El Perro Chico

¡¡¡Qué guay es El Perro Chico!!! Bilbao, once y pico de la noche, en plena Aste Nagusia. Después de ver los fantásticos fuegos artificiales, nos empieza a entrar el gusanillo de que queremos un gin tonic. Y estamos en la zona del Marzana 16, pero la cola que tienen es impresionante. Alguien se gira y ve ahí El Perro Chico. ¿Nos pondrán una ginebra ahí? Tienen un par de mesas fuera seguro que nos lo podemos tomar apoyados ahí.
Dicho y hecho, nos metemos al bar-​restaurante. Que por cierto, es un sitio que ha estado ahí media vida, pero que ha sido recientemente reformado. ¡¡¡Y qué mono lo han dejado!!!
Se ve que es sobre todo restaurante, pero no tienen problema en ponernos las copas. Los copazos. En su copa de balón, fantásticamente preparados, por un precio que hace despiporrarse de risa a un madrileño y pensar «menos mal que no vivo en Bilbao, a estos precios viviría alcoholizado». Cuando nos acabamos la copa entramos a pedir nuestro preceptivo chupito de Jäger. No tenían, pero nos ofrecieron un licor catalán mucho más rico y que nos hizo el mismo efecto.
En mi próxima escapada bilbaína tengo que venir a cenar aquí.

Restaurante situado en pleno Bilbao (Vizcaya).
Lugar bonito con un ambiente tranquilo donde disfrutar de una buena cena.
El servicio desde que entramos hasta que salimos nos ofrecieron una atención exquisita, explicándonos en todo momento como estaba cocinado cada plato y sus ingredientes. No nos faltó de nada en ningún momento. Cuidan muy bien a la clientela.
La comida estaba muy rica, buenas raciones llenas de sabor y calidad, variedad en la carta tanto en sus platos como en sus vinos.
El precio no es barato pero la verdad es que para una ocasión especial es el lugar ideal.