Es la segunda vez que vengo a este restaurante y cada vez me gusta más. Lo primero que llama la atención es el nombre del local pero no puedes imaginar la grata sorpresa que te aguarda en su interior. La decoración de sus paredes, sus pinturas las ristras de ajos… te trasladan a Transilvania si si como lo oyes. Una decoración muy conseguida. Claro con semejante temática uno piensa, madreeeee que me van a dar de comer aquí??? Sangre??? Noooooo nada más lejos de la realidad!!! Los chicos te atienden con una inmensa sonrisa y no os riais pero todo el rato teníà la sensación de que se iban a poner a cantar en cualquier momento Jajaja La comida excelente, son rumanos pero hacen cocina de mercado espaňola e italiana y tengo que decir que super bien elaborada. Si venís por aquí os recomiendo un buen plato de pasta, una pizza o un arroz abanda(no estoy loca no, hacen un arroz que quita el sentio). Los postres, una maravilla recomendado el crêpe de chocolate o la tarta de chocolate con frutos rojos… un buen final para una gran comida. Aquí no sales con hambre, sales rodando. Por 11’50 euros tienes un primero a elegir(bravas, ensalada, entremeses, sopa, etc.), un segundo(pasta, pizza, carne, paella, arroz abanda, etc.), bebida(nos pusieron una botella de vino), pan y postre o café y encima nos invitaron a chupitos. Las raciones no son grandes, son enormes!!! Calidad-precio más que bien y situado al lado del puerto… que más se puede pedir??? Volver volver y volver!!!