Se trata de un mix entre bar de tapas y coctelería que al final termina en ni una cosa ni en la otra. Con una carta ingente de cócteles pero después resulta que la hora feliz solo incluye mojitos y un par más. La decoración es chula, ambientada en temática de música rock, la cual suena de fondo. Las bebidas no están mal, pero algunas se van un poco de precio ya que los precios de los cócteles van desde los 8 € de los más normalitos hasta 13 o 14 de los más especiales. El personal es un tanto seco. Nos hicieron ir a la barra a por las bebidas y cuando quisimos pagar por separado la cuenta torcieron el gesto y expresaron algún lamento… ¡y solo había otras dos personas en la sala además de nuestro grupo de cinco! vamos, que muchas ganas de trabajar no tenían.
Fon M.
Tu valoración: 3 Madrid
Las raciones(o eso que aquí en la meseta llamáis tapas) están ricas, pero si necesitas un cartel luminoso, el timbre de voz de María Callas y la suerte de Raúl González Blanco para que un camarero te atienda, se acuerde de las comandas y te las sirva en menos de 2 horas y media, la impresión que te llevas del sitio no es la más adecuada. Más personal, señores, que hay más de 5 millones de personas en el paro.
Pablo H.
Tu valoración: 3 Madrid
Siempre que voy a La Latina termino sentándome en el bar donde haya sitio en la terraza. En esta ocasión fue en el Pizkolabi. Fuimos tres y compartimos unos huevos rotos que estaban muy ricos y unas croquetas surtidas(bacalao, zanahoria, jamón, gambas) que también estaban bastante bien hechas y ricas. Los precios son aceptables para la zona. El servicio es muy deficiente. Casi todo lo que cuenta Irene S. en su reseña nos pasó, salvo equivocarse en lo que pedimos. Se olvidaron de cosas, iban por la terraza mirando al suelo y sin mirarnos, no nos atendían, un desastre total. En serio que ninguno nos podíamos explicar como podía ser que los dos camareros se movieran por allí SIEMPRE mirando al suelo. Nosotros estábamos algo lejos y la única opción que nos daban era pegar un grito. Lamentable.
Irene S.
Tu valoración: 1 Madrid
Cuaderno de bitácora día 56: he sobrevivido al Pizkolabi. Pongo rumbo dirección contraria para no regresar jamás. Como todo madriñeño que se precie lo primero que apetece cuando sale el sol después del invierno es latinear. Latinear all day all night es lo que hay que hacer! Así que después de comprobar que en La Musa no había sitio, nos dedicamos al buitreo profesional sobrevolando todas las terrazas de los alrededores en busca de una mesa que conquistar. Por fin vimos que una pareja se levantaba de una de las mesas del Pizkolabi y pensamos: ¿por qué no? Pues porque no. En cuanto nos sentamos y vi los precios mi primer instinto fue llevarme la mano al bolsillo: clavada máxima! Pero mi maldita mente racional dijo: un día es un día, y estamos en la latina en un día como hoy, no va a haber sitio en ningún lado! Bueno. Viene el camarero. -¿Me puedes decir qué pintxos tenéis? –Levántate y lo miras EXCUSEYOU? Voy a pasar el tonito por alto porque tengo hambre… Por fin pedimos la comida: dos pintxos pasables(tortilla de patata seca, eso sí) y una hamburguesa normalita… Patatas caseras pero tirando a rancias y frías. A todo esto estábamos bajo el Sol más abrasador de Madrid o del Sahara, así que cuando el camarero fue arrastrando una sombrilla y dijimos«ay, qué bien» nos contestó con un «no, si no es para aquí» La otra única sombrilla disponible estaba en *por favor, redoble de tambores* la zona con sombra! Error 404: lógica not found Se sucedieron otra serie de acontecimientos como que las chicas de atrás tuvieron que repetir su pedido tres veces y se lo trajeron mal dos de ellas, o que nos pidieron que pagáramos antes porque«iban a cambiar turnos»… Un desastre y encima con recochineo, vamos. La gota que colmó el vaso es que van sacando la cuenta cada vez que pides algo en vez de ir acumulando, así que cada vez que pides una ronda de bebidas, te traen una nota. Esto no lo había visto en mi vida. ENRESUMEN: Latinear? Sí! Aquí? Nunca más