Bogotá-1

Junto con El 21, es de los pocos bares de barrio que hay por la zona, porque el resto es más tipo restaurante o ambiente diferente. Está en los bajos de los bloques de la piscina, los de los jardincitos que dan a Felipe II y Bogotá.
Elegía este sitio para dar mis clases de inglés algunas veces, se puede charlar tranquilamente. Tiene un salón bastante amplio en la parte derecha y que casi nunca se llena del todo. También me gusta para desayunar porque es tranquilo y puedes estar ahí a tu bola, en las mesas de madera, mirando a la calle por los ventanales, leyendo la prensa o pensando en el día que comienza. Tiene tapitas variadas. El ambiente suele ser familiar y los sábados y domingos de solito se pone hasta la bola, la gente en la puerta y los peques jugando en el jardín de los bloques.
Como curiosidad contar que abajo, en el sótano hay una sala muy amplia, están los servicios y hay otro espacio donde se dan clases de sevillanas.

Es uno de los bares con mas tradición en El Porvenir, pues siempre ha sido lugar de reunión de los jóvenes y no tan jóvenes del barrio. En mis tiempos o ibas al Bogotá o ibas a Palacios.
Ahora, al haber mucha mas oferta, la cosa se distribuye mucho mas. Cuando era pequeño y pasaba por esa calle siempre estaba de bote en bote, alojando a los mas golfos y pendencieros. Yo he ido alguna vez que otra, pero tampoco ha sido santo de mi devoción, no se por qué. Tiene un comedor interior, pero la mayoría de sus clientes lo eligen para tomar una cervecita. En la parte de atrás siempre hay adolescentes viendo pasar el tiempo y hablando de sus cosas. Un clásico del barrio