El Ambigú

El aspecto del bar no se corresponde para nada con la calidad de la comida y esa es una de las claves de la sorpresa. Lo que parece una cutre taberna de barrio nos sorprende ofreciendo platos internacionales y elaboradas tapas: ceviche, minihamburguesas de ternera, espectacular pescado fresco y sofisticadas tapas. Una carta muy extensa que se complementa con las sugerencias de las pizarras

Un bar normal y corriente en plena calle feria. Esta bien para almorzar o cenar si vas buscando buena calidad y precio, pero ya esta, no quieras buscar nada mas. Por dentro es el tipo bar sevillano, con sus azulejos de patio y silla y mesas de madera. Cuenta con una zona interior para varios comensales y en la parte exterior con varios veladores.
La atención no es mala, y la comida esta buena, puedes encontrar desde la típica comida de estos bares, a comida mas elaborada, yo personalmente me decante por algún plato y tapa de las mas elaboradas o menos típicas, y la verdad es que me gustaron.
Y por lo demás, poco mas, si estas buscando un sitio barato donde comer, este puede ser tu sitio. Además suelen servir a horas un poco mas tarde de lo normal.

El Ambigú es uno de los lugares que más visito cuando estoy por Sevilla. Situado en plena calle Feria, siempre quedo realmente satisfecho con su comida.
Mi imprescindibles la tortilla al whisky y el rabo o cola de toro. Y como pasa en Sevilla, podéis pedir o una tapa o ración.
Siempre salgo muy satisfecho. El lugar es pequeño, así que casi siempre me quedo en la barra porque es difícil conseguir mesa.
El servicio agradable, y bien de precio.

Aunque por su aspecto está claro que era un bar de birra y fritanga, las –muchas– veces que hemos venido es sorprendente la variedad y «modernidad» de las tapas y raciones: hoy, por ejemplo, hemos comido un provolone correcto (servido con mojo y pesto), una buena ración de canelones, un ceviche abundante y riquísimo (servido con su correspondiente chupito de leche de tigre) y un lomito de cordero al tomillo y aceite de ajo espectacular. Todo eso más bebida, por menos de 30 euros.
Merece la pena llegar tempranito para coger sitio, después es difícil encontrar sitio

Really enjoyed the meal of the day. We had the potato stew meal and the chicken meal, was good value. Me and my girl friend shared the meal of the day. It was delicious!
Service was okay, nothing too special. But I think the heat here in Sevilla makes the older waiters grumpy so I felt for him.
All up a nice spot to eat, for value for money!

Puedes elegir entre comida elaborada y comida más normal
Amplia carta y servicio muy rápido. Rollo bar alternativo. Se come bien.

I cannot recommend this place enough! The waitress was super friendly, spoke English and very patient with us. The prices were ridiculously cheap and the food was sooo good! We sat outside on a Saturday night at around 2330 (if you’re not used to the 24 hour clock, get used to it!!), were attended to immediately. For 2 people we ordered 2 tapas + 1 racion (full plate) + 2 glasses of wine (which comes with its own free tapas). We had enough to eat for dinner on a Saturday night and paid 11 euros plus tip (which need not be much in Spain) total! Loved it!

Hoy hemos visitado el Ambigú, en plena calle Feria y junto a La Alameda. Tienen un servicio rápido y la comida, sinceramente estaba bastante buena. Hemos comido un tataki de buey al gengibre y mini hamburguesitas (3uds.) caseras de toro con 3 salsas.

Un indispensable de la calle Feria, si eres capaz de encontrar sitio. No hagas de la carta y fíjate en la pizarra detrás de una de las columnas dentro, que ahí está lo bueno ;)

Ni tanto, ni tan calvo. El pleno auje de restaurantes «modernitos» de alta «cuisine» se encuentra este establecimiento que ha tenido que verse obligado a incluir en su carta algunos platos más sofisticados para contentar a todos ¿Qué ocurre cuando haces algo sin dominarlo del todo? Pues que en la mayoría de ocasiones puedes flojear y eso es lo que ha pasado.
El Ambigú, amigos, no es un restaurante de cocina moderna ni puede llegar a serlo. Es un bar de la calle Feria sin más pretensiones que las de servir una cerveza y una buena tapa. Así que si eso es lo que queréis, una paraíta en mitad de la calle Feria, no dudéis en entrar. Afrontar sin complejos este sitio es lo mejor que puedes hacer y así seguro que lo disfrutáis más.

Muy mal, lo siento, no sé qué hace El Ambigú con tantas estrellitas.
Fui la semana pasada con mi novio, que es cocinero, por lo tanto su opinión es más que valida, y fue increible lo que vivimos allí.
Entiendo que es verano y que tienes menos clientela pero eso no debe traducirse en «cocino como si fuera diciembre y si me sobra comida para el microondas y punto».
Pedimos beregenas gratinadas: pasadas y mal recalentadas en microonadas.
Pedimos un hojaldre con bacalao y gambas: fue abrirlo y oler que no estaba bueno. Probarlo fue la prueba definitva: a ver cuánto tiempo llevaba ese hojaldre cerrado con pescado y nata dentro…
Con las cervezas nos pusieron de taba gratis una ensalada de pasta que parecía estar aliñada con el liquidillo que sobra de las aceitunas.
La experiencia fue horrible. Tener que decirle a la camarera que se lleve los platos, que están malos… Lo pasamos mal, pero pasamos de comer, por supuestísimo, y de pagar algo que no estaba bueno.

Mis sentimientos hacia el ambigú son encontrados, y me he debatido entre darle tres (menos no se merece, seguro) o cuatro estrellas. Finalmente le doy tres y espero que en mis próximas visitas se ganen mi estómago y pueda cambiar la reseña a cuatro estrellas.
Empecemos por la parte mala, para terminar con buen sabor de boca. El sitio es muy feo, alicatado a media altura con el resto pintado en un salmón noventero imposible y unos cuadros que son un cuadro en sí mismo. Es bastante desacogedor, aparte de feo, por la iluminación. Los camareros no son especialmente simpáticos, aunque sí eficientes. Y para terminar con lo regular… el vino es bastante mejorable, aunque viendo el sitio lo suyo es pedirse una cerveza.
La parte buena es la combinación de cocina de siempre con tapas más elaboradas. Probé una pechuga de pollo rellena con salsa de mostaza y miel que fue un poco decepcionante, pero el tataki de buey con jengibre fue espectacular. También probé de unos amigos un pato con salsa de castañas muy bueno. Este tipo de platos son toda una sorpresa en un sitio del que por la pinta no esperarías mucho más que un pinchito y una ensaladilla rusa. Habrá que seguir probando esta carta.

Voy a empezar reivindicando la calle Feria por encima de la ya más que trillada Alameda. Feria is the new Alameda. O lo que queráis.
¿Por qué? Porque la calle Feria sigue manteniendo el ambiente de siempre, con locales de siempre y gente de siempre, aderezado con algún local nuevo y mucha, mucha, gente nueva. Eso hace que el Ambigú, un bar del tipo vejete acodado en la barra, tenga la terraza llena de jovenzuelos y no tan jovenzuelos que a priori no se corresponden con la fisionomía del local (como dicen por ahí, bastante feo, feo-​tpico-​estándar, diría yo). Qué queréis que os diga, a mí me parece que del encuentro (y el diálogo que esto supone) entre opuestos sólo pueden salir cosas buenas.
Lo dicho: el Ambigú, bar de tapas de referencia que sabe aunar lo mejor de la comida «tradicional» de cocina sabia y eficaz, con el ambiente especial que sólo tiene esta zona.
Una pregunta así para mis adentros: ¿cómo hace la gente para aguantar en la terraza hasta bien entrado enero?

Este bar apartado de la zona de la Alameda, pero a muy pocos pasos, es una de las mejores apuestas para comer muy bien y bastante barato.
Tienen desde tapas a platos y, entre semana también tienen menús a mediodía a precios muy económicos.
No pienses que es el típico bar añejo porque no estarías más equivocado, y el hecho de que por las noches sea muy difícil pillar mesa lo demuestra.
Tienen platos de todos los gustos y colores, desde montaditos, hasta un timbal de espinacas y verduras que está mortal, pasando por un queso de cabra con mermelada de tomate que…
Los desayunos también son de reseñar porque las tostadas con jamón son una de las mejores maneras de empezar el día, aunque eso si, si eres de los que se levanta tarde, siento informarte que a las 12 dejan de poner desayunos y para eso son inflexibles.

Camuflado bajo el aspecto de bar de barrio sevillano, impersonal y hasta diría feo por sus azulejos más bien vulgares y sus dimensiones –es un cuadrado interrumpido por columnas que incomodan el paso y la disposición de las mesas-​, se encuentra uno de los lugares con las tapas más ricas, variadas y a mejor precio de la zona Alameda-​Calle Feria.
Es uno de mis lugares favoritos y de recurso rápido para comer cuando no he preparado nada. Sirve menús al personal currante de alrededor, lo que confirma que es asequible, pero además tiene una larga carta cambiante de tapas y los ingredientes, me atrevo a asegurar, son de primera calidad. Aún recuerdo el último filete de atún de almadraba que comí allí… y mi estómago sonríe. También me encantan las brochetas de langostinos con pimienta negra y mis fichajes seguros, en la carta permanente (el resto de tapas, más elaboradas, se muestran en una pizarra), el lomo de atún al horno y el bacalao con alioli.
Los camareros y camareras son del tipo local, secos pero eficaces. Una apuesta fiable y convincente, el ambigú.