Bora Bora

I wish this place existed in NYC. It’s so fun and the people who work here are so nice. Great place for a fun drinks!

Not a place to go if you wanna get real drunk for cheap. Typical drink will cost you about 8 euros and one won’t really do anything to the average drinker. Looks amazing inside and has a really chill vibe. Definitely a place to go with a small group of people if you wanna have a laid back night, drink some exotic drinks, and maybe smoke some hookah. Do not go here to pregame.

This place is pretty ridiculous, in a great way! As you walk in there’s a huge faux Polynesian wall carving. Passing downstairs into the bar you’re confronted with a collision between different cultures. The veranda-​style furnishing makes you think of an all inclusive hotel in Hawaii, the giant painting of a volcanic island on the wall is more dictator’s palace, and all this is backed by techno-​pop more appropriate to the Balearics. But don’t get me wrong, I enjoyed myself. They knock out a wide variety of good island-​themed cocktails, each in a different kitsch mug and drunk through half meter straws. They’re not craft, but they are deceptively strong… as my headache the next morning indicated. And frankly I’ll buy any drink that arrives billowing with steam from a miniature volcano!

Nos reunimos unos cuantos Unilocalers para tomar algo y esta fue la elección que hizo Lolo para celebrar dicho encuentro.
El local es para verlo, aunque por fuera no llame nada la atención. Tiene ese encanto viejuno de llevar décadas sin alterar la decoración.
Tienen una amplia carta de cócteles que vienen en su mayoría en vasos geniales.
El sitio es muy muy grande lo cual hace que sea bastante fácil encontrar intimidad y estar tranquilamente charlando aunque esté jugando el Madrid.
Daiquiri de plátano buenísimo.

Debo decir que este sitio me dejó O-​_​o. Visitarlo ha sido como viajar en la máquina del tiempo, porque sigue decorado como en los años 80.
Es un local muy grande, cosa que sorprende ya que la entrada es muy pequeña, casi pasa desapercibida, y eso que está bastante bien situado. QUizás los techos resulten un poco bajos, lo que unido a la decoración, digamos, abigarrada, contribuya a dar cierta sensación de agobio. Además el sitio, quizás precisamente por la altura de los techos, resulta ruidoso
El agobio no nos impidió disfrutar de unos cócteles deliciosos: yo elegí uno de piña, y entre los asistentes debimos probar buena parte de la carta. Lo sirven en vasos temáticos, con pajas gigantes para que no sea necesario tener el vaso en la mano ni agacharse demasiado hacia las mesas.
Los precios eran altos pero no abusivos. Así que, si bien el local en sí no me entusiasmo, sus bebidas me encantaron.

Soy del barrio de toda la vida y la entrada del sitio siempre me ha invitado poco siquiera a preguntar de qué iba. Pero claro un grupo de amigos Unilocaleros te invita a romper la barrera… y ahi te encuentras pasando un portal temporal que te traslada a la Polinesia y a unos cuantos años atrás cuando solías ir con tu grupo de amigotas a beber unos exóticos cóckteles en copas inverosímiles.
A la atención de los camareros le voy a dar un pase porque entre que llegué tarde y la noche era deportiva… no les puedo machacar mucho.
Lo que sí me sorprendió era la amplitud del local (como para perderse) y lo a gusto que estabas allí, aunque fuera rodeado de una decoración que ahora ya podíamos llamar hasta vintage: P
Sin duda lo recomiendo para ir con un grupo de amigos y probar varias cosas de la carta. El precio está en la media de las cocktelerías (8 €) pero tienen la amabilidad de ofrecerte alguna bandeja con patatas y saladitos.
El cocktel que me tomé estaba bien elaborado y me sorprendió gratamente el sabor, eso si… no me preguntéis nombre que con eso de leerte 15 nombres diferentes y probar otros tantos de los compañeros de mesa me hice un lío.
Resumen: Recomendable para un plan diferente a lo que se ofrece en la zona, en un ambiente que os sorprenderá y dará pie a que compartáis muchas fotos por las redes ;-)

A mí los cócteles tiki — polinesios me vuelven loco. Así que un día, haciendo una búsqueda por Unilocal me encontré con el Bora Bora, el que debe de ser uno de los bares polinesios de Madrid más antiguos, entre Plaza de España y Ventura Rodríguez. Yo tengo que reconocer que ya soy fan de por sí de los cócteles (y de casi cualquier cosa que lleve alcohol, por extensión); pero si encima vienen en un vaso tradicional, mejor que mejor.
Al entrar al Bora Bora, me sorprendió lo grande que es. ¡Enorme! Incluso tienen un salón extra que estaba cerrado, pero para que os hagáis una idea, fuimos en plena fiebre futbolera, y como no estábamos interesados en el fútbol nos colocaron lejos de la pantalla: no oímos nada del fútbol (excepto los gritos de gol, pero eso es inevitable).
Así que si necesitas tomarte una copa un día de partido, este es tu sitio: no te va a molestar nadie, ni aunque el fútbol esté puesto.
Con respecto a los cócteles, la carta es extensísima. Yo, que soy hombre de costumbres, decidí no salirme de mis principios y probé un Mai Tai, que estaba fuertecito pero buenísimo. Lo que más me gustó es que tienen unas pajitas larguérrimas, imagino que porque así es más cómodo para la gente, que no tiene que levantar el vaso de la mesa.
Definitivamente, me gustó. ¡Volvería sin dudarlo! Igual no le vendría mal una pequeña actualización (los sillones de mimbre nos encantaron, pero un cojín un poco más mullido no les iría mal), pero tiene ese regustillo de los ’70, y además está decorado tan auténtico (para que os hagáis una idea, el decorado de Polinesia de PortAventura se queda aquí en una mera broma) que merece la pena pasarse.

Confieso que si no hubiera sido porque un grupo de Unilocalers quedamos aquí para tomarnos una copa, seguramente no se me habría ocurrido entrar en este local. Por fuera aparenta ser un sitio oscuro, bastante antro y con cierto aire añejo. Cuando entré, mis sospechas se confirmaron: es oscuro, un antro y añejo, pero para mi sorpresa lo es de una forma encantadora.
La decoración, que en principio se supone que es polinesia, me recuerda un poco a los parques de atracciones, con sus estatuas de cartón-​piedra y sus flores de plástico. Pero, al igual que el ambiente, tiene un no-​sé-​qué, qué-​sé-​yo que resulta acogedor.
La carta ofrece una amplia selección de cócteles tiki, tanto con como sin alcohol, a 8 €. No es barato, pero me parece un precio razonable. Con tu cóctel te ponen unos aperitivos para picar (patatas fritas, cacahuetes y galletas saladas). Yo pedí el cóctel Bora Choco, que lleva ron, curasao y chocolate. A mí me sabía a batido de chocolate con ron, y me gustó mucho.
Me parece un buen sitio para ir a tomar un cóctel con amigos. Hay música de fondo, pero en un volumen moderado, que permite conversar cómodamente. También tienen una tv en la que ponen el futbol, pero está en una esquina del local y no molesta el ruido.

Buen ambiente, cócteles geniales con tapas de caramelos y patatitas. Un sitio relajado para hablar. El precio del cóctel está.bien, ronda los 8 euros.

es un bar hawaiano, esta bien el ambiente es tranquilo y tienen unos cokteles muy buenos.

si quereis algun coctel estraño noteneis ma k venir aki

Es una preciosa cocktelería hawaiana que sirve los cockteles en jarras cerámicas muy variopintas. Además siempre acompañan las bebidas con varios platitos de picoteo. Es un local bastante grande y tranquilo, con mesas bajas y sillones muy cómodos. Está muy bien para pasar una buena tarde con los amigos. Tambien suelen retransmitir partidos de fútbol.