Dans le Noir

Dans le Noir, una divertida experiencia que vale la pena vivir aunque sea una vez en la vida.
Una cena en la oscuridad absoluta (todo muy negro), donde comer con las manos no solo esta permitido si no que es casi imprescindible!
En cuanto a relación calidad precio el menú puede parecer caro si solo tenemos en cuenta la comida, esta bien pero tampoco es algo espectacular, pero en un Restaurante de este tipo tenemos que valorar toda la experiencia en conjunto.
El servicio muy bueno, un 10 para nuestra guía Pilar, nuestros ojos durante la cena!

Fantastic! My husband and I went here for our anniversary. I was a little nervous, but you really do relax into it and get used to the darkness. What an amazing experience and the food was the best we had in Spain.

Una experiencia singular que vale la pena vivir al menos una vez. Descubre cuantos sabores eres capaz de identificar sin tus ojos. Si vas en pareja te tocarás tanto como hablarás ;-) pero recomiendo ir en grupo. Es sobretodo una experiencia social acompañada de buena comida. Al privarte de los ojos descubres lo poco que escuchamos al resto de sentidos.
Lo mejor, el servicio. Sólo ellos y ellas saben mostrarte en la oscuridad, su mejor sonrisa.

Una experiencia que sin duda tendríamos que hacer una vez en la vida, cenar a oscuras y en Dans le Noir tienes esta oportunidad. Todos los sentidos se agudizan y se convierte en una experiencia inolvidable. Gracias a todos los camareros.

¡Vive una experiencia humana y sensorial única! Así es como se publicita este original restaurante. Dans le noir es más que un sitio para degustar comida, es todo un experimento.
La primera impresión al entrar en este moderno establecimiento es la de estar en un sitio muy chic. La decoración en blanco, negro y gris; y los cuadros colgados en el techo le dan un toque minimalista. Pero lo más interesante de este local es su propuesta escondida detrás de una negra cortina.
¿Quieres jugar a comer a oscuras? ¿A poner a prueba tus sentidos?¡Adelante! Dans le noir te espera.
Ponte en fila india, el brazo izquierdo encima del hombro de la persona que tienes delante. Empiezas a andar, cruzas la cortina y comienzan tus primeros pasos en la oscuridad total. El camarero, que es invidente, te indica donde sentarte. Una sucesión de platos pasan por tu mesa. ¿Qué estarás comiendo? Te ayudas del olfato. ¡No! Mejor del tacto. Decido prescindir de los cubiertos harta de pinchar y llevarme a la boca sólo aire. Me pongo agua… Ufff! Prueba superada, no derramé ni una gota fuera del vaso.
Pierdo la noción del tiempo. Se acabó la comida, es hora de salir y poner en común nuestras impresiones. Algunos acertamos en lo que hemos comido, otros nos sorprendemos. ¿De verdad que era eso? ¡No lo parecía!
Sacó mis primeras conclusiones: normalmente comemos por la vista y el cerebro asocia los sabores a las imágenes, no sé distinguir un vino tinto de uno blanco si no veo su color, y las personas hablamos más fuerte cuando no vemos a nuestros acompañantes. ¿Será porque pensamos que están lejos?

Dans Le Noir es una propuesta que aterriza en Barcelona después de sus experiencias en Paris y en Londres. ¿Imaginas lo que sería cenar completamente a oscuras? ¿Quieres saber lo que es pasar unas horas completamente a ciegas? Ese el experimento al que te invitan en Dans Le Noir: cenar absolutamente a tientas y acompañado por otros comensales. No sólo descubrirás lo complicado –y divertido a la vez– que puede ser tener que potenciar el resto de sentidos para no sólo encontrar la comida o bebida a ciegas, sino descubrir también qué se está comiendo. Pero el juego va más allá: a ciegas es más difícil juzgar al acompañante y mucho más sencillo abrirse buscando complicidad y ayuda. Más que recomendable la visita a este local: el menú maridaje que proponen además no te va a defraudar.

Nunca antes me había relacionado tan cara a cara con la textura y el enrevesamiento de una escarola. Nunca me había perdido tanto en el reconocimiento de los bordes de un filete en el plato. Y ni hablar de las problemáticas de cortar y pinchar y que te salga volando el fruto seco o lo que sea que parece estar por ahí en algún lugar tenebroso entre tu plato y la mesa.
Es una experiencia fascinante para los sentidos. Y además, el único restaurante que conozco en le que comer con las manos es perfectamente lícito. Sólo por ello, un 10!

Bevor ich die Lage, den Vorraum oder den Service beschreibe, sage ich lieber erstmal worum es hier geht: Essen im Dunkeln. Im ganz Dunkeln. Man sieht also nichts als Schwarz. Tricksen mit dem leuchtenden Zifferblatt der Uhr oder dem Handy geht nicht — diese Utensilien müssen vorher in einem Spind weggeschlossen werden.
Man ist hier so organisiert, dass jeden Abend zwei «Schichten» essen, d.h. die Gäste trudeln abends ein, nehmen an der Bar einen Apéritif und geben ihre Bestellung auf (2-​, 3– oder 4-​Gänge-​Menü mit 2 oder 3 Gläsern Wein). Kurz bevor es zum Essen geht, werden alle Gäste zusammengerufen und werden einander und ihrem Kellner vorgestellt (alle Kellner sind blind — richtig blind). Dann werden alle in einer Polonaise durch die Lichtschleuse in den Essraum und an ihren jew. Platz geführt. Dabei wird darauf geachtet, dass einem die Begleitung gegenübersitzt und man mit den Nebensitzern eine gemeinsame Sprache spricht (Bonusmile&Begleitung wurden z.B. neben zwei Amerikanerinnen platziert).
Sonderwünsche können geäußert werden (Allergien, vegetarisch etc.)
Dann wird ganz normal (nein — eigentlich ziemlich gut) gegessen. Ich gebe zu, ich habe ab&zu einen oder zwei Finger zu Hilfe genommen (aber das bleibt unter uns, ok?!).
Danach gibt’s ein ausführliches De-​briefing mit Fotos der einzelnen Gänge und Vorstellung der Weine die man getrunken hat.
FAZIT:
Ein interessantes Erlebnis. Ein gutes Essen. Preis obere Mitte (man zahlt ja auch das Event mit). Service freundlich und schnell.