A mi hijo y a mí nos da por temporadas ir a tomar baños de vapor. A veces vamos al del barrio y a veces vamos a los baños Tláloc. A estos fuímos porque nos lo recomendó Toño Alvarez(que viene cada 8 días). Como buen pintor me recomendó meter a mi hijo al baño comunitario de mujeres, para que pudiera tener la oportunidad de ver las estética de los cuerpos de todas ellas. Lástima que se me pasó la edad. Hubiera sido extraordinario para su cultura visual, que lo hubiese llevado cuando era bien peque, porque ahora, con 8 años, al baño comunitario, ya no lo dejaron pasar. Según me cuenta Toño, en el baño comunitario de hombres puedes pedir que alguien te bañe. No sé porqué, pero en el de mujeres, no hay señoras que aquí lo hagan,(porque ya lo he solicitado). Normalmente nosotros rentamos uno para dos y nos tallamos que da gusto. Como dice mi amigo Bartó(entrenador cubano), el vapor«te destupe». Es muy barato y los baños están bastante limpios(claro, a lugares públicos ya sabemos que no debes, ni olvidar tus chanclas, ni sentarte sin tu toalla). Saliendo de los Tláloc, te puedes desayunar un tamalito de doña Lolita, que se pone justo en esa esquina.