ayudan a la sustentabilidad de la tierra y del medio ambiente. También utilizan frutas y verduras de la temporada, y tratan de que el proceso tanto de producción de sus alimentos, elaboración de sus platillos, y el disfrute de los comensales sea satisfactorio, no dejando a un lado que la capacitación de su personal en la atención a sus clientes sea de calidad.