La Ilustre Víctima

Este bar, en la antigua Alameda, es decir, en la que tenía pocos bares, mucha gente y aquel maravilloso círculo, era por aquellos tiempos una novedad porque ofrecía comida «diferente», ya que entre sus platos hay cuscús o shoarmas, no como los de los kebabs típicos, sino a su manera. También tiene oferta para vegetarianos en su menú.
El sitio es amplio y con ventanales y también terraza para disfrutar de las noches de verano si corre algo de aire.
Personalmente es un sitio que no me dice mucho, me parece que tenía que ver más con la novedad del momento cuando Sevilla tenía una oferta culinaria mucho menos completa que la actual. Aun así es perfecto para gente muy joven, como de primero de carrera, que está descubriendo sitios «diferentes» y desde luego este sitio se lo puede permitir el bolsillo de un estudiante porque no es nada caro.
Eso sí, es entrar y recordar los primeros años de facultad :)

Hace ya muchos años –más de quince– un amigo mío me hablaba con auténtica veneración de la Ilustre. Le costó convencerme para ir, porque de tanto insistir había acabado por cogerle manía, pero la verdad es que el sitio me sorprendió. No era normal en aquella época encontrar musaka, pastela, cous-​cous, shoarmas, pasteles vegetales y demás en los bares sevillanos.
Pero desde entonces ha llovido mucho y la verdad es que la restauración en Sevilla ha evolucionado una barbaridad. Y la Ilustre sigue exactamente igual. Es más, y esto es una opinión muy personal, tengo la sensación de que la cocina, que antaño era fresca e innovadora, ha sido invadida por la rutina. A mí me resulta un tanto impersonal y creo que abusan del microondas. Pero a pesar de todo, los platos están bien. No es que uno se ponga de pie a aplaudirlos, pero se dejan querer. El precio es lo que me parece que podrían ajustar un poco.
Y sin embargo, periódicamente vuelvo, porque el bar es agradable y se puede conversar, siempre suele haber un hueco y me gusta la enchilada que ponen, a pesar de que no creo que un mexicano de pura cepa aprobara mis gustos. Pero así es uno, contradictorio. Como todos por otra parte.

Se me hace la boca agua al pensar en la Ilustre Víctima.
Recuerdo que el año pasado estuve buscando un lugar para celebrar la despedida de un amigo y la fecha coincidía más o menos con las típicas cena de navidad. Así que después de mucho mirar por los sitios más económicos encontramos esto y la verdad, nos salió estupenda la jugada. Tuvimos como entrante unas ensaladas con queso de cabra increíbles, luego podíamos escoger entre varios platos de los cuales recuerdo el couscous y la lasaña. Estaban increíbles y además una cantidad desbordante. Los postres también estaban riquísimos.
Entre tanta comida y vinos que también estaba incluídos, y nos tomamos unos pocos, acabamos la mar de satisfechos.
Tambien está muy bien poder disfrutar de la variedad internacional de tapita, pues yo soy la típica que le flipa la novedad y cuando se trata de probar cosas nuevas, ahí estoy yo dándolo todo :)

No tengo una opinión muy buena de este sitio. Si, de acuerdo, el cous-​cous está bueno, tienen un oferta especial para vegetarianos, es un local tradicional de la Alameda… pero yo, como sabéis, me guío por mis experiencias y emociones, pues no les tengo gran aprecio.
En los tiempos en los que curraba en cualquier cosa para sobrevivir… bueno, hace ya bastantes años, estuve unos días trabajando de camarero y mis compañeros eran muy desagradables. Es verdad que nunca fui un gran camarero, y que eso fue hace un tiempo…¡quizás es hora de darle otra oportunidad¡

Esquina de Correduría con Marco Sancho, esa es la ubicación del local. Ambiente alternativo y cocina de todos los rincones del mundo, esa es la peculiaridad que hace destacable a La Ilustre Víctima.
Cocina marroquí, mexicana, con aires mediterráneos…todas esas recetas las podremos disfrutar tanto en el interior como en la terraza de este local cercano a la «Calleanchalaferia».
El cous cous y las enchiladas están de categoría, y si sois vegetarianos tenéis suerte, la carta de este bar incluye un apartado solo para vosotros. Además si tenéis dudas sobre qué pedir, recomiendo que os orientéis por las sugerencias de los camareros.
Todo a precios muy razonables.

Me encanta venir aquí cada cierto tiempo a degustar sus riquísimos shwarmas. Si bien no son los originales, a mi son los que más me gustan.
En la carta puedes encontrar comidas de todo tipos, y como no está en plena Alameda es fácil la mayoría de las veces pillar una mesa. Aunque en invierno es un poco más complicado.
Antes tenías que ir a pedir la comanda tu mismo a la barra, y ahora vienen a servirte a la mesa, lo que a veces no se si es mejor o peor, porque hay días que parece que se te resiste.
Un consejo personal, cuando te traigan las salsas para los shwarmas no dejes de probarlas todas, aunque sin duda me preferida es la de curry.