Sushi Bar

La idea no era venir aquí, la idea era ir a Yokaloka pero estaba cerrado, había varias opciones y a mí me vino a la cabeza el famoso Sushi Bar/​japotalego el cual todavía no había tenido el gusto de probar.
El bar pues es eso, un bar cutroncio, con sus mesitas y su poco espacio.
Compartimos un nº 72 el cual consta de dos sopas de miso o arroz y un variado de makis, nigiris, sashimi y uramakis. Un total de 28 piezas. More than enough.
La calidad no es para tirar cohetes pero está bien, el precio es correcto y el servicio es bastante rápido y, al menos la chica que estaba en la barra que fue con la única que tuve trato, era agradable.
Lo citado más cuatro cervezas (tercios de Mahou a 2 € cada uno) hicieron un total de 38 €.

Pese a sus inconvenientes, es una manera muy económica de comer Sushi. La útlima vez que fui pedimos para dos personas un menú de 30 euros que incluía 6 makis, 8 californica roll, 8 sashimis, dos opas de miso y 6 nigiris. El principio temes quedarte con hambre, pero cuando acabas… te alegras de no haber pedido más. Los rolls llenan y están buenos. Los nuestros estaban cubiertos de unos fideos o similar crujientes que le daban bastante gracia.
Normalmente está vacío o medio vacío y no tardan en servirte. Recomiendo sentarse en la mesa más cercana a la puerta para que corra un poco el aire.

No sabía si volver después de algunas opiniones que he leído últimamente, pero hace poco nos arriesgamos. Si han bajado el nivel, yo no me he enterado: El pollo al limón, para mí, el mejor de Madrid. Las gyoza eran congeladas pero, eh, por menos de 10 euros por persona y saliendo a reventar, no nos vamos a quejar.
Aparte, la camarera es un amor y hace el sushi de puta madre y rapidito. Sigue siendo mi japotalego favorito para fin de mes (a no ser que me encuentre una cucaracha).

Es un sitio que descubrí también por recomendación de un amigo, atraído por sus buenos precios y calidad razonable, lo he visitado infinidad de veces. Tengo que decir que, con el tiempo, me ha ido desencantando un poco, no sé si es porque tengo la sensación de que la calidad del sushi ha bajado algo (principalmente) o porque llega a cansar un poco la falta de ventilación, el frío en invierno y el calor en verano, y la incomodidad de las sillas. Pero bueno, lo dicho, no puedes pedir sushi a precio de Mc Donalds y esperar grandes lujos, ¿no?

Muy fan de este micro sitio por su relación calidad precio! Ahora eso sí no esperes limpieza ni decoración … Es más, mejor pídelo y llévatelo a casa aunque tomárselo en la mesita del ventanal también tiene su encanto.
Muy fan de este micro sitio por su relación calidad precio! Ahora eso sí no esperes limpieza ni decoración … Es más, mejor pídelo y llévatelo a casa aunque tomárselo en la mesita del ventanal también tiene su encanto.

Sí, es barato, sí te sentirá como en Blade Runner, o aún peor, como en Soylent Green… Yo lo siento en el alma pero este sitio ha dejado de parecerme lo suficientemente salubre como para darle un aprobado y he decidido rebajar mi puntuación de las 5 a las 2 estrellas tras darle vueltas y más vueltas.
Con esa falta perpetua de salida de humos, el sudor del cocinero sobre las bandejas de plata, las uñas largas, las sorpresas, la sal oceánica que impregna su soja y el glutamato omnipresente. Ya no me atrae, desde luego entiendo que no se merece las 5 estrellas ni aún por lo extraño que me parece que este sitio permanezca abierto

Me encantaba este sitio por el buen precio y «el encanto de lo cutre» pero siempre confiaba en su calidad. El otro día me encontré un escarabajo mezclado con mi arroz para llevar. Evidentemente no pienso volver, y ojalá cierren, porque es la primera vez en mi vida que encuentro un insecto en mi comida.

Había intentado entrar varias veces a cenar en este sitio, pero siempre me había resultado imposible por la terrible cantidad de gente que tiende a invadirlo. Anoche, a pesar de ser víspera de festivo, decidí encomendarme a todos los santos habidos y por haber y recluté a uno de mis fieles escuderos para volver a intentarlo, y tuvimos la dicha de ser testigos de cómo una pareja abandonaba las instalaciones en cuanto entramos, cediéndonos así su mesa.
El Sushi Bar es tremendamente pequeño: 5 mesas para 2 – 3 personas y un par de taburetes en la barra, todo ello configurado por un experto jugador de Tetris para que quepa todo el mundo y haya sitio para servir. Por lo demás, es más bien frugal en decoración; vamos, que no hay: esto era un bar de toda la vida que fue adquirido y no reformado, y lo único que tiene es un televisor de fondo. Incluso el cartel del negocio consiste en letras de vinilo pegadas a la ventana.
En contraste con esta frugalidad/​caspa, la comida está demoledoramente buena: su pollo a la tailandesa es de los mejores pollos que he comido nunca, incluso si no le echas la salsa; el arroz mil delicias solo es superado por el arroz frito del chino del aparcamiento de la Plaza de España; los tallarines a la plancha están deliciosos, y encima te ponen una montaña que ningún ser humano sería capaz de terminar si la conjunta con otro plato. Lo único que no me pareció particularmente especial, a pesar del nombre del local, fueron los nigiri, que no me resultaban muy sabrosos (aunque no estaban secos) y en los que destacaba demasiado el wasabi para mi gusto. Claro que yo no lo haría mejor en mi casa, ni siquiera parecido, así que me quejo por vicio.
En definitiva, recomendable si andas por el centro y tienes la paciencia necesaria de esperar para sentarte en sus sillas plegables y comer un poco de comida oriental casera, aunque cuidado: el precio es estándar para este tipo de sitios, que no por ser casero se convierte en más barato.

Japo-​chino-​cutre donde los haya, pero al que hay que ir. Es TAAAN barato que pasar por allí y no zamparse una buena ración de makis es un pecado. Duele tan poco al bolsillo que si viviese cerca sería un sitio habitual (sobre todo a final de mes) para quitarme ese mono de japo que me entra a veces. Sólo con la calderilla que encuentres en el bolsillo, ya puedes cenar.
No es que sea el mejor sushi del mundo, ni que los platos sean excelentes, pero por lo que pagas, ningún sitio te daría más. Por poco más de 3 euros tienes 6 piezas de makis estupendas, por 7 € comes 8 piezas de futo makis o por 4,6 un buen plato de tallarines 3 delicias.
En la carta, un poco de todo porque en este sitio hay tanto comida japonesa como los típicos platos chinos de pollo al limón o arroz tres delicias. Todo mezclado.
La verdad es que a pesar de lo pequeño que es (4 mesas literalmente) no paraba de entrar gente y la mayoría de ellos pedía para llevar. Y es que tras su vinilo cutre en la puerta que pone «bar» y su apariencia de bareto cutre, se esconde un sitio en el que puedes comer bastante bien y a precios imbatibles.

No había estado nunca pero lo conocía del Unilocal y la verdad es que aunq el sitio es cutre y los camareros no entendían, los makis estaban muy ricos y eran grandes. El pollo al limón tb me ha molado. Creo que para llevar tiene que ser lo suyo.

A far cry from good (or even average) Asian food. Frozen dumplings, (not) sweet and (very) sour chicken, extremely bland (and extra salty) curry, and miso (may as well have been tap water) soup. I hope this isn’t how Madrid does Japanese/​Chinese food! If so, it’s pretty embarrassing.

Las cinco estrellas de Unilocal vienen a decir algo así como que «es tan bueno como parece». Pos no, mira, es bastante mejor. El sushi bar resulta desafiante como realidad intelectual: cuando entras, te quedas un poco patidifuso, quizá partiendo de presupuestos del tipo –un restaurante japonés es así, y asao… y un poco de maderita por aquí, y un gatico moviendo la pata y tal (no recuerdo si hay gato, pero vamos). A mí el local me recuerda una de esas cafeterías donde un hombre de mediana edad te sirve el café con el último croissant industrial que languidece tras la vitrina… otro te mira de reojo, levantando la vista del periódico.
Fui por primera vez hace un par de meses y, cuando volví, he de reconocer que me pareció encontrar un ambiente más salubre. Pese a todo, había vuelto, y eso ya era un indicio ¿no?
Los makis están deliciosos… hay unos envueltos en tempura que me molaron de manera particular. Nunca los había probado antes… y la sopa miso, bien rica, nada de echar unos cachos de tofu a hacer largos por el cuenco. Yo es que además, soy fan de la gastronomía japonesa.
Todo a buen precio y en cantidades representativas, y también te lo llevan a casa ¿qué más se puede pedir?

Probablemente este establecimiento viole varias leyes y normativas municipales pero, ¿a quién le importa? Porque, al igual que me pasó con Una Mica de Japó en Barcelona (cuando estaba instalado en aquel pasillo sin salida de humos, ni extractor, ni nada) mi mejor comida japonesa la he comido SIEMPRE en unos sitios que daban ascopena, también conocidos por el mundo en general como japotalegos. Sitios donde, además de riquísima, la comida está deliciosa.
En el caso del Sushi Bar, una recomendación: si vives más o menos cerca, pide para llevar. De lo contrario toda tu ropa se impregnará de un olor bastante chungo, difícil de quitar así le eches un bote de Febreeze o varios tarros de suavizante. Si eres chica, ten bien claro que después de esta experiencia tendrás que lavarte el pelo. Varias veces. O aún mejor: rapártelo.
Todos estos inconvenientes se esfumarán en el momento en el que pruebes la comida, que tampoco es japonesa en sí, sino chinojaponesa (de lo más antiguo). Es decir, en la carta encontrarás sushi, makis y todo eso, acompañados de arroz tres delicias, pollo al limón y demás especialidades chinas. ¡Y a unos precios magníficos! Ayer cenamos dos personas sopa miso, doce makis, arroz tres delicias, wan-​tun frito y pollo al limón por veinte euros de nada. ¡Y todo buenísimo! El sushi incluso lo hicieron delante de mí, en el momento, por lo que estaba fresquísimo. Muy recomendable.

Oh holy mother of god!
Coincido en que parece que uno este cenando en una sauna del humo que producen sus fogones. Hemos de suponer que si acuden al rudimentario cartel de helados en la puerta para oxigenar es porque las licencias le impiden instalar una salida de humos. Vamos a pensar que es problema de licencias y no de tacañería.
Me encanta la comida japonesa. Sí, lo reconozco mientras me desgarro la camisa por el lado izquierdo. Soy de esos modernos que aborrezco el pescado cuando me lo pone mi madre pero que me encanta el crudo cuando lo impregno en soja y wasabi!!! soy un pijo palillero aunque no sepa esquiar. Debido a ello, fui a la busca y descubrimiento de un nuevo japo-​talego.
Esto es un bar. Un bar-​cafetería de especialidad japonesas. Que nadie espere un restaurante. Ni mantel, ni tatami. Mesas de bar, sillas de bar, decoración de bar, pero con sushi, sopa de miso, makis, noodles, y más viandas de comida asiatica. Servido como en los bares. Con ese característico «ahi te lo dejo en la mesa, colocaroslo vosotros».
Me encanto. Por todo. Porque es un sitio con encanto de cutre. Porque la comida estaba increiblemente rica, y era suficientemente abundante. Desde luego por el precio. Pedimos el variado de sushi para 3 y acabamos saciados por menos de 10 €. Luego lo que te ahorras en comida lo gastas en detergente para la ropa, pero la experiencia merece ampliamente la pena. Bar que va directamente a la agenda de favoritos.

Este pequeño restaurante-​bar no podría estar mejor ubicado. A pocos metros de la Plaza Mayor y del turístico mercado de San Miguel se encuentra este establecimiento. A pesar de lo bien que esta situado no es un restaurante con mucha fama, lo cual agradezco y espero que dure antes de que todos sepan de su gran calidad y sus bajos precios.
El local es muy pequeño, tiene una diminuta barra con espacio para 4 personas y 3 mesas únicamente. Normalmente hay que esperar pero vale la pena.
La carta es una mezcla entre comida china y japonesa, tienen makis variados así como noodles, arroces, fideos chinos, empanadillas y muchos platos más. Para beber cuentan con cervezas chinas y japonesas como la Saporo. La comida siempre es muy rica y a un precio razonable comparándola con restaurantes del mismo tipo.
El servicio es siempre amable pero un poco lento debido a que la comida se prepara en el momento.
Como Sushi Bar no hay dos, la comida es muy buena y a precios bajos y sin toda la elegancia y parafernalia presente en la mayoría de restaurantes japoneses.
Muy recomendable aunque siempre haya que esperar.

Si estás por Sol o por el entorno de la plaza Mayor y te apetece comer japo, sin duda te recomiendo que te acerques al Sushi Bar, que está en la plaza del Comandante de las Morenas, muy cerca del Mercado de San Miguel.
En apariencia exterior el restaurante no es muy atractivo, y en su interior solamente hay cuatro mesas (literal). Pero los precios son muy asequibles y el servicio es muy agradable. Yo soy fan de este sitio.
La mejor opción es llevarte la comida, o si vives cerca y tu pedido es superior a los 13 euros, te lo llevan ellos a casa. Si tienes suerte de poder encontrar sitio en el bar, no lo intentes el sábado o domingo a partir de las 14:30 h, y no tienes idea de comer tallarines, tomate unos california maki (8,45) ocho piezas o unos koibito maki (8 p.) a 7,15 euros; y si vais varios, probad los variados de maki, sushi y nigiri, son deliciosos.

Me encanta la comida asiática, por eso salgo bastante a este tipo de bares y restaurantes. Por delante de este local he pasado varias veces, está muy céntrico y en un sitio de paso habitual, pero nunca había entrado a comer, no sé muy bien por qué, porque me encanta el sushi y los locales con pinta de rancios, dos cosas que este restaurante tiene.
El caso es que el otro día fui y fue genial. Tan sólo tienen tres mesas, con lo que es complicado a determinadas horas pillar mesa, pero si hay espacio y entras, ten por seguro que vas a disfrutar de una comida super rica.
La mujer que está tras la barra entiende y habla español a la perfección, pero creo que es la única, aunque suficiente para pedir y pagar.
Por 30 euros comimos dos personas. Nos centramos en comer sushi, que era lo que más nos llamaba. Por ejemplo, dieciocho piezas de maki variado de salmón, atún y nabo por 9,50 € y también tomamos empanadillas, que me pirran, y salen a 6 € aproximadamente. De hecho, debo decir que de los sitios que conozco es dónde mejor hacen las empanadillas, se reconoce perfectamente la carne, que en otros sitios es un amalgama de vete tú a saber qué es.
La bebida es barata, pero es que además no tuvieron objeción en ponernos una jarra de agua, que en cualquier sitio del centro te ponen mala cara cuando la pides o te ponen directamente el agua embotellada. También sirven a domicilio, por lo que se puede disfrutar de su comida tranquilamente en casita.