¡Qué alegría saber que sigue existiendo este bar! No sé cuántos serranitos pude llegar a comerme durante una lejana etapa de mi vida en él… No suelo ir de tapeo por Triana y cuando lo hago lo tengo claro: Casa Manolo, Las Golondrinas o La Oliva; sin olvidar la freiduría de Rodrigo de Triana o los relíos del Santa Ana. Pero todo tiene su edad y en mi adolescencia, ir a comer al otro lado del río, era sinónimo de visita a El Escoboná. Hasta muchos partidos del Betis, ese Betis glorioso de Serra y Alfonso, los veía allí. Es un bar extraño por su situación y su disposición. Se sitúa, algo escondido, en un pasaje, y por aquel entonces, no sé si seguirá así, se fragmentaba en dos locales dentro del mismo. En relación a su comida, solo puedo opinar del serranito, que era lo que pedía allá donde iba. Estaba bueno. Lo apunto en la agenda: un día que ande por Triana tengo que volver a El Escoboná.
Jesus v.
Tu valoración: 3 Sevilla
Cuando era pequeño, normalmente las salidas siempre eran mi barrio triana, normalmente comíamos en triana y después salíamos por los remedios. Uno de nuestros bares estrellas era el escobona, estábamos en la edad de comer y claro nos gustaba mucha cantidad, allí siempre pedíamos lo mismo, el serranito, repleto de papas, las papas te rebosaban la bandeja, e incluso estaba encima del mismo serranito. El sitio es un bar normal, pero como esta en un pasaje entre Justino Matute y Esperanza de Triana, tiene mucho sitio para poner mesas, luego es ideal para ir un grupo grande, vas juntado mesas y puedes hasta hacer un bautizo. Últimamente fui con unos amigos y recordé mi adolescencia, ahora ya no pedimos serranito, al contrario no queremos engordar y todas las tapas las pedimos menos pesadas, comí choco frito que me encanta y un poco de ensaladilla que pedimos todos para compartir, los serranitos siguen siendo enormes, se los pidió un amigo y no se como pudo comérselo. El botellín de cerveza casi helado, uhmmmm que bueno.
Berta C.
Tu valoración: 4 Sevilla
Si eres de los que pasas de la cocina creativa, la fusión de sabores, los contrastes agridulces, el minimalismo gastronómico… Estás harto de muy buenas presentaciones pero tan poca cantidad que siempre que llegas a casa tienes que prepararte un bocadillo… Si lo tuyo es lo normal, lo de toda la vida, y cuanto más fritangoso sea el plato mejor te quedas… ¡Vente al Escoboná! Pocos trianeros desconocen este sitio, tan familiar, tan amistoso, ubicado en una especie de pasaje entre la actual calle Esperanza de Triana y Justino Matute. Aquí hemos parado generaciones de adolescentes llamados por su tapa estrella: el Serranito, y sí, lo escribo con mayúscula porque este plato así lo merece. El Serranito del Escoboná es mítico, podría hasta tener un monumento en Triana, o al menos así prefiero yo conservarlo en mi recuerdo… … Porque la verdad es que no hace mucho, después de años, volví de nuevo y ni me pareció tan grande, ni tan bueno, como en aquellos años pueriles en los que uno arrastraba más hambre y llevaba menos en la cartera. Será que las cosas cambian o ¿será que cambiamos nosotros?