Bahiana Club

We came here after being there the day before on a wine/​tapas tour. We were so excited to try this place on the next day we waited for them to open at 7pm. We sat inside we got our drinks and then from there everything went down hill.
The waitress that took our drinks wasn’t around anymore (probably the owner) and the one that kept going around never acknowledge us or looked our way. We waited and waited and never even got the menu. After chatting for a couple of hours we got tired got up and went to the bar and paid for our drinks and left. I got more upset when i saw people in the terraza already eating, specially since we were there first. Needless to say we wont be back!!! AWFULLLLL SERVICE.

We came here on the last stop on our «Walks of Spain Tapas Tour» and absolutely loved the place! Since our visit was part of a tour, our menu was already preselected. We had an appetizer of spinach croquettes, which were crunchy on the outside and so creamy on the inside. Our main dish was one of the best meals I had in Europe. The dish was a seared pork shoulder cooked rare on a sizzling platter with fried cheese and roasted pearl onions. The pork was so tender and juicy that we actually thought it was steak until our guide informed us otherwise. Eating rare pork was a little scary but our guide assured us it was safe and a common way to cook meat in Spain, and luckily we didn’t get sick from the rare pork. I still think about how delicious our pork dish was, especially paired with wonderful red wine. The dessert was also good and consisted of vanilla ice cream mixed with a sweet wine.
A great place to eat since it’s has tapas and larger entrée options. A definite must if I return to Madrid!

¡Por fin entro al Bahiana! Bueno, entrar lo que se dice entrar no entré, porque con esa terraza tan maravillosa que tienen en la plazuela que hay en la Calle del Conde, y con el día de sol que hacía el otro día, que hasta estuve en mangas de camisa en al sol, no entré más que a pagar, pero bueno. Ahí aguantamos estoicamente todo el rato hasta que nos echó el frío, porque nosotros somos de ideas fijas e incluso jugamos a las sillas cambiándonos de mesa según se iba escondiendo el sol, hasta que terminamos debajo de un calefactor a riesgo de agarrar una pulmonía.
Hicimos la típica de quedar a comer para luego liarnos hasta las tantas de la tarde. Empezamos con unos vinitos (tienen un verdejo que me sentó divinamente) y continuamos luego con uno de los clásicos del lugar: las tiras de pollo con salsa de hierbabuena, que os voy a decir una cosa, estaban espectaculares. Deliciosos.
Luego cada uno pidió lo suyo, porque yo vi que tenían hamburguesa y no pude contenerme. Venía con patatas paja, y con mini-​cebollitas caramelizadas que me supieron a gloria. La carne era impresionante y estaba riquísima, aunque he de decir que estaba ligeramente sosa. Pero se lo perdono.
Luego nos tomamos un par de gin tonics cada uno, porque como se acercaban las sombras, nos vimos como con necesidad. ¡Riquísimos! De precio un poco caro, pero he de reconocer que comimos y bebimos absolutamente sin control.

Siempre habia ido por la terracita que ponen en verano, que se está en la gloria cenando alli. Ayer fui con unos amigos y la verdad que mejor no se puede cenar. Los mejillones estaban buenísimos y los tres tipos de carne que pedimos eran un manjar, presa ibérica, magret de pato y churrasquito uruguayo. De postre tarta de zanahoria, mmmmm. Es una suerte tener este sitio cerca de casa. Volveré una y cien veces