Noha

Lugar estupendo para tomar unas copas después de una buena comida o cena, copones, música y gente guapa. Tienen gran variedad en bebidas y catering de cachimbas premium las cuales estas muy buenas. Las copas rondan los 7 € como cualquier discoteca en Sevilla. Su interior es chiquitito y su ubicación complica el encontrar aparcamiento. Siempre recuerdo la hora de llegada, la de salida suele ser un misterio!!!

Siempre pasé delante y nunca me llamó la atención, ni el sitio ni la gente. Fui hace poco porque una amiga tenía copas gratis y como buena española: donde haya algo gratis allí estaremos.
Así que nos dirigimos al sitio en cuestión y aunque no es nada del otro mundo, las copas las ponen cargaditas pero sin mucha elaboración. La música es típica de los locales de esta zona: reggetón comercial, algo de electro comercial…
Lugar de batalla.

Un sitio que se precia de tener buenos gin tonics y no saben ni servirlos. La camarera llega con la botella y te pregunta «Cuanta ginebra?» Por favor, un poco de seriedad. Porque encima lo cobran como si lo hubieran puesto bien.

Las únicas veces que he ido a Noha han sido los sábados después de un gran almuerzo con los amigos, cosa que no sucede con mucha frecuencia. Noha es un buen sitio para ir de copas después de una comida opípara: «gente guapa», música DJ, ambiente oscuro,… y no mucho más. Hace tiempo quizá sí merecía más la pena, había gente de buen aspecto y te podías tomar por la tarde un cafelito tranquilo, pero ahora es una feria de vanidades que me repele bastante.
Las mesas de la terraza apenas dejan pasar a la gente por la acera de forma cómoda, por el precio de una copa te puedes comprar el lote entero en el chino de enfrente, la música la han subido bastante de volumen,… Vaya, ha ido a peor, y me da pena porque en sus inicios el local apuntaba buenas maneras, pero de seguir por este camino seguirá teniendo su éxito particular, aunque conmigo no cuenten.

De Moma a Noha. Las vocales y la ubicación permanecen, pero estos sitios no tienen nada que ver el uno con el otro.
El Moma hace unos cuatro años era una de mis discotecas preferidas, me gustaba la decoración, el ambiente y la musica, claro antes también me gustaba mucho la música electrónica, dance y house, ahora ya no tanto, y eso era lo que te ponían allí. Ahora como Noha es un bar de copas mas, con música mas bien comercial, aunque te pueden poner desde el tema ya cansino de Michel Teló, seguido de Melendi y su caminando por la vida y después una de Celtas Cortos, ¡toma ya rebujito! Que a mi me llega hasta descolocar.
En la entrada, donde antes se hacía cola (como Moma), ahora hay unos veladores, que a pesar de estar en diciembre a la 1 de la noche y con 5 grados de temperatura, curiosamente estan llenos, cosas que pasan en Sevilla, aunque tampoco se estaría mal, gracias a las estufas de pie. En ese sentido a la terraza, los nuevos propietarios si han sabido sacarle provecho. Dentro ya es otra cosa, antes se ponía super bien, ahora las dos veces que he ido no se ha llenado aunque había gente.
Siento comparar estos sitios cuando no tienen nada que ver, será que cuando entro en Noha, tengo la ligera sensación de que estoy en Moma, pero creo que solo es cuestión de la estructura, tardo poco en darme cuenta de que son dos locales diferentes.
Por su parte, Noha está bien por su propia localización, en esa zona hay mas bares, discotecas y restaurantes, por lo que no es difícil terminar aquí. Además, su tamaño pequeñito forma parte de su encanto. La media de edad es de 30 años.

Yo no soy muy de este tipo de sitios, pero siempre hay momentos en los que se ve una en la tesitura de tener que acoplarse al grupo.
Estaba con una amiga y su novio que había venido de Madrid. Habíamos quedado temprano para cenar los tres y luego íbamos a una de esas «Fiestas de la Mujer Barbuda» en la Obbio.
Queríamos hacer tiempo mientras llegaban los demás, así que, como mi amiga es más de ambientes «pijitos» pues nos fuimos al Noha.
Hábia una cena de empresa o yo qué sé, porque allí solo había gente muy arreglada, muy borracha, que bailaban y tonteaban unos con otros. Y nadie menor de 35 años…
La música era… tss… como si sonaran los 40 principales, más o menos. Y las copas y bebidas tirando a caras…
Además el sitio, aunque tiene una terraza enorme, luego por dentro no es muy grande. Tiene como un espacio en la entrada y luego otro «hueco» interior donde están los baños y una zona un poco más oscura.
No tuvimos más remedio que quedarnos en el paso de estas dos zonas, que era donde únicamente medio se podía estar.
Si te gusta salir maqueadísimo y te pilla medio cerca o necesitas hacer tiempo (como me pasó a mi) es buena opción. Si no, me parece que hay sitios mejores donde pasar la noche.