Estuvimos el pasado sábado 9 de julio de 2011 y lo que iba a ser un rato agradable se convirtió en un suplicio. El trato fue denigrante, las bebidas ‘hay que pedirlas con vaso’ (lo dijo hasta en dos ocasiones el camarero), porque si no te dan la botella a pelo, con treinta y cinco grados que había allí. Además…