Cuando pensé en hacer una reseña para este lugar dije: ¡voy a hacer la reseña más sabrosa que haya hecho en mi vida! Pensé eso mientras saboreaba mi platillo que consistía en una rica combinación de tres pastas: spaguetti a la bolognesa, ravioles reyenos de queso y lasagna a la bolognesa; no sin antes haberme servido una pequeña y muy fresca ensalada de lechuga con pepino, jitomate, zanahoria, garbanzo y aderezo mil islas o aceite de oliva. Este pequeño pero grandioso restaurante se encuentra en la zona de Av. Patria, casi llegando a Tepeyac. Lo descubrí cuando estudiaba en UNIVA, así que cuando ando por ahí aprovecho para sumergirme en el rinconcito de Italia que te regala esos rumbos. El lugar tiene solo dos cajones de estacionamiento y el interior del restaurante esta decorado con bellos murales de lugares de Italia, las mesas solían tener el típico mantel de cuadritos, obvio venden vinos y también había un cocinero Italiano mal encarado que se parecía al Dr. House. Ayer que fui ya no esta ese cocinero, pero el lugar sigue siendo igual y la comida impresionantemente deliciosa. Las pizzas son un manjar, delgaditas y crujientes, tienen tres tamaños. Las pastas se tardan un poco en servirlas en tu mesa, incluso más que las pizzas, por si trae prisa tome sus previsiones o mientras comase una rica ensalada cortesía del lugar en la compra de cualquier platillo. Si no puede tomar vino, le recomiendo una sangría, combina perfecto con la comida italiana. Desconozco si tienen servicio a domicilio. Buen provecho y salud.