El Puchero

«El Puchero» es uno de estos restaurantes de toda la vida que tienen un sabor al antiguo Madrid en el mejor sentido de la palabra. Todo tradicional y sencillo con sus mesas con mantel de cuadros todo se centra en la calidad de la comida, toda tradicional española. Las carnes y los legumbres son excelentes, pero también hay pescado. No puedo evitar y repetir la paletilla y la habitas, especialmente tiernas cada vez que voy. (Por si acaso recomiendo reservar una paletilla, suelen ser muy frescas … y ¡se acaban!). También el servicio es de toda la vida y te va conociendo y saludando, convirtiendo la visita en una comida familiar.

Allí hicimos la cena de Navidad de amigos y nos metimos ocho en una mesa bien grande. Cansados de que esos planes acabasen siendo en sitios reducidos donde no te puedes expandir un amigo, que conocía este sitio por su padre, reservó y allí nos pusimos tibios de beber buen vino y buena comida. Por supuesto no pudo faltar su platazo de carnaza… La verdad que estuvimos muy agusto y el precio, dentro de una cena de Navidad, se puede decir que bastante bien.
Eso sí, es muy recomendable reservar.
En el comentario de arriba acabo de leer que se puede pedir para llevar… se me hace la boca agua de pensarlo y sólo son las 11 de la mañana!

Conocí este restaurante porque estaba enfrente del sitio donde estudié, y la verdad, no comía allí a menudo porque no es muy barato, pero luego lo practiqué más porque tuve el casero más majo del mundo que me llevaba. Tienen cada día (menos los domingos que no abren) el puchero del día, los viernes noche capón relleno mmmm… está todo de chuparse los dedos, y se caracterizan por sus buenísimas materias primas, y por sus afables camareros, son majos majos. Tienen platos de temporada, y guisos que son especialidad también, que a mí me horrorizan pero entiendo que tienen sus fan. criadillas, riñones, callos, esas cositas bellas.
Se puede pedir para llevar, y es recomendable reservar, y es recomendabilísimo el sitio.

Es una tasca legendaria
Nos encontramos con una tasca legendaria, que fue recuperada tras años de declive. Aquí vinieron los periodistas del diario Madrid. El cambio que sufrió fue un gran empuje, aunque manteniendo su cocina. El servicio es verdaderamente rápido y los platos de casquería, la caldereta y unas habitas estofadas con huevos son platos muy apetecibles.