Mamá Inés

Hacía tiempo que al pasar por la plaza del Zurbarán me llamó la atención, por su coqueta y mona decoración, lo presentía como un sitio de detalles. Hace unos días tuve la oportunidad de ir a desayunar y decir que me encantó. Estar sentada en esa placita rodeada de naranjos y con el fresquito de la mañana no tiene precio, pero si a eso le sumamos la atención de sus dueños y lo rico del desayuno mola todo aún más!
Probamos la tostada de Guacamole con tomate natural, y estaba muy rica. Yo soy muy fan del aguacate para desayunar, así que, me encanta que cada vez haya más cafeterías donde lo incluyan para desayunar, además de las tostadas tradicionales. Y ojo con el tamaño, que están muy bien despachadas esas tostadas, tienes que llevar mucha hambre para comerte una entera o sino estarás empachado toda la mañana. De precio normal, relación cantidad-​calidad-​precio muy bien.
La atención como ya comentaba, muy buena aunque hay que ir sin prisa cuando están todas las mesas ocupadas.
Volveré para tomar algún cafelito o probar alguna de sus tartas.
Me declaro fan de Mamá Inés por ahora!

Se trata de una de las grandes perlas escondidas en el entorno de las Setas, la calle Regina y este nuevo «soho» sevillano. Mamá Inés es una pequeña cafetería ubicada en la plaza de Zurbarán en la que dos amables mujeres (madre e hija) te sirven un café muy decente y unos desayunos realmente atractivos y sabrosos, siempre con una sonrisa y un gesto amable.
Creo que, literalmente, tienen siete mesas en total: tres dentro y cuatro fuera. Siempre está lleno de gente que, poco a poco, han ido descubriendo que aquí se sirven algunos de los mejores desayunos de la zona.
Yo soy un auténtico fan de tomarme una buena tostada con crema de aguacate (o guacamole), con un poquito de aceite y sal. Una delicia. Además, el café aunque no es de origen ni especialidad, no está mal y lo sirven muy bien, aunque algo pasado de temperatura para mi gusto.
Tienen, además, tartas, infusiones y otro tipo de productos con opciones vegetarianas en su repertorio. Muy bien todo, hasta de precio.

Hace unos días acudí con Txema M. a esta coqueta y pequeña cafetería en pleno centro geográfico de Sevilla. Se encuentra situada exactamente en la plaza Zurbarán, y dispone en su exterior de un buen velador rodeada de naranjos, que en su época primaveral nos regala ese olor tan sevillano como el del azahar.
Pero como es un sitio donde dificilmente entra el sol, optamos por sentarnos dentro, muy acogedor y con pequeñas lámparas individuales en las 3 – 4 mesitas que hay dentro, al ser tan pequeño.
Acudimos a la hora de desayunar, por lo que al ver su extensa carta, optamos por tostadas y café. Para las tostadas tiene muchos acompañamientos que tal y como nos dijo la simpática camarera, son elaboraciones propias: Guacamole, tomate triturado, mermeladas, etc. Obviamente optamos por el guacamole, que estaba riquísimo. No sé que pensará Txema, pero café tuve que tomármelo con algo de azúcar, ya que no me pareció como para tomarlo solo (con leche, eso sí).
En cuanto al precio, bueno, me pareció que está por encima de la media de los desayunos que he tomado en la calle.
Aún así, la experiencia fue muy buena y espero repetir, quizás para la merienda, ¡que esas magdalenas tenía muy buena pinta!