Casa Diego

El Diego ese es un pinchauvas bastante maleducado. Perderlo de vista definitivamente es una alegría

Muchas visitas en bastantes años de toda la vida, al comenzar el calor vamos a este bar a comer sus riquisimos caracoles. Los mejores de Triana

Es un gran orgullo para mi hablar en esta reseña de Casa Diego. Es un bar en el cada vez que voy me encuentro muy agusto tomandome unas cervezas y unas tapas junto con los amigos. Su especialidad sin duda alguna son sus famosos caracoles. Las veces que me he desplazado de Mairena del Aljarafe para poder disfrutarlos. Cuando no es la temporada podemos disfrutar de otras maravillosas tapas. El local es muy pequeño casi no se cabe por lo que es tipico tomarte la cerveza en la calle. Hablar de Casa Diego es hablar de nostalgia, si sus paredes hablaran cuantas historias nos podrian contar. Muchas veces me suelo preguntar que magia tiene Casa Diego para que todo el que lo visita se quede encantado. Si mal no recuerdo llevo unos trece años siendo cliente de ellos y disfrutando año tras año de su magia y de ese barrio tan maravilloso que es TRIANA. Lo recomiendo.

Recuerdo pasear de pequeño por la calle Sánchez Arjona, ahora Esperanza de Triana, de la mano de mi padre y pensar: ¡qué pasa ahí! ¿Por qué tanta gente? Siempre veía las mesas de fuera de Casa Diego atestadas de gente, con platitos de caracoles y vasitos de caldo. Un espectáculo que nunca iba a olvidar. Posiblemente, por eso soy amante de los caracoles, si a tanta gente le gustaba, no podía ser malo.
Hoy, muchos años después, sigo acudiendo con asiduidad a Casa Diego. Un pequeño local trianero que ha visto pasar la vida del barrio durante más de 50 años. Cuando digo pequeño, me refiero a minúsculo. Todo un ejemplo de bar clásico, con una pequeña barra y apenas espacio para degustar sus manjares en el interior. Su punto fuerte son las mesas altas con taburetes de fuera. Este sitio es una referencia del mundo del caracol en Triana y en Sevilla. Compite en el barrio con otro gigante, el Remesal. Es como un Sevila y Betis. Macarena y Triana. La dualidad del mundo del caracol. No voy a entrar a valorar cuál de los dos es mejor ya que los dos son ESPECTACULARES. Cada uno en su estilo.
Los caracoles de Casa Diego son conocidos por su aliño diferente. Ligeramente picantes y con un sabor muy especial. Si no te ponen el vaso con el caldo, ¡pídelo! Las cabrillas también están extraordinarias, y, por supuesto sus montaditos y su marisco. Productos de primera calidad. Fantásticos para acompañar una cerveza bien fría o una copa de manzanilla. La relación calidad vs precio es estupenda.
En definitiva, uno de los mejores bares de tapas de Triana. No dejes pasar la oportunidad de pasar por Casa Diego y si es en época de caracoles, mejor que mejor.

Este bar siempre ha sido uno de los referentes de Triana a la hora de comer caracoles. Esta temporada lo sigue siendo.
Es un bar de lo más chicos que os podéis imaginar. Lo justo para una barra minúscula, un aseo, una vitrina para las maravillas que sirven y como no, para la olla de caracoles en época. O para cabrillas durante todo el año.
Entonces, ¿dónde se ubica la clientela?, como no podía ser de otra manera en nuestra ciudad, en la calle. Tienen muchos veladores de pie, donde encontraréis a decenas de personas sorbiendo conchas de gasterópodos.
Fuera de la época de caracoles, Casa Diego es un referente del tapeo en el barrio. Para el que os escribe mi top cinco. Las huevas de choco, las anchoas, el atún en escabeche, los mejillones en escabeche y cualquier montadito que os echéis a la boca.
Buon Appetito.

Hace mucho tiempo que no voy, pero hubo una época en la que iba todas las semanas.
Recuerdo que los caracoles de Casa Diego siempre me han gustado mucho, me encantaba ver la olla grande que ponen en una esquina y cómo te sirven el plato con los caracoles y el vasito con el caldito al lado.
No obstante, me quedo con la gran calidad que tienen los ahumados y marisco. Me gusta la variedad de montaditos y está muy bien para tomarse una cerveza bien tirada.

Pensar en caracoles es pensar en casa Diego, uno de los varios sitios de Sevilla que ostentan el título de los mejores caracoles. Y sin duda son de los mejores que cada temporada aparecen.
Este sitio, además, tiene el encanto de un lugar sin más que una pequeña barra y un minúsculo espacio interior y algunas mesas altas en el exterior para disfrutar de una cerveza bien fría acompañada de los ricos caracoles, un vaso de su caldito o los montaditos tan ricos que tienen. También es muy de pedirse aquí la hueva seca.
Pidamos lo que pidamos, el caracolismo trianero puro está asegurado en este lugar.

Muchos cuernos para tan pocos metros cuadrados. Así es como yo definiría este típico bar de Triana. Que nadie piense mal, que con lo de los cuernos me estoy refiriendo exclusivamente a los exquisitos caracoles que me suelo comer, como no podía ser de otra manera, acompañado del mayor devorador de babosas que jamás he conocido: mi hijito Pablo.
«Papá, ¿me has pedido el vasito de caldo?», me pregunta siempre el puñetero. ¡Cómo lo quiero!
En las mesitas altas de fuera se está de maravilla en verano. No es de extrañar que la gente utilice los coches aparcados como banquitos improvisados, ya que la anchura del acerado es bastante limitado ¡Anda, sin haberlo preparado me ha salido un pareado!
Me encanta esa barrita pequeñita estilo antiguo, esa vitrina llenita de manjares con sus botellitas en lo alto, esas cajas de vino y refrescos almacenadas a la vista por arriba por abajo, por dónde buenamente van pudiendo; también el ventilador, la tele, la escalera de aluminio, el extintor… y si es por la noche, hasta las sombrilla gigantes de Cruzcampo
¡Qué más quisieran los colegas del IKEA, tanto presumir de expertos en amueblar mini pisos!
Casa Diego, un gran bar en un pequeño local.
A mí me gusta una «jartá».

Si te gustan los caracoles ricos ricos tienes que ir a este Casa Diego: los «enganchados» a estos bichitos dicen que son los mejores de toda Sevilla… Yo alego que a pesar de no ser muy caracolera, cuando voy allí los como y hasta me bebo un vaso de caldito calentito (aunque haga 40 º a la sombra), ¡algo tendrán!
Casa Diego es de estos bares pequeñísimos (menos de 40 m2) en los que habitualmente acabas quedándote en la calle, en unas pequeñas barritas o en las mesas altas que casi siempre están llenas. Así que ahí estás tú, haga calor o haga frío, intentando robarle un pedacito de espacio al primero que se despiste, o si no te toca hacer malabares con la cerveza, la tapita, el bolso y el abrigo… Y aunque incómodo, en sitios como este uno se siente feliz, y vuelve a repetir, de nuevo a las horas que más gente hay, ¡merece la pena!
Además de los caracoles puedes degustar unos deliciosos mariscos: cañaíllas, nécoras, mejillones (mi padre dice que son los mejores que ha probado). También son irresistibles las salazones, ¡no te vayas sin probar las anchoas! No tienen nada que ver con las de latas que compras en los super. Y si tienes mucha hambre llénate con una par de montaditos, ya verás que tienes una amplia variedad para elegir.

Casa Diego, es un bar de barrio auténtico.
Cuando quedo con mi amigo Pablo solemos acabar la tarde (o comenzar la noche) tomándonos unos tintitos y uno caracoles en su puerta al fresco. Es además un bar no frecuentado en exceso por turistas, pues pilla un poco a desmano, así que el ambiente es más los Remedios en estado puro.
He de decir que soy un poco asqueroso para los caracolillos y cabrillas, y no en todos los sitios me fio y los como. Pero aquí están realmente buenos. Me vuelven loco las huevas de bacalao, y ya para perder el sentido es el montadito que preparan de palometa y queso fresco.

One of many Spanish tapas restaurants in the area but delightful nonetheless. I had a late dinner here with my sister and tried out a number of small plates. The tables outside were full of people enjoying snails (what seemed to be their most popular dish) and watching families and children enjoyed the square the restaurant is located on. The inside of the restaurant is small and tidy and we enjoyed all of our food.