Piccolo Mondo

Ladies do not come here. When you go down to the restroom the kitchen sexually harass you.

Estábamos muertos de hambre, era bastante tarde y, la verdad, necesitábamos un sitio donde engullir (mucha) comida. De camino a nuestra casa nos encontramos con este restaurante italiano, y la verdad es que decidimos que nos apetecía a muerte un poquito de pasta, de comida italiana.
Entramos y nos atendió una camarera española muy simpática, que la verdad es que nos trató fenomenal y nos reímos mucho con ella. Eso sí, ella y el chef hablaban bastante a gritos casi todo el tiempo, porque las cocinas están abajo. Y la verdad es que era un poco raro.
Pedimos una ensalada para empezar que bueno, estaba pasable, y luego cada uno pidió un plato de pasta. Todo comestible (aunque llevábamos un hambre de mil demonios, quizá ese fue uno de los motivos por los que me terminé todo) pero la realidad es que la lasaña no estaba especialmente buena, y de hecho era un poco mazacote.