El Bonanno

Sitio perfecto para empezar tu ruta festiva por La Latina. Es una de las tantas terrazas que ocupan este barrio, sí, pero últimamente me está empezando a gustar más por la atención recibida y porque ponen algo para picotear mientras te tomas unas cañas (además, me regalaron un paquetito de cerillas al traer la cuenta).
No es de los sitios más caros del barrio. Dos cañas dobles (en copa) por 6,50 (aprox.) en terraza no me ha parecido un sablazo visto lo visto en este barrio.
Eso sí, la terraza es pequeñita así que uno tiene que tener suerte para poder coger sitio (ahora, en esta época de entretiempo es más fácil porque le da la sombra).

Great Tapas! The owner was super nice! Definitely a great place! Small but cozy! Perfect place to grab a drink and have some yummy tapas!

Ay, la cantidad de tardes de La Latina que he pasado con mis amigas hetero en El Bonanno, ese sitio en el que es imposible no restregarse de lo apretado que se está. Y cuántas veces no nos habremos apretujado ahí para entrar como fuera a tomar una caña, mientras mis colegas oteaban el horizonte con la intención de encontrar a alguien con quien hacer zalamerías.
Recuerdo que hubo un tiempo que salíamos por aquí y a la mañana siguiente nos costaba horrores llegar al trabajo, porque se empezaba bien pronto, y se terminaba bien tarde. Recuerdo también que teníamos cientos de sobrenombres para cada uno de los machos que se acercaba a cortejar a nuestras amigas, y a algunos de ellos como a Brutus o a Tiburón los recuerdo con especial cariño. No creo que tengan ni idea de la cantidad de veces que han sido protagonistas de conversaciones en plan «tía, ve y dile algo». «No, no, qué vergüenza».
Sí, La Latina sacaba –o saca, mejor dicho– lo peor de mí: me convierto en un quinceañero a quien le falta la carpeta, en plan «oye, que a mi amigo le gustas» y me encanta pasarme las horas muertas pelando la pava y jugando a ese jueguecito tan absurdo pero tan divertido que es la seducción.
La fiebre del Bonanno se nos ha pasado un poco, y mis amigas encontraron novios, con lo que salir fuera de Little Chueca en La Latina nos ha caído un poco en desuso. Pero anda que no nos habremos pimplado nosotros ahí cañas y cañas, botellas y botellas de ginebra, como si no hubiera un mañana.
O, mejor dicho, como si mañana no hubiese que ir a trabajar.

Como anteriores opiniones, la latina me parece en gran medida no diría tanto fraudulenta, pero si excesivamente inflada, sobrevalorada, con una fama quizas, algo inmerecida. Uno ya sabe a lo que va y lo que se puede encontrar. Barrio de moda donde tomar consumiciones más caras de lo normal, rodeados de la flor y nata de treintañeros (y los que rondan la edad) más estupendos de la capital que van a lucir palmito ellas modelito, ellos biceps forjados en el gimnasio y pectorales a base de batidos de proteina.
El pub es un clásico entre clásicos de la Latina y es resultado de donde está. El pub es conocido como el «Bar de las tetas» porque tiene un cartel de las distintas variantes de glandulas mamarias (femeninas), y que, tanta fama alcanzó, que ha sido adoptado como icono del bar, incluso en las camisetas de l@s camarer@s. Ambiente estupendo, niñas estupendas, hombretones rozando la metrosexualidad, o exhibiendo a gala el alternativismo intelectual más moderno con el que te codearas si vas de jueves a domingo. Porque precisamente, si buscas un hueco donde respirar en el perimetro del cuadrilatero que es la barra, lo que necesitarás hacer es codear. Muchisima gente. Con un control del aforo entre discutible y nulo.
En concreto en el bonanno los precios y las parras están en consonancia. Caña 1,50 (pase), doble (3 y pico), copa 8 €. No obstante, creo recordar que entre semana de lunes a miercoles tenian una oferta que la caña era 1 €. Por la zona, hay lugares mejores y que desde luego, no hace falta pasar por el banco de España a firmar un aval para ingresar en ellos. Desde la Mazeta, Lamiak, Bar Salamanca, y por supuesto, el viajero. Lo mejor que tiene, sin duda, los camareros con una atención y una agilidad felina para atender a la muchedumbre que se agolpa alrededor de la barra.
Ahm… tapas cero. Ni unas aceitunas, ni unas panchitos. Las raciones/​o medias (lo que algunos llamais impropiamente tapas) son prohibitivas. Allí se va a ligar y que te liguen, a hablar en el mejor de los casos, y a beber en cualquiera de ellos.

Uno de los míticos de La Latina. Las cañas son fresquitas, el vino bueno y las copas en vaso ancho (muerte al vaso de tubo). Un sitio agradable entre semana y una jauría humana en fin de semana. Viernes, sábado domingo tarde no vengas si te agobian las estrecheces.
Mola mucho el ambiente, gente de 30 (o por ahí), con ganas de pasarlo bien y de charlar con desconocidos. Si tienen música no la tienen a un volumen desagradable, cosa que propicia el intercambio de opiniones, ya sea con los pesados de tus amigos de toda la vida o con la guapísima de los ojos verdes de la barra de enfrente. Ahh, eso, la barra está en medio y los clientes se ponen a ambos lados y eso propicia un juego muy divertido: ponerle caritas a los que están enfrente cuando van a pedir. Vaaaale, es una tontería etílica, pero lo que quiero decir es que es un lugar agradable para hacer nuevos amigos.

Venga, voy a ganarme un puñado de enemigos: a mi La Latina me parece un gran fraude. La zona mola, los bares molan y la indumentaria de las muchachas a partir de mayo también me convence.
Lo que pasa es que la zona ha cogido una fama desproporcionada en los últimos años, es como si no tirasen una caña bien en todo Madrid más que allí. O como si las tostas y los vinos de fuera estuviesen hechos con excrementos animales.
La Latina tiene lo mismo que otras zonas pero un poco más caro. Y me parece un ejemplo perfecto El Bonanno. Los fines de semana no se controla el aforo y queda allí menos oxígeno que en el metro de Saturno. Los precios están sobredimensionados y, lo digo completamente en serio, no encuentro qué hace mejor esta gente que otros 150 bares de Madrid por menos pasta.

Ideal para comenzar una tarde-​noche de cañas y tapeo por La Latina. Sus camareros son súper eficientes y, aunque esté el bar a rebosar te atienden con una rapidez increíble. Ponen tapa con la cerveza, algo que a veces es difícil encontrar.
Mis amigos y yo lo llamaos cariñosamente «el bar de las tetas» ya que tienen un cuadro muy gracioso con diferentes formas y tamaños de pechos. También es muy probable que te encuentres con algún famosillo, sobre todo actores de alguna que otra serie de Tv.