Prana

Cumbia, los peluqueros bailan, te dan café y galletitas, hay paredes pintadas de starwars e incluso jueguitos de arcade para pasar el tiempo de espera. Muy divertido todo, pero mi cabeza es un desastre.
El peluquero fue un amor, divino, divertido, con toda la onda (como todo el lugar). Pero no me hizo para nada lo que le pedí. Ahora tengo el pelo amarillo (no se puede llamar rubio, si vieran la foto que le mostré de ejemplo y cómo quedé yo, me entenderían. Estoy para ir a una bailanta).
Pero esto no se acaba aquí: no fue solo mi cabello la víctima de este lugar. No conformes con eso, me arruinaron la camisa. Cayó tintura en la misma. Yo tenía los ojos cerrados porque me estaban pasando tintura cerca de esa zona y me ardían, y el peluquero me dijo «uy, te salpiqué un poquito el brazo y la camisa» justo después de que me hizo cerrar los ojos. Me reí, pensé que me estaba cargando, hasta que me empezó a picar el brazo. Ahí abrí los ojos y vi que era verdad. ¿CÓMO NO ME VAS A LIMPIAR INMEDIATAMENTE LA ROPA? Le pedí que me diera algo para limpiarme, pero se ve que además cayó en otra parte una cantidad de tintura mucho mayor (no sé si habrá sido en ese momento o en otro, y no me avisó). Cuestión, camisa arruinada.
Además, es carísimo, o sea, también me arruinaron la billetera jaja. Gasté $ 1300 por teñirme y hacerme una mecha de color. Trescientos pesos sale hacerse una mechita de 3 cm color en el pelo. TRESCIENTOS.
El pelo crece, pero me quiero morir.

El lugar es un poco intimidante, con todos esos pelos raros y modernos, su música fuerte y todo muy ecléctico. Pero no hay que dejarse llevar por eso, apenas entramos nos trataron super amables, con la mejor onda y nos hicieron sentir cómodos al instante.
A mi no me tocaba cortarme el pelo (lo había hecho la semana pasada) pero mi novio salió con un corte que le quedaba de diez. La peluquera que le tocó super buena onda con los dos. Volvería pero no de acompañante sino para hacerme algo yo.

Estar en Prana es como estar en casa. Y a ésta altura créanme que es casi literal. De los 11 años de vida que lleva Prana, yo llevo 7 de fidelidad a ellos, así que es de imaginarse la devoción que les tengo. Creo que encontrar «tu» peluquero es casi tan difícil como encontrar «tu» psicólogo o «tu» médico de cabecera, así que cuando éso sucede, sentís que algo se ordena definitivamente en tu vida. Éso me pasó el día que por fin decidí entrar y probar con ésta peluquería que impactaba ya desde afuera con ésa estética tan retro y llamativa, que te daba la sensación de no saber qué ibas a encontrar adentro si te atrevías a entrar. Ni bien entré me recibieron con un beso, todos, con lo cual pensé que me habían confundido con alguna clienta habitual, pero no, inmediatamente me di cuenta de que eran así con cada persona que llegaba, simpáticos y buena onda (porque si hay algo que sobra en Prana, es la buena onda, de hecho ésa es la clave de wi-​fi), y ya desde ése momento sentí que había llegado al lugar indicado, después de tanto buscar.
Cuando empecé a ir, había sólo una sucursal, la de Crámer, y con el tiempo y gracias a su continuo crecimiento comenzaron a abrir otras sucursales, así fue como tuve q «mudarme» a una de las nuevas, la de la calle Le Breton en V. Urquiza, para luego terminar en ésta sucursal, Amenábar, con lo cual puedo dar fe de que en todas las sucursales reina la buena onda, la energía, el entusiasmo y la pasión por lo que hacen.
Si bien es verdad que muchos se amedrentan de ir porque la pelu tiene ésa impronta innovadora, de incentivarte a que te animes a un cambio drástico o «loco», también podes ir y tranquilamente a hacerte algo clásico o dentro de lo llamado «normal», por lo cual no hay que asustarse frente a los pelos de colores y cortes raros que ves salir de ahí, además siempre charlan con vos para ver hasta qué punto estás dispuesto a ceder a sus sugerencias o simplemente respetan lo que pedís que te hagan (en la mayoría de los casos, porque también he sabido de casos en los que se han disconformes con lo que les hicieron, cosa que de todas maneras puede llegar a pasar en cualquier lugar).
De hecho, si hay algo que la caracteriza es que podes encontrarte ahí a una familia entera esperando para atenderse, y cuando digo esto hablo de que va una abuela, con su hija y sus nietos. Como suelen decir ellos, «Prana es para toda la familia».
La pelu también le da un amplio apoyo y difusión a artistas emergentes y ciclos culturales del circuito off, por lo cual podés encontrar a menudo en sus locales bandas tocando, DJ´s pasando música en vivo, ensayos abiertos, etc. Ojo, ésto hace que muchas veces cuando entrás tengas que gritar un poco porque la música está a un volumen demasiado elevado, pero bueno, también forma parte de la identidad de Prana, al igual que el humo que tiran cada tanto, y la decoración sobrecargada y colorida.
Recomendación: ir en día de semana es fun-​da-​men-​tal!!! Con más razón si lo que planeás hacerte es algo que requiera un proceso largo, ya que sino la demora puede llegar a ser demencial!!! He llegado a estar 6 horas ahí adentro un sábado! Entiendo que la mayoría de la gente quizás disponga de más tiempo un sábado, pero ésto mismo hace que se llene a morir y por consiguiente la demora, a pesar de que sean muchos los estilistas disponibles para atenderte.
En cuestión de precios, muchos los consideran elevados, pero si comparás con cualquier peluquería de nivel, la verdad que los precios que manejan no salen de lo que se están manejando en cualquier lado, aparte podés arreglar con las RR PP por Facebook y siempre algún descuento te hacen (yo NUNCA pago el precio real) e incluso para los que tienen tarjeta de crédito/​débito de Santander Río, los miércoles tenés descuento en peluquerías, asique podés aprovechar y combinar los dos (ojo que no en todas las sucursales aceptan tarjeta, en ésta sí).
Importantísimo: siempre te ofrecen café o té para tomar mientras esperás, junto con unas ricas galletitas de limón de las que soy fanática…sí, me importa y me suma que también me dejen el estómago contento.
Amor profundo por Prana (por si todavía no se habían dado cuenta! jaj).

Una peluquería distinta.
Sin dudas, la contracara de las peluquerías cool en las que te sirven un Daiquiri y suena House. «Prana» emerge en el paisaje urbano como arrancada del subsuelo de la BondStreet de los 90’s. Hay mucho tatoo, ojo delineado, gritos, música al palo y muy buena onda. Claramente el ambiente es su particularidad.
Me atendieron muy bien, no tuve espera, me hicieron un buen corte y salí muy contento.
Tienen un montón de locales en Urquiza y Belgrano. En breve van a abrir una sucursal en Colegiales. No aceptan reservas, te atienden por orden de llegada. El precio es Standard: $ 200 (SEP15) y aceptan tarjeta de crédito.

El sábado fui a acompañar a una amiga a hacerse un poderoso cambio de look y de golpe terminé yo también arreglandome las mechas.
Ya conocíà la sucursal de Prana de Cramer. Fui el año pasado y salí bastante conforme. Ahora en la sucu de Amenabar, tuve una grata tarde y con varias cosas para resaltar:
1. Los Sábados, explota. Onda, viste la línea A cuando te subís un Lunes 8.30 AM que no entra un alfiler? Bueno, acá pasó algo similar. El local no es tan grande comparado con la cantidad de gente que va (sin contar la tía y la prima que acompañan a la otra prima y sobrina a cortarse el pelo).
2. Los chicos que atienden son todos súper macanudos y hacen que tu estadía sea grata en la pelu. Siempre estan ofreciendote algo para tomar (agua, té, café) y pasan ofreciendo galletitas cada tanto.
3. Laburan a dos manos y con varios clientes al mismo tiempo. Pero lo bueno es que siempre saben que se está haciendo cada uno.
4. Reina la buena onda y se van turnando entre los empleados para musicalizar el local. Pasamos por Babasónicos, Bersuit y Wendy Sulca (?)
En cuanto a las contras, se podría mencionar la ubicación de las sucursales. Estan todas juntas (en un radio de 10 cuadras, aprox como mucho) y en Belgrano. Es decir, vas desde Caballito y estas mínimo 45 min yendo. Lo bueno es que ahora van a abrir una cerca de Vorterix y no va a ser tan trasmano.
En fin, vayan con paciencia (si van un finde más que nada) y tranquis de que van a salir conformes! (Lo dice una maníaco-​obsesiva de su pelo).

Hacía bastante que tenía muchas ganas de hacerme algo en el pelo, así que aproveché que mi señora madre está de viaje y no podría acompañarme y, en consecuencia, tampoco emitir opinión sobre lo que haría en mi cabeza, para ir a Prana.
Cuando encaré por Amenábar no veía ningún cartel pero me dí cuenta que estaba llegando al local por el volumen de la música que salía. Al principio cuesta acostumbrarse y puede ser (muy) molesto no escuchar qué te está diciendo un tipo que sostiene una tijera cerca de tu pelo, pero después te acostumbras y salís con el oído sensible y biónico de Superman.
Me atendió Gonzalo, un kpo total. Personalmente no soy muy fan de las peluquerías (oh, ¡una mujer que no le gustan las peluquerías! ¡Sáquenle una foto! (?)), y se ve que mi cara lo decía, porque se encargó de sacarme charla para que me relajara y entrara en confianza, y terminamos hablando super bien. Me fui re contenta y conforme con todo.
Sin embargo, durante las casi cinco horas que estuve ahí (sí, leyeron bien, yo también me quise morir), también pasé por otras manos –apa– porque había muchísima gente y Gonza iba «rotando» atendiendo a otras personas. Esto me jodió un poco al principio pero después lo superé porque la situación era super comprensible.
Teniendo en cuenta la cantidad de gente que 1) va a atenderse y 2) trabaja ahí, el local es chico. Son casi 8 peluqueros, más 3 chicos que están como ayudantes. Entre eso, más los 7 u 8 sillones que hay para que laburen, más la gente que se está atendiendo Y los que van a acompañar, hacen que el local quede bastannnnnnete pequeño.
Tiene una ambientación inspirada en Transformers en la parte de adelante (TIENEN UN MINI TRANSFORMER COLGANDO DE UNA PARED, POR EL AMOR DE OPTIMUS), y la parte de atrás, donde está la sala de espera, está toda pintada de *estrellitas* STAR WARS *estrellitas*. También tienen un mural de Bruce Lee, y una de las mesas sobre las que atienden es una tabla de surf. Amé todo eso.
Aceptan efectivo, débito y crédito, pero si pagas en efectivo te hacen algún descuento. Personalmente, me hicieron mil cosas y, si bien no sabía cuánto iba a gastar y no estaba dispuesta a poner mucha guita, terminó siendo bastante caro, pero pasé de tener rulos y aburrimiento a un pelo lacio y violeta, bitches.
I don’t care, I love it.

Llamativa por naturaleza, esta peluquería es una verdadera jungla: podes encontrarte desde músicos hasta niñitos haciendose cortes punk (lo ví en vivo y en directo –aw-​) pasando por oficinistas. Sus peluqueros/​coloristas son un capítulo aparte en el tema ‘freaks’.
Desde que entré la atención fue excelente. Todos súper amables, atentos y simpáticos. Fui a cortarme el flequillo y, lo más importante, teñirme las puntas de rosa.
AHORA BIEN, aquí empieza el tema. Me atendió un chico que ya no recuerdo su nombre. Le expliqué que quería puntas en color rosa clarito, casi blanco, «pastel». No se si era daltónico o sordo pero salí de ahí con la mitad de la cabeza fucsia. Cuando me empezó a secar el pelo lo único que quería era irme corriendo. El flequillo me lo cortaron en seco y muy bien, para ser honestos.
Calculo que al haber salido totalmente disconforme con el resultado, el precio me pareció caro, pero nada fuera de lo normal en cualquier peluquería «cool».
La recomiendo, de todas formas, se nota que saben, aunque a mi no me haya dado resultado. Si te gustan los cambios extremos y cosas llamativas, pues este es tu lugar. Yo no volvería.

Definitivamente no se trata de la típica peluquería que uno podría llegar a imaginar. Con una trayectoria de hace ya más de 10 años, después de mucho tiempo decidí darme una vuelta para conocer este lugar (y claro, cortarme el pelo).
Basta con cruzar la puerta de entrada para instantáneamente sentirse invadido (en el buen sentido) por la onda que propone:
Buena música (a un volúmen considerablemente superior al que uno podría llegar a esperar dentro del rubro), paredes llenas de graffiti (muchos de los cuales son referencia directa a «Star Wars», lo cual le suma un puntito más), luces bolicheras, aroma que mezcla sahumerios con vaya uno a saber qué (pero agradable).
Aún con su aire juvenil y «alocado», es claro como cada detalle en el lugar se encuentra minuciosamente cuidado y pensado para mantener el estilo, desde la mesa/​barra/​tabla-​de-​surf, la onda de cada uno de los chicos atendiendo y algún que otro detallecito extra, como la máquina arcade (más conocida en el barrio como fichín) y la decoración en general.
A pesar de la enorme cantidad de gente que reciben constantemente, la atención es rápida y muy amena, a la vez de que laburan de forma muy profesional.
El rango de precios no varía de cualquier peluquería «genérica», con el Plus de que otorgan descuentos, 2×1 y otros beneficios que incentivan a visitarlos más de una vez.
Como detalle, lo único que puede llegar a hacer un poquito de ruido es que suele asistir mucho «público» adolescente (no todos, aclaro), lo cual desde ya no es algo malo… pero para uno que ya tiene algunos añitos más en su haber puede generar cierta resistencia (en mi caso igual no tuve problema con esa cuestión).

¡Encontré MI PELUQUERÍA! Y para mí eso es algo MÁGICO.
Como habrán visto en mi foto de perfil, soy una persona que suele divertirse mucho con su pelo, generalmente usando colores fantasía. Un amigo me recomendó Prana diciéndome: «tiene la misma onda que vos» ¡y no se equivocó!
Los agregué a Facebook, hablé MIL VECES con la RR. PP (sí, es una pelu que tiene RR. PP, eso me intimidaba un poco, debo admitir) pero nunca me animé a ir, hasta hoy…
Me recibió una chica de pelo corto y rosa que destilaba buena onda, nos hizo pasar a mí y a mi novio a un salón copadísimo (el que ven en las fotos) y la onda fue tan flashera y genial que él decidió esperarme ahí por voluntad propia (¡eso debería decirles mucho! jajaja).
Al poquito tiempo me vino a buscar y me llevó con Wala, él es la simpatía hecha persona, no sólo me trató de diez sino que entendió PERFECTAMENTE qué es lo que buscaba, me hizo un par de preguntas específicas y empezó a hacer su magia en mi pelo, el resultado lo pueden ver en la foto, obviamente es cuestión de gustos pero lo importante es que ¡ES EXACTAMENTE LO QUE YO QUERÍA!
Me comentó que este mes habían arrancado con una revista que se llama «VAV» (Volver a vos) y me la llevé porque tiene un montón de datos copados, como fechas de recitales e inclusive cuponera de descuento para usar en cualquiera de las sucursales.
Yo usé el 20% de descuento de la tarjeta Clarín 365 y terminé pagando entre el corte y la revi $ 124, NADA, es menos del valor de una peluquería corriente y como dije antes, ésta es LO MÁS.
Para los que gustan de cosas diferentes, conocer gente MUY BUENA ONDA y que te traten como a un amigo y no sólo como a un cliente, creo que también van a sentir que ESTA ES SU PELUQUERÍA, pruébenla y después me cuentan, seguramente no los va a defraudar :)