Papá Chón

Buscando donde comer en la Roma encontramos a papa chon comida mexicana a muy buen precio además de ser petfrienly yo probé el tasajo simplemente delicioso con un agua de horchata tiene menú vegetariano si lo tuyo no es la carne, el servicio es rápido y amable y en precios también en promedio 130 por persona y comes bien. Ojo las tortillas están hechas a mano muy ricas de postre pidan el pan de elote pero sin lechera si no quedara muy dulce.

Nada como un buen plato de mole con pollo para comer, o que tal unos taquitos de bisteck con pico de gallo., en este lugar hay una gran variedad de platillos típicos mexicanos y lo mejor de todo es que no están carísimos como en la mayoría de restaurantes de esta zona que por lo regular los precios ascienden hasta los $ 300 y por poca comida.
Lo mejor del establecimiento es la atención y el servicio que proporcionan los meseros, el lugar a pesar de ser pequeño tiene mucho que ofrecer y no es para menos, hay incontables restaurantes de comida mexicana y ni hablar de los numerosos puestos callejeros que día con día nos invaden en la ciudad. Realmente es un lugar bastante recomendable, no te puedes perder los taquitos de cecina, la pancita en chile guajillo y mucho menos los chiles en nogada., los postres no se quedan atrás, mi preferido fue el arroz con leche y canela, también hay rebanadas de flan napolitano y pan de elote, después de probar todo esto seguro vas a querer volver.

Este local, en la esquina de las calles Córdoba y Guanajuato de la colonia Roma, quiso resumir la gastronomía mexicana (sin contar los platillos del mar), y en cierta medida, lo consiguió.
Muchas ventajas tiene Papá Chón en el rubro de los negocios de comida de la colonia Roma: es colorido, es barato y sobre todo: sus platillos son abundantes y deliciosos. El lugar funciona tanto a nivel turístico (trae a tus amigos turistas y queda como un conocedor) como local (los platillos son auténticamente mexicanos, además su mezcal está de uff).
Prueba la sopa azteca con chicharrón, picosita y calientita; los mixiotes de pollo o los tres tipos de mole (rojo, verde y negro). El cerdo en chile morita o la costilla en chile verde con verdolagas te volverán loco. Los vegetarianos amarán a Papá Chón pues aquí podrán disfrutar enchiladas rellenas de queso, tacos de jamaica o nopal sincronizado.

Sólo a unas cuadras del restaurante de comida mexicana ubicado en la plazuela Luis Cabrera, Papá Chon cuenta con una gran ventaja ante su enorme y altanera competencia… los precios, las especialidades de este restaurante no exceden los $ 85 y de sabor no dejan nada que desear. Puede ser que mi comparación no tenga cabida pero si no quieres despilfarrar y comer antojos y platillos mexicanos Papá Chon es tu apapachón.
Sirven entradas como: guacamole con chapulines, chalupas y tacos; especialidades: pollo con mole, chuletas en chile morita y mole de olla y aunque después de una de estas bombas puedas quedar destruido, haz un espacio para el pan de elote y el arroz con leche de este lugar, nada muy empalagoso, todo en su punto.
En época de fiestas patrias te recomiendo los chiles en nogada que están bien servidos y no tendrás que pagar hasta $ 200 por lo febril de la temporada.

Papá Chón en la calle Córdoba se especializa con orgullo en comida mexicana. Es sin duda un restaurante pero da un aire a fondita. Los colores que a veces pueden resultar clichés, aquí son embriagantes. Por alguna razón esos turquesas vibrantes con rosa mexicano y papel maché son perfectos. Este lugar celebra el ser mexicano hasta en los cubiertos y vajillas tradicionales de barro.
El menú es 100% comida mexicana, desde entradas que incluyen guacamole con chapulines o tacos de cecina, hasta platillos tradicionales como chiles en nogada o mole de olla.
También cuentan con menú de desayunos, con excelentes chilaquiles con cecina (si esto no te quita la cruda, no sé que lo hará), unas enchiladas verdes o con mole y para esas almas en pena también hay pancita, pozole, cochinita y hasta birria. Tienes sed? Cuentan con buenos mezcales y otros licores.
El servicio y el sazón de los cocineros hace de este lugar medio «escondido» un lugar que vale la pena checar.