Mal de Archivo

Deje el lugar en favoritos y hoy fui a conocerlo. No fuimos tarde pero estaba lleno. La empleada no muy buena onda, no nos quiso armar una mesa, cuando podia. Lamento esta primera impresión cuando el lugar es re lindo.

Aviso que no voy a ser muy objetiva, desde ya, porque estamos hablando de un café/​librería y son básicamente mis lugares favoritos en el mundo. Pero intentare destacar las cosas que creo todos podrán disfrutar. Primero, la decoración es genial, con mucha onda. Segundo las promos de desayunos y meriendas completisimas, para todos los gustos y con muchooooos ingredientes. Tercero, pero no menos importante, tienen dando vuelta por el lugar discos, revistas, y demás objetos onda vintage, que la verdad vale la pena mirar. Los precios están bien, no es barato, pero para la abundancia de los platos está bien.

Fui a pasar mi dia de franco a Rosario y lo primero que hice fue tomar recomendaciones de Unilocal.Bastante intrigado me sentí cuando leí las reseñas de Mal de Archivo, ya que las reseñas eran bastante motivadoras.
La verdad es que es un lugar muy querible desde cuando apenas se ingresa a este. En el distrito centro de la ciudad, te hace bajar un cambio apenas entrás. La carta, probablemente sea lo de menos. Pues es un lugar que es un poco disqueria, un poco libreria, algo de bar-​café y bastante de espacio de encuentro. De hecho Mal de Archivo creo que tiene como idea eso. Que obviamente consumas, pero que principalmente puedas ir a difrutar y a pasar un muy buen rato tanto solo, como en grupo o en pareja.
Los precios son más bajos de los que pueden ser en un lugar del mismo estilo en Buenos Aires, y la atención es correcta y para nada invasiva .
En cuanto a lo que ordené, fue bastante simple. Un jugo de naranja, un café y un sandwich de crudo con queso en pan negro que rebasaba de aceite de oliva llamado «Crudo Chic ». El cual me gusto mucho tanto por lo rico que estaba como por el hambre que tenía.
El ambiente es muy relajado y la verdad que tiene algunos códigos viajeros y arties muy copados. Principalmente en los baños con los Ampelmann como diciendo cual es de mujer y cual es de hombres.
Por lo que pude ver, en la carta también tienen tartas, tortas, tés y cafeteria varia.
Asi mismo, hay algunos cocteles medio retro-​modernosos. Pero que en lineas generales convencen y mucho.
Les recomiendo realizar una visita si están por Rosario. Realmente es un lugar que estaría bueno como para que pueda llegar a perdurar. Principalmente porque no está en un zona que sea del estilo «palermitano». Donde todo parece copiado o poco original.

Buena combinacion bar-​librería. Ideal para ir a comprar regalos porque tiene intereseante selección de libros, entre ellos importados y ediciones especiales. En el bar imperdible el desayuno natural.

hermoso lugar para los amantes de la ilustración… esos libros que no se consiguen en otro lugar! acompañados por un rico desayuno.

Qué puedo decir de un lugar en el que, si pudiera, me quedaría a vivir, Mal de Archivo parece trasplantado de una calle de algún país nórdico, un espacio que conjuga discos, libros, objetos de diseño y comida. Comencemos con los libros: la selección es impecable a cargo del dueño, quien tiene experiencia de librero por años, aunque sea muy joven. Cada ejemplar está ahí por alguna razón: editoriales españolas que se nos ha vuelto complicado encontrar, ediciones preciosas para niños, colecciones como la 33 ¹⁄₃ que para quienes nos gusta la música son imprescindibles, crítica literaria, arte, autores rosarinos, hay amor por la literatura y se nota. La propuesta gastronómica es muy sencilla: hay brunch por la mañana, tartas y sandwichs al mediodía, y cookies y tortas para el café o té de la tarde. Almorcé una ciabatta de pollo al romero con queso y una limonada ($ 74), muy buena. Aceptan tarjetas de crédito y débito. La atención es súper amable y si tienen alguna inquietud no duden en acercarse y charlar con cualquiera de los chicos, los sabrán orientar adecuadamente.

Mal de Archivo es uno de esos lugares donde podrías pasar un día entero sin aburrirte. Ubicado justo enfrente del gimnasio de la UNR, lugar donde se desarrollan además diferentes actividades universitarias, ofrece una propuesta diferente para la ciudad. Podríamos llamarlo bar cultural.
Esa tarde nos reunimos con un grupo de amigos músicos, escritores y artistas. El lugar era perfecto. Juntamos un par de mesas contra la pared del primer espacio que tiene Mal de Archivo y nos tomamos café. Aunque la carta no es demasiado amplia casi exploto de alegría cuando leí «Café con leche condensada», ¡qué exquisitez!
El segundo espacio de este bar cultural es una librería, donde los libros están dispuestos en una isla enorme que hay en el centro. Libros sobre arte, música, poesía, literatura, ensayos… hay libros que no conseguís en cualquier librería de Rosario, por eso ésta es especial, y si estás buscando algo muy específico es probable lo encuentres ahí. En las paredes los estantes se suceden desde el piso hasta el techo. La sensación que siente un aficionado a la lectura es inexplicable.
Lo curioso fue cuando un amigo comenzó a recitar un poema en voz alta y nos fue llevando a todos al tercer espacio que es una sala donde se muestran obras de artistas locales o nacionales. Pinturas, fotografías, dibujos, cuelgan de las paredes de esta sala completando el clima cultural de este bar.
A un espacio para el arte y la cultura no puede faltarle un buen café, el espacio donde se producen los encuentros entre las personas, se comparten momentos y opiniones. De eso se trata Mal de Archivo.

Este lugar tiene todo… es lindo, esta bien decorado, se encuentra en un hermoso lugar y ademàs no solo es bar sino que tambièn es librerìa y disquería, digamos que es un lugar ideal para encontrarse con la cultura mientras se disfruta de un riquísimo y espumoso café.
Entras y te impacta el blanco de sus paredes y después mientras que vas recorriendo sentìs que estas en una exposición de arte.
La verdad que es difícil de explicar pero cuando entrás la energìa del lugar es muy linda, son esos lugares que te dan ganas de quedarte todo el día, ojeando libros o simplemente mirando a la pared.
El lugar pareciera estar hecho «a medida» como dicen, tiene todos los detalles y adornos de todo tipo pero todos perfectamente pensados y acomodados.
Ademàs, un detalle… en el lugar se realizan diferentes intervenciones artísticas como muestras de arte, fotografìa, lecturas y debates sobre libros.
No comì nada cuando fuì, solo tomè cafè, pero en el lugar se podían ver unas tortas que parecìan ser muy ricas y seguramente deben ser la especialidad de la casa ya que es un bar ideal para «la hora del té

Mal de Archivo es un tíipico bar para desayunar o para merendar (cierra a esos de las 20 hs). El café está bueno, las medialunas también, las tartas también y los pasteles lo mismo. Es agradable, te permite relajarte, tiene diarios y revistas de todo tipo, una decoración vintage sin sofocar y un predominio del color blanco.
Está ahí todo barbaro como para ser un típico cafetín. Vamos con los extras. El lugar es bárbaro para trabajar y para tener reuniones de trabajo, tanto porque el ambiente te deja concentrar como (sobre todo) por el tamaño de sus pesadas mesas de hierro. Esas mesas amplias que practicamente te permiten apoyar todas las notebooks que quieras son un detalle que no se encuentra en otros bares. Las sillas también son cómodas, así que círculo cerrado.
Sigamos, aparte de todo eso también tiene una librería, en donde –es cierto– resaltan los títulos de caracter snob y medio raros (lo que hace que no salgan baratos) pero recorriendo un poco también podemos encontrar buenos libros a precios más amigables.
Si uno sigue un poquito más para el fondo también va a poder encontrar el sector de casetes y vinilos, con una buena cantidad de títulos, y dando una vueltita más — como si hiciera falta algún agregado– un espacio de arte.
El lugar es perfecto, con una onda intelectual pero sin esa solemnidad o acartonamiento en el que los lugares así suelen caer. Ek clima no apabulla, te haace sentir cómodo.
Consejo: Pedite una limonada y un pedazo de torta, terminá y andá a dar una vuelta por la parte de atrás, seguro te vas a querer comprar un libro.
Ah, por si le faltara algo, también tiene mesas en la vereda, al lado de canteros con planta.

Mierienda, discos y libros!
Sin lugar a dudas uno de los lugares que más me gusta ya sea para un desayuno una merienda o simplemente para pasar a ver que hay es Mal de Archivo.
Lo conocí de casualidad, caminando un sábado a la tarde por la ciudad, su vidriera me atrapó enseguida cuando vi algunos ensayos de autores que me gustan y libros de fotografía y arte que llamaron mi atención.
Al entrar las mesas de madera invitan a tomarnos un rico jugo, una porción de tarta de manzana y algún que otro rico te. Sin dejar de lado la colección de discos nuevos y usados para elegir y la variedad de literatura, ensayos sobre cine y fotografía además de arquitectura y letras.
En el centro del lugar su galería nos invita a disfrutar del arte de distintos artistas que van rotando por las paredes y los espacios de Mal de Archivo donde además podemos disfrutar recitales y muestras de dibujo.
Para los que nos gusta ese olor de las revistas viejas podemos perdernos en viejas publicaciones mensuales de diferentes épocas.
Si te gusta el cine, la literatura, el arte, la fotografía, el dibujo pasate por Mal de Archivo, Moreno 477, que te va a atrapar.

Mal de Archivo es un lugar bello, donde todos los detalles han sido pensados. Funciona en una casa antigua reciclada. Las paredes, interminables, blancas, sirven de escenario a un festival de colores: sillas, almohadones, cuadros, libros, vinilos, objetos antiguos y kitsch.
La vitrina de la pastelería es una tentación para los golosos y hasta la vajilla, tiene un toque especial. No es nada sofisticado, ni de otro mundo, sólo una tacita transparente y redondeada, rebosante de café espumoso que te invita a quedarte un ratito más.
Ofrecen la opción de desayuno natural: fruta, yogur, cereales y semillas y, si el clima acompaña, se puede optar por las mesitas de afuera.
Hay un rincón de vinilos para los nostálgicos y un sector de librería bastante variado. A destacar: hay una mesa especial dedicada en exclusivo a escritores locales.
Pero este lugar no es sólo un café bonito. También es un espacio donde funcionan talleres, como el de hacer y tocar canciones, se montan intervenciones, muestras de arte, de arquitectura y fotografía, lecturas para niños y no tan niños.
Atenti al blog y al Facebook de Mal de Archivo que ahí publican lo que está por venir!

Epa, epa, epa… me recomendaron este lugar y fue como si me hubieran conocido de siempre. Librería y cafetería juntos… una combinación que me resulta inexplicablemente «mega atractiva».
Es innegable que los libros y el café se llevan de maravillas y Mal de archivo (que ya está por cumplir dos años en la ciudad) conjuga muy bien esa modalidad. En un espacio donde predomina el blanco; los detalles de colores, cuadros y sillas le dan un toque muy vivo.
El ruido es promedio tirando a moderado. Fui en la mañana de un sábado y había mucha gente conversando bajito o leyendo el diario.
El café está ok y la limonada (me la pasé tomando limonada en Rosario!!) está muy bien. No probé la pastelería aunque tenía buena pinta…
Aunque vayamos a lo importante: LOS LIBROS!!! Tienen una colección de libros infantiles hermosa, de esos que te querés comprar todos aunque no tengas a quién leérselos antes de ir a dormir (Tampoco no viene nada mal hacerse un mimo y leerse un cuentito de esos de vez en cuando). Además hay un sector con editoriales locales (bien, muy bien por eso!!!) Y te asesoran en cuánto a cuáles son las novedades. Un amor. Yo me compré dos libros de editoriales rosarinas.
Y si crees que ahí se termina la cosa… también venden VINILOS! oh yeah… y además tienen un espacio de ARTE … oh yeah por dos!
Definitivamente si vuelvo a Rosario vuelva a pasar por este lugar. Además aceptan tarjetas (hay monto mínimo para crédito, creo que era 70) Y en la librería podés comprar con tarjeta.