Kii’wik

¡Wow! Ya quiero que venga alguien a verme para llevarlo a conocer.
Rico para desayunar, brunchear o comprar pan ¡esta brutal! (BOLITAS DE QUESO, TODAS)
El lugar muy bonito y cómodo, con espacio al aire, estacionamiento y valet parking, perfecto para no tener que caminar después de todo el pan que te vas a comer jajaja
Comencé decentemente con un pancito y mi café pero terminé arrasando con media panadería para después pedir unos chilaquiles que están para vivir día y noche de ellos ¡enormes y deliciosos!
Precio-​servicio-​sabor ¡justo y perfecto!

Agradable ambiente y lugar acogedor. Y buena atención. Mesas en terraza y adentro. Si quieres elegir mesa y estar adentro (con aire acondicionado) haz tu reservación. El menú yucateco y no es tan tradicional puedes encontrar variaciones interesantes como los papadzules de tortilla de clara. Si bien hay variedad de platillos, solo cuentan con dos paquetes. Precios acordes y en el promedio. Muy recomendable los panes dulces la mayoría con relleno y elaborados en su propia panadería. Huerta artesanal en la entrada a la terraza. Para regresar también solo por el café y pan o macarrón cualquier tarde con antojo.

Este lugar es otra cosa, en serio que si quieres desayunar algo delicioso tienes que venir aquí.
Me enamoré del café: orgánico, súper cargado y delicioso con ganas, con dos tacitas despiertas de volada.
Para acompañar tu café tienen una gran variedad de panes dulces, mi preferido es el muffin de semilla de calabaza con chaya (suena súper raro, pero te prometo que es de las cosas mas deliciosas que haya probado); y por supuesto, mi hit de este lugar son los huevos benedictinos, que en serio no tienen mommy.
Y lo mejor, al salir pasas por una pequeña boutique donde venden el pan para llevar recién hecho y los mejores macaroons de Mérida.
Lo padre es que toda la comida es orgánica y de hecho en la terraza puedes ver su huerto donde cultivan todas las verduritas de tus platillos, un MUST de los desayunos en Mérida, definitivamente

Kii’Wik esta ubicado en la avenida Garcia Lavín. En las mañanas funciona como un Café y en las tardes y noches como restaurante (Kuuk).
Todo en el menú es excelente, no hay nada que no sea de excelente calidad y tenga buen sabor y sazón.
El tipo de comida es mexicana gourmet, por lo que encontraras cosas como chilaquiles (de salsa verde o roja, con carne, pollo, huevo, claras), tortas de castacán con queso (deliciosas), quesadillas con epazote, huevos motuleños, etc.
Todo hecho con los mejores ingredientes y con una presentación perfecta.
Además de esto, todos los días hacen pan dulce fresco, y como tip… no pueden ir sin probar las famosas «Cronuts», tambien tienen conchas, bolitas de queso y hasta Macarons (que son los de mejor calidad que se pueden conseguir en Mérida).
El lugar es muy agradable y la atención nunca falla, por eso se ha hecho uno de los lugares más concurridos para desayunar en el norte de Mérida.

No soy una persona madrugadora, de hecho no simpatizo con las mañanas, pero en las que despierto para ir a desayunar en Kiiwik by Kuuk, estoy más feliz que Godínez un viernes, saliendo de la chamba y en quincena.

Cualquiera pensaría que siendo la versión matutina de Kuuk, un restaurante gourmet con premios y reconocimientos internacionales (cenas de 16 tiempos que duran como 2 horas y cuestan $ 900 morlacos) los precios serían un poco altos, pero no en realidad, te cuesta lo mismo que cualquier desayuno nice.
Cara rincón del lugar se puede convertir en tu nueva foto con más likes de Instagram, o sea, bellísimo. Cuando llegas y ves su pan dulce, que es horneado ahí mismo, se te abre el apetito. Las churronas son un churro del tamaño de una dona, también hay conchas, cuernitos, hojaldras, magdalenas y muchos otros que no podrás dejar de mirar con ojos de amor, se ven esponjositos y azucaraditos, plus, van perfecto con su cafecito, que por cierto, también es una cosa maravillosa.
De comer no te pierdas los Huevos Motuleños, los preparan con la receta del mismísimo Jorge Siqueff de Motul, Yucatán. Algo mágico debe tener la cocina que hasta las tostadas saben a gloria, tienen frijolito refrito espeso y delicioso, con un huevito estrellado bien sazonado, cubierto con salsa y acompañado con plátano frito ¿A poco no te acabo de describir el paraíso?
Las tortas o huevos con castacán igual están muy recomendados, tienen fruta con granola y opciones menos calóricas además de jugos naturales más frescos que el Príncipe del Rap.

«Kii’wik» viene de la lengua maya, y significa «plaza, kiosko o mercado maya». El nombre nace de la idea de promover la dulcería artesanal de la región entre nosotros los yucatecos, y de expandirla globalmente.
El concepto de este café-​boutique es la nueva cocina yucateca, creada originalmente por Roberto Solís (dueño de Néctar, situado a unas pocas calles de aquí), y luego promovida por Chef Ejecutivo Mario Espinosa, Eduardo Rukos y Director Pedro Evia (quien es dueño de otros restaurantes como Sensei, Cosa Nostra, etc.).
A diferencia de lo que muchos piensan, Kii’wik no sólo se trata de usar técnicas de la cocina molecular para ofrecer papadzules con espuma de pepita o esferificaciones de dulce de papaya; se trata de mostrar al comensal un menú con platillos de autor, pensados inteligentemente, y sobre todo con productos sustentables o sostenibles (pues tienen su propio huerto en la parte trasera… ¡siéntete libre de pedir un recorrido!).
Está abierto desde las 7 de la mañana hasta las 12 de la tarde, y ofrece una gran variedad de desayunos yucatecos (los papadzules con «tortilla» de clara de huevo o las empanadas de quesillo son deliciosas, y mi favorito: los chilaquiles Kii’wik, con carne ahumada de Temozón).
En la mera entrada está la boutique, donde puedes encontrar a la venta el delicioso café que preparan ahí, varios libros de cocina mexicana vanguardista creados por Eduardo Rukos, una excelente diversidad y calidad de panadería, dulcería mexicana contemporánea (prueben los macarons –tienen varios sabores que personalmente me sorprendieron: mezcal, mole, lima-​).
Y finalmente, los precios son bastante buenos para lo que obtienes en tu visita (pedí un plato de chilaquiles Kii’wik y un jugo de arándano y betabel con un costo de menos de $ 200 en total).