Parecen que van subsanando esas carencias que comenté y retomando la popularidad del primer tabernero, guiso del día. Mesas y barra llena, más ofertas de platos y tapas, para degustar en el pequeño salón o en la terraza exterior. La clientela está encariñada con el buen hacer de los camareros: Mónica, Diego y Marcos, por la simpatía y siempre agradable disposición a que la experiencia en el local sea total. 100% recomendable