La Auténtica

Me gusta mucho venir aquí, porque la comida está muy rica y el lugar es muy agradable. Hay una zona al fondo llena de mesas y además una gran pantalla para ver el fútbol.
En la entrada hay mesitas altas en las que te sientes como en una auténtica taberna, y esta zona es autoservicio. Si decides sentarte en las mesas, te atienden en el sitio.
Siempre que vengo tomo las pizzetas que están muy ricas y hay varias entre las que elegir. Para compartir puedes probar las patatas camperas y también el rulo de queso de cabra con salmón.
La atención es rápida y muy amable. Y el lugar es amplio y cómodo para venir con amigos, en pareja o con la familia. Lo típico de aquí es la cervecita bien fresquita. Muy recomendable para salir de tapeo por la zona :)

No termino de cogerle el punto a este local, lo reconozco. No termina de ser una pizzería aunque uno de los platos más famosos son sus pizzetas, tampoco acaba de ser una abacería aunque ofrece productos de este tipo de productos.
La comida esta buena y en relación con su precio no está nada mal. Los camareros están siempre corriendo porque el local es muy grande y siempre hay bastante gente. Hay ruido y si, para colmo, hay partido de fútbol pues olvídate de hablar.
Me gusta su decoración de mezclas con camisetas de fútbol tendidas, cactus,…todo muy ecléctico.
Un sitio para un desavío o para la chavalería.

Muy regular, demasiado frito en la carta y es caro para la calidad que te ofrecen las pizzas tampoco nos gustaron, el servicio deja mucho que desear en fin normalito tirando a mal.

Es mi primera reseña de 2 estrellas en Unilocal y es debido al pésimo servicio y calidad de la comida así como el trato recibido.
La Auténtica tiene un amplio salón y una terraza ideal para las noches de primavera y verano. Optamos por la terraza y tuvimos que esperar 20 minutos porque estaba a tope de gente.
Cuando tuvimos la carta en nuestras manos, observamos que la mayoría de las tapas eran platos fríos y excepto pizzas, poco más.
Al principio nos atendieron bien, pedimos unas 5 tapas y unos panes de pimientos asados con melva (súper rico y lo mejor que probamos) pero cuando quisimos volver a pedir, por más que llamábamos al camarero, nos ignoraba que daba gusto.
Tuvimos que comernos las tapas sin bebidas y cuando terminamos, pedimos la cuenta y nos fuimos al bar de al lado (Plató Plató). Allí terminamos de cenar y gracias al trato excelente de sus camareros y a sus deliciosos platos, no acabó la noche con tan mal sabor de boca.

Fui con unos amigos a cenar anoche y la verdad es que muy bien. El camarero nos atendió de maravilla y la comida fue de un gusto exquisito. Muy ricas las pizzetas, y muy rica la ensalada capresse, creo que serán platos obligatorios cuando vuelva, porque volveré.

A ver, la Auténtica es un bar que no me convenció demasiado? Aún no se muy bien por qué. O quizá sí que lo se.
Independientemente de que el local sea amplio, bien ubicado y sobradamente bien ambientado, con dos salas y pantalla con cañón para proyectar deportes. Que todo hay que reconocerlo. También tiene sus pequeños errores.
De entrada, entramos un poco perdidos, y lo veíamos muy lleno, así que pensamos que podría estar bien para un par de tapas. Así que nos decidimos a entrar. Como ya he dicho, íbamos un poco perdido, local enorme, mucha gente, ruido, y encuentra un camarero que te indique si hay mesas libres o tenemos que tomar algo en barra. Bueno, pues después de que nos dijeran que nos sentáramos en una mesa en la que nos atenderían, efectivamente, nos atendieron, pero tardaron una eternidad. Y con cara larga. Como «rapidito, que tengo más cosas que hacer», vamos, no lo llegó a decir, pero sólo le faltaba eso.
Al traer las tapas, que estaban buenísimas, eso sí, casi las dejaban caer en la mesa, sin pides algo, te lo traen, y no te ayudan a identificarlo, ¿cómo lo debes interpretar?
Sí. Lo sé, me estoy cebando con lo negativo. Pero hay que reconocer también que las tapas saben genial y las patatas fritas, las de bolsa, si no son artesanas, están tan buenas que lo parecen (no lo pregunté).
Destacaríà la tapa de provolone con tostas, que acompañado de una cerveza sabe a gloria bendita.
Tiene todo para ser un gran negocio. Pero fallan en el trato al cliente

Servicio, atención y limpieza muy bien.
En cuanto a comida, calidad-​precio podría mejorar bastante. De todo lo que pedimos nos quedamos con las pizzetas. Tiene precios de Gastrobar sin serlo. Me recomendó el camarero carne con tomate y solomillo al PX. La carne estaba algo dura y la salsa de tomate muy básica. Las tostas de solomillo no estaban mal. Pero te venden y te cobran como solomillo lo que es una mechada de lomo. Que es la misma que la tapa de solomillo carbonara que nos pedimos luego. Misma mechada con una salsa muy decorada pero algo insipida de carbonara. Las pizzetas fue lo mejorcito que probamos.
La cerveza si tiene buena tirada y de temperatura muy buena.
Para terminar un incremento del 10% por servir en mesa.

Es un sitio con la decoración cuidada y curiosa.
Hay otra Taberna la Auténtica en la Plaza de la Encarnación pero, en esta, no me gustó el servicio.
Las cervezas las ponen frías y te recomiendo las pizzas y las patatas camperas.
Es un sitio asequible y está bien para ir con amigos.

Ayer estuvimos en esta taberna para celebrar mi cumpleaños, la primera impresión fue muy buena.
No había mucha gente, unas 5 mesas entre el exterior y el interior.
Al principio nos atendieron muy bien, pero conforme iba pasando el tiempo prácticamente no nos traían ni las bebidas en un tiempo razonable. Llegue a esperar 30 minutos por un vaso de agua, y ni que decir de lo que llegaron a tardar para traernos la comida… Algunos con dos platos y otros sin nada. Aunque creo que todo fue culpa de la señorita que nos atendió que no daba pie con bola.
Finalmente decidimos dirigirnos al camarero que nos atendió perfectamente los últimos 20 minutos de comida.
En resumidas cuentas, volveré por el hecho de que todo lo que leo es bueno y me gustaría darle una segunda oportunidad a este sitio, pero desde luego no me ha entusiasmado.
La relación calidad-​precio si me parece muy buena.

Esta genial, buenos precios y muy buena calidad, los camareros muy bien

Un lugar acertado en cuanto a precio, ya que sabiendo pedir puedes comer bastante bien si gastarte mucho. Yo por 15 € saqué 3, bebidas, 2 pizzetas (pizzas medianas de masa fina, de las que recomiendo la de gambas y de pringá), una tapa de tortilla, un rollito de pollo (1 € y está bien por ese precio), y las patatas al roquefort con ese puntito de romero están riquísimas. Tiene como tres zonas diferentes: una parte del final muy curiosa con camisetas de equipos de fútbol en el techo donde la gente suele ir a ver partidos (tiene una pantalla de proyección), una zona de mesas para sentarte y otra de una barra con taburetes para comer sentado en alto. Es muy curiosa su decoración.

Conocí este sitio gracias a mi prima pequeña. Lo primero que llamó mi atención fue la decoración, con camisetas de diferentes equipos de fútbol, una larga barra de madera y unas lámparas que llamarán tu atención
La cerveza la sirven bien fría, cosa que se agradece y la comida es bastante variada… Probé unas tostas de solomillo y un pan de la casa con ventresa y pimiento, muy ricas. Las pizzetas, la de barbacoa y la de cuatro quesos son mis preferidas. Me sorprendió lo buena que estaba la ensalada de rúcula.
Los camareros son bastante simpáticos y atentos. El precio me parece bastante bueno en relación a lo bien que está la comida.

Nuevo gastrobar en Felipe II con cuatro meses de vida. La ambientación aúna el corte minimalista en su barra prolongada y cocina a la vista, con toques rancios del ‘todo madera’ y cartel cruzcampo de los 90. Originales sus lámparas.
Hablando de la comida, probamos muchas variantes, a destacar las tostas de solomillo al Pedro Ximénez y el queso payoyo. Hacen pizzetas y la relación calidad/​precio muy equilibrada.
Los picos algo pasados, sería conveniente tenerlos envasados.
En cuanto a los postres, los piononos por unidades, las tartas nada generosas.

Fantástico ambiente, fantástico trato y un precio más que asequible son las mejores cartas de presentación de este sitio.
Una decoración diáfana y clara, un espectacular sentido del humor de los camareros, y unas tapas muy bien de precio; y como no, una cerveza bien echada y fría son algunas de las cosas que puedes encontrar.
Personalmente, el sitio me encantó, en especial esa extraña, pero exquisita mezcla entre cocina tradicional española y modernidad. (No os podéis ir sin probar la pizza de pringá (Tremenda) y la de Menudo (Para llorar)
Un imprescindible en la zona de Felipe II.

Antiguo Arrastre, decoración muy divertida y creativa, como por ejemplo, camisetas de equipos deportivos colgando. Las tapas están riquisimas, recomiendo camarones, pizzetas y la cazuela de pastel de pollo. Por la noche se recomienda ir tempranito porque se pone a tope!