La Naturaleza y Usted

Probablemente el lugar que más años tiene ofreciendo comida vegetariana — exclusivamente — y a precios muy económicos en el centro de la ciudad.
Despojada de toda estética, la propuesta de este lugar es pedir lo que las bandejas ofrecen por porción o en algunos casos por media porción. Todo fresco y muy económico.
Si lo recomiendo? Por supuesto! Soy cliente de hace años! Todo rico: tartas, pizzas integrales, arroces, empanaditas chinas, bombas de papas, milanesas de soja y mucho más!!!

Hace años que «Las taiwanesas felices» (como les digo yo a la Señora Lee y su familia) me dan de comer al mediodía cuando ando por el centro. Creo que desde 1999 en que estaban en otro local también por la calle Belgrano. Esas eran épocas difíciles para ser vegetariana en esta ciudad. En la mayoría de los lugares o bien no había opción vegetariana o bien cuando yo preguntaba si había algún plato que no tuviese fiambre o carne me contestaban mal, me trataban con desprecio y me atendían con desgano. Eso sigue pasando ahora aquí en Córdoba, pero menos. En Buenos Aires, por ejemplo, hace mucho que no me pasa, no importa si el lugar al que voy a comer es super barato y tradicional o caro y gourmet, siempre hay una opción vegetariana (diferente de ensalada) en el menú, que me es servida con amabilidad y buena onda.
Por eso cuando descubrí a la señora Lee y su familia, que además de vender comida vegetariana a muy buen precio me atendía con una sonrisa, me volví cliente habitué y eventualmente hice un curso de cocina taiwanesa vegetariana con la señora Chen, que en ese momento también trabajaba aquí.
El lugar no es de lujo, es un comedor comunitario, hay que hacer cola para pedir la comida. Se puede pedir para llevar o quedarse a comer en el local. Si uno se queda, hay que compartir la mesa con extraños como en las tavola calda de Roma. La vajilla es barata, los cubiertos también. Todo está ultra limpio y prolijo. La clientela es variada: empleados y empleadas de los comercios de los alrededores, abogados, gente que anda por el centro haciendo trámites, gente bien pobre que no se puede pagar el almuerzo en otro lugar, extranjeros de paso por la ciudad.
El clima general es amable y la comida es sabrosa. El menú es simple: variedad de verduras crudas, al horno o al vapor, soja texturizada, milanesas de soja, ensaladas, fideos de arroz, empanadas chinas vegetarianas, empanadas de arroz y verduras, pizza de zanahoria y queso, pizza de espinaca con masa integral, chop suey de verduras, chow mein, algunas cosas asiáticas fritas, ensalada de algas, etc. Los precios son muy bajos y se cobra por porción.

Hay una mística especial que rodea todos aquellos lugares que se hacen llamar «comedor» — no es restó, ni bar, ni siquiera restaurant. Es simple: tenés que entrar con cero expectativas. Como si una vecina te invitara a comer un mediodía después de haberte quedado afuera de tu casa.
Sí, el lugar es lo opuesto a fancy, pero siempre está limpio. La vajilla y cubiertos son medios raja y tienen guerra, pero cumplensu propósito. Las mesas son comunitarias, pero nunca me pareció demasiado incómodo.
Eso sí, la comida es deliciosa. El tofu más exquisito que haya probado, con la textura ideal. Hay variedad de verduras, fideos de arroz, canelones de verdura, arrollado o tarta, pizza de masa integral, buñuelos, spring rolls, salteado de verduras, etc. (No hace falta que aclare que es comida vegetariana no?) Encima hiper barato. Pedís una porción de esto, media de aquello y estás hecho. No te olvides el flan de postre, es imperdible.
Podes comer ahí o pedir para llevar. Abre de 12 a 15. Ah! Y si le pagás con cambio, la señora Lee te contesta con una sonrisa que te alegra toda la semana.

Se puede comer barato y sano, y La Naturaleza y usted es prueba de eso. En un local por el que desde afuera no das ni dos pesos, entrás y comés casi por ese precio. Es un restaurante vegetariano al que hasta yo que desayunaría asado disfruto ir.
Mesas para compartir, cubiertos en un vaso para que saques vos, sillas distintas y nada de decoración. Y no lo digo como algo malo, se concentran en que sea todo rico y ambiente amigable, y eso importa más que el aspecto. No es de esos lugares que se esfuerzan en tener onda y te termina saliendo un ojo de la cara.
En el mostrador tienen fuentes con las diferentes opciones, vos les decís a quienes atienden qué querés poner y van armando tu plato. Hay un cartel con precios que son tipo «$ 5 la porción de papas al horno». Te armás un menú variado con 20 pesos. Es una locura.
Las opciones, además, son realmente ricas. Pizza con masa de arroz, diferentes verduras al horno bien doradas, empanadas de verdura, tofu, milanesas de soja ricas (no tipo suela de zapato viejo, realmente ricas), verduras salteadas, ensaladas con arroz integral mezclado con cosas tan sanas que no sé qué son y unas empanaditas chinas que me gustan más que abrir la canilla y que salga dulce de leche.
Las bebidas también son baratas, no es de esos lugares que te venden el plato a 15 pesos y las bebidas a 200. Además tienen muchas opciones, no te obligan a tomar sano como esos lugares donde querés coca cola pero sólo hay limonada o jugo de pasto y arcoiris.
La atención es buenísima y el ambiente muy lindo. Está bueno sentarse a compartir una mesa y terminar charlando con cualquiera.

Bueno, bonito (NOT) y barato. Dos de tres no está nada mal.
La Naturaleza y Usted (los orientales no saben ponerle nombres en español a las cosas, son muy conceptuales –conocí un super chico que se llamaba JaJa-​) es mi restorán vegetariano favorito.
No es lindo, las mesas son feas y las sillas no hacen juego, la vajilla es barata y los vasos se ven medio baqueteados. Pero a nadie le importa porque es barato, rico y siempre te atienden re sonrientes.
El sistema es bastante simple, vas, hacés cola, elegís lo que querés comer de las bandejas que están en una especie de barra y listo. Lo más complejo es que te cobran por «porciones» que calculan ellos cuando te sirven, así que si indicás que querés poquito, te cobran media porción.
En general hay verduras hervidas, al horno, brócoli, salteados varios, revueltos, bombas de papa, empanaditas chinas y tartas. Todo está muy bien cocido y condimentado.
La comida me encanta y la vajilla humilde no me jode, pero sí (y perdón si ofendo a alguien) veo que hay mucho jipi, y si bien el local en sí está muy limpio, un par de veces me he encontrado con gente extraña y sucia que va a comer ahí, lo cual es una lástima.

Estar dando vueltas por el centro de la ciudad haciendo trámites puede ser agobiante. Hay un tip que me alivia el fastidio: si me agarra el mediodía, puedo almorzar en «Naturaleza y Usted», más conocido como «los taiwas» (aunque se dice que sus cocineros y dueños son vietnamitas). Si entran por primera vez el lugar les va a parecer horrible: nada de decoración, mesas y sillas de caño, calor, cola para comprar, abarrotado de gente, exhibidores de plástico sobre el mostrador. Pero la comida salda todas estas deudas: la más barata y deliciosa de Córdoba, servida por la señora Lee que está siempre sonriente. Canelones, ensaladas con soja texturizada, tofu, empanaditas chinas, pizza de zanahorias: los he probado todos y todos son deliciosos. Algunos me dicen que exagero, pero para mí los taiwas son mi segundo hogar (aunque el baño deja mucho que desear). Por 30 pesos puede pedirse un plato vegetariano completo, por ejemplo una milanesa de berenjena, con media porción de calabacín al horno y de verduras al wok, bebida incluida (gaseosas, agua, aguas saborizadas). En Córdoba no hay nada más económico y sano a la vez. Puede elegirse la opción «para llevar» o compartir allí mismo la mesa con otros comensales, todos parecen conocerse. El precio es el mismo en ambos casos, sólo se agrega un plus si desean llevarse cubiertos de plástico.