Bamiseco

Sevilla, España

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Sevilla
En todas las tintorerías cuecen habas. Tarde o temprano no quedas contento con la limpieza de tu traje preferido, o te devuelven la corbata deshilachada, o la chaqueta sin botones. Es ley de tintorería.
Yo por ahora, y toco madera y detergente en polvo, con ésta lavandería aún no he tenido grandes problemas. Pequeños, sí, como una chaqueta que no estaba muy bien planchado lo que viene siendo mayormente el cuello, se lo dije a la dueña, me dijo que se la bajara, se la bajé, me la planchó, y santas pascuas, aquí paz y allí gloria, hasta hoy.
Yo no sé si es porque es la única que hay en al barrio, o porque limpia que no va más, o qué, la cosa es que la ropa ya no les cabe en el local. Es un poco agobiante, la verdad.
Además, la entrada al local es pequeña, y para recepcionar y entregar la ropa, tienen un mostrador también muy pequeño. Un solo cliente llena el local. Con dos ya hay bulla. Y si llega el cartero, apaga y vámonos. No es por poner pegas, es que es así.
Eso sí. Los precios entran dentro de lo normal: aseaditos.