La Taska Sidrería

Fui con mi pareja a cenar para gastar un cupón por valor de 50 €. Al llegar nos informan de que se descontarían 49,90 € de la factura. En fin, son solo 10 céntimos que tampoco suponen mucho, pero soy partidario de que lo que pone es lo que tiene que ser. Es como si vas a un restaurante a pagar con un billete de 50 € y te dicen que ahí los billetes de 50 € valen 49,90 € lo cual es absurdo.
Tras ver los precios de la carta, decidimos pedir de picoteo. Vemos que tienen chuletón a la piedra y que salía a 4,95 € los 100 gramos. Le comentamos al camarero que queríamos 200 gramos de chuletón y nos comenta que no es posible, que el mínimo ha de ser 400 gramos. Esto no lo entendí, ya que si pones en la carta el precio por cada 100 gramos, das a entender que mínimo te pueden servir 100 gramos.
Pedimos croquetas, tortilla de bacalao, huevos con jamón, provoleta, queso Idiazábal y tarta de chocolate. La provoleta era como la suela de un zapato. La tortilla de bacalao estaba muy lograda. La presentación penosa, ¿Qué presentación es poner 2 ruffles contadas a los extremos del plato? Me parece denigrante.
La cuenta ascendió a 53 €, más de 25 € por persona. Calidad-​Precio elevada. Han de corregir muchas cosas.

Hoy nos hemos dejado caer por esta «taskita» gracias a un regalo de uno amigos. Me esperaba una comida normal emulando comida norteña que no tiene nada que ver con la autentica, pero… sorprendentemente me he encontrado con una carta la mar de preparada y con alimentos frescos y miy muy bien elaborados. Lo recomiendo por: la carta asturiana/​norteña, el ambiente tranquilo y el servicio atento. Grata sorpresa y comida

Hace dos años, cuando llegué a Valencia, uno de los primeros lugares en visitar fue esta tasca que está justo debajo de casa, y aunque era un poco cara, la calidad de la carne era excelente y el servicio muy bueno, por lo que quisimos repetir.
Fuimos el miércoles, con otra familia, y fue un desastre. Sirvieron mal, tarde, la comida estaba mala y un plato (el del chuletón a la piedra) se eternizó tanto que lo trajeron cuando ya todos habían acabado (después de advertirle al camarero que «no me gusta comer sólo»).
Los platos que pedimos:
— Solomillo al cabrales. El queso era un cabrales medio, que ocultaba el nulo sabor de un solomillo pasado de hecho, seco y duro. El plato se quedó a medias.
— Revuelto de setas con jamón. Dudo que fuera huevo (quizás fue de huevina, el sucedaneo que usan en algunos restaurantes para evitar el huevo) y el plato absolutamente sin sabor. Algunos taquitos mínimos de jamón ultrasalado y malo. Otro plato que se quedó a la mitad.
— Chuletón a la piedra. El plato no llegó. Todos terminaron de comer y cuando avisé al camarero de que la mesa estaba por retirar y no me había traido el chuletón, me dice que está a punto de salir, pero como ese plato se prepara a pie de mesa, llegó con una piedra que no estaba del todo caliente y me pregunta a qué punto lo quiero. Le digo que «al punto», y el camarero intenta que el punto llegue y me entrega la carne después de un rato con el color blanco (de que efectivamente la piedra estaba fría) y absolutamente crudo por dentro. Le digo al camarero que el chuletón está completamente crudo y se lo lleva a la cocina. En cosa de un minuto el chuletón vuelve «re-​hecho»? qué hicieron? lo pasaron lo la sartén? lo metieron en el microondas? La carne estaba echada a perder, y el trozo que probé efectivamente ni sabía a nada por estar mal hecha, ni se correspondía con el precio que tenía, pues como digo es uno de los «platos caros», así que le pedí que le lo llevaran y me quedé sin comer.
Pasaron la cuenta, pagamos, y decidimos no volver nunca jamás.

si quieres cenar bien, este es uno de los mejores sitios de valencia. Unen la buena comida tradicional de argentina y galicia, con nuevas creaciones. Sidra asturiana y gallega riquisima los jueves gratis con la cena. El precio, para como cenas esta bien, porque te vas lleno y ademas, el trato, en los dos restaurantes (zona canovas y calle valladolid) es inmejorable, atentos y muy agradables.

Es una sidrería-​restaurante más que decente. Se parece mucho a las sidrerías que se pueden visitar en Asturias, pero con una imagen más cuidada: Local acogedor, piedra y madera predominan. Luminoso y fundamentalmente limpio. Por el lado de los platos, aunque no pretende ser un restaurante de cinco tenedores, me sorprendío más de una presentación (no lo esperaba en este sitio). En cuanto a la comida, en general más que bien, raciones generosas y mucho sabor. Recomiendo el ‘crujiente de foie y queso de cabra’ y el ‘chuletón a la piedra’ que a diferencia de otros sitios donde lo he comido aquí te lo asan los camareros al lado de la mesa. El agua me la sirvieron en botella de cristal, lo digo por algún comentario anterior (se ve que rectificaron) Carta de vinos interesante y precios correctos. Sidra natural vasca y asturiana (poco habitual encontrar las dos opciones). El servicio es bastante rápido y atento, pero con más buena voluntad que profesionalidad algún camarero, pero sin mucha queja al respecto. En cuanto al precio, no me pareció caro. En pagado más por menos en más de alguna ocasión y eso que no he comido el menu ese que se comenta. Volveré.

Taska la sidrería es un local que bajo la apariencia de una tasca asturiana, con decoracion típica en madera, colores verdosos, fotos, y demas enseres que dan un toque rústico, esconde un restaurante de cocina tradicional asturiana y algunos platos más modernos.
De este negocio se ocupan tres personas que se reparten la cocina, barra y sala.
El menú diario es de unos 9.5 euros, incluye postre o café.
Además de la decoración, pequeños detalles como que el agua se sirva en botelals de plástico, ambiente más informal o una carta de vinos pequeña, no le dan apariencia de restaurante, pero por precios, variedad de platos y calidad, sí que lo es.
Mientras que el menú tiene un precio bastante interesante, comer a la carta o de picoteo tiene un coste más alto, El precio de las tapas es el habitual en muchos locales, las más baratas (patatas bravas) ronda los 3.5 euros, de ahí hacia arriba.
Comer a la carta también es bastante más caro, el plato más barato son huevos con jamón (9.5 euros), el rabo de toro y el magret de pato ronda los 12 euros, las ensaladas 6 euros, el bacalao 11 euros, y los postres desde unos 3 euros en adelante la fruta del tiempo, flan, etc hasta precios más altos platos más elaborados como las tartas (santiago, etc) y otras especialidades.
Buena calidad en la comida, perfecta elaboración y ambiente agradable.

pequeña sidreria situada en Benimaclet, decorado estilo sidreria del norte de España, la comida es buena, se puede encontrar confit de pato, rabo de toro, huevos con jamón, etc.
El menú ronda los 10 euros, comer a la carta supera sin problemas los 20, hay que tener esto en cuenta.
Local tranquilo y con buena oferta gastronomica.