Desde hace tiempo había querido venir aquí, siempre me llamó la atención la imagen del restaurante con el logo de néón, además de que mis familiares siempre me hablaban acerca de como esa cafetería ha estado ahí por mucho tiempo. Mis expectativas sobre el restaurante siempre fueron altas, era el único negocio el cuál quería checar, pero no había tenido la posibilidad de hacerlo, hasta hoy. Primero lo primero, el ambiente es muy tranquilo y la decoración es más que agradable, los colores de las paredes, los muebles, adornos, y las pinturas que tienen en la pared, detrás del mostrador donde tienen todos los pasteles y postres, además de la iluminación, le dan un buen toque. Las bebidas son variadas, desde espressos y café calientes, o tés, hasta frappés de oreo o rompope, además de que los precios no están caros, pero tampoco son lo más barato(Un Mocha con crema batida cuesta $ 35 en tamaño pequeño, y $ 39 en tamaño grande.), y los cafés son ricos, no lo negaré, la crema batida fue excelente y el mocha no era demasiado dulce, tenía un buen«balance» en ese aspecto, haciéndolo muy placentero para mi paladar. Además de eso, como ya mencioné, el ambiente es muy tranquilo, perfecto para ir con algunos amigos y charlar por un buen rato mientras disfrutan todos sus cafés, pasteles, tés, croissants, etc. sobre todo porque la mayoría de los lugares son sillones, lo cuál es naturalmente, más cómodo. Hasta ahí, todo bien, pero hubo un gran problema que arruinó la experiencia en su mayor parte para mí, y eso fue el servicio. Habían tres personas trabajando en el café, una mesera, y dos otras personas detrás de la barra, que supuestamente estaban preparando los cafés, pero la mayoría del tiempo se la pasaban bromeando y riéndose, lo cuál, realmente no debería ser problema, la felicidad de otras personas no tiene porque ser algo reprochable, pero en este caso, por andar bromeando, no aprovechaban el tiempo para preparar las bebidas lo más rápido posible, mientras que la mesera tenía dificultades atendiéndonos y a las demás personas(Al momento de llegar, le tomó tiempo entregarnos la carta después de preguntarle si pedíamos directamente en la barra o nos entregaba carta, además de que después de entregarnos la carta, nos dijo que en 15 minutos vendría a tomar nuestra orden; pues nada, tuve que llamarle para que viniera a tomar la orden a final de cuentas. Otra cosa es que después de nosotros, llegaron otros clientes que se sentaron al lado unos minutos más tarde, en el momento en el que nos fuimos, apenas les estaban entregando sus bebidas.), aún después de pasar un buen rato para que nos entregaran la carta y nos atendiera, tuvimos que esperar otro rato para que nos trajeran un café Mocha pequeño com crema batida y una rebanada de pastel de chocolate($ 43), de lo cuál, me pareció curioso que me entregara el café primero, y el pastel un buen rato después. Mi acompañante quería pedir un croissant o chapata, pero la variedad era más que decepcionante, las opciones eran chapata o croissant, ambas de queso con jamón, y ya; mi acompañante es vegetariana y lo mencionó, quería saber si podía pedir algo con menos ‘cadaver de animal’, pero le dijeron finalmente que no. Ahora, a partir de aquí es más una sugerencia y opinión que nada, si estás leyendo a estas alturas, puedes decidir si lo tomas en cuenta o no; soy un fiel partidario de la libre empresa y la importancia de la opinión del consumidor y la atención a sus necesidades por parte del proveedor(Así como también, de la libertad del proveedor de manejar su negocio como lo desee, pero la libertad tiene consecuencias, y en este caso, la consecuencia viene en forma de esta reseña: Información), y me parece que hubiera estado bien y habría cambiado mi perspectiva sobre la cafetería por completo que la mesera hubiera tratado de arreglar eso al ofrecer una chapata o croissant con más queso y/o algunas verduras de más para reemplazar el jamón, pero todo terminó con un ‘no’ más que decepcionante. A final de cuentas, hay aspectos negativos y positivos sobre la cafetería, para resumir, está bien si eres una persona a la que no le molesta el servicio lento, y se interesa más por charlar con algunos amigos por un buen rato, estudiar o trabajar en un ambiente agradable con un buen café, pero por el otro lado, si eres una persona a la que le molesta un servicio lento y cuenta con poco tiempo para tomarlo por cualquier razón, o si eres una persona vegana que tiene ganas de algo que no sea postre y no tenga carne, o cafés con leche específicamente de soya u otro tipo de leche extraño, no lo recomendaría; al final, todo depende de las opiniones, gustos, y necesidades individuales. Como dice la calificación de dos estrellas: «Meh, he probado mejores.» No superó o coincidió con mis expectativas.
Antonio J.
Tu valoración: 4 México, D.F., México
Lugar super tranquilo y rico. El pastel de chocolate es buenisimo igual que las baguettes. Ciertamente el lugar no es nada barato, el café es bueno sin llegar a excelente, lugar ideal para pasar una tarde de café
Alaíde V.
Tu valoración: 4 Mexico City, México
Definitivamente, Sweet Flavors es uno de mis lugares favoritos para ir a platicar con alguien. Por afuera, parece que tuviera 50 años; el edificio es viejito y está un poco descarapelado, y su logo en luces de néón parece gritar Hey sixties! Pero por adentro, es moderno y acogedor. Tiene, creo, más sillones que sillas, eso se agradece siempre. Además, casi todas las mesas dan a la ventana y la vista es divertida: el ir y venir de la gente en la calle. Me gustan los colores del mobiliario y la decoración, realmente se está a gusto aquí. Las bebidas son ricas, hay tés, cafés y chocolates fríos y calientes. También la comida: chapatas y postres. Recomiendo el pastel de zanahoria, es bastante húmedo, más cercano a un pastel que a un pan. También el de mil hojas de guayaba(no siempre hay, ¡se acaba!) y el de elote. El servicio es bueno, las meseras son amables.
Pablo M.
Tu valoración: 3 Mexico City, México
Este café ha sabido evolucionar a lo largo de los años para gusto de los vecinos de la colonia Narvarte. Si al principio fue una cafetería básica con pocas opciones, ahora compite en decoración, calidad y ambiente con cualquier café gourmet de la Condesa o del corredor Reforma. Pero en lo que definitivamente es vencedora absoluta es en los postres, preparados in situ, y los precios, bastante bajos. Aquí, además de probar el café en sus distintas presentaciones, uno viene a disfrutar de la repostería, sublime y maravillosa: pastel mil hojas de guayaba, de queso con frutas rojas con galleta de chocolate, strudel de manzana, pastel de queso con mango o con zarzamora, panqué de limón… todo postre aquí es una aventura dulce. El rubro salado también se defiende: las chapatas y las crepas de jamón tienen mucha personalidad, así como los capuchinos de sabores. Como tip recomiendo apartar los sillones más escondidos del local. Son muy íntimos y románticos, además de ser ideales para ver pasar la tarde sobre la tranquila avenida de Cumbres de Maltrata.