No me cabe duda que una de las fidelidades más profundas es para con la buena mesa. Cuando encuentro un lugar que me satisface, asisto, y asisto, y asisto. Así, puedo decir que soy ya un habitual de este sitio. Lo frecuento desde el 2003, cuando la Hostería estaba en una casita pequeña en la acera de enfrente de donde está hoy. Recuerdo las paredes en las que translucía el adobe y se estaba bien a media luz. Me sentía a gusto. Era un sitio propicio para leer, tomar un café, y estar solo. Aprovechaba que el Ángel, como le decimos varios, me quedaba a tiro de piedra de la escuela donde estudiaba. Desde entonces y hasta ahora procuro que buena parte de mis reuniones de trabajo y asesorías con alumnos sean aquí. Vaya, en más de una ocasión he impartido clases entre sorbos de café y chilaquiles. Me gustan sobre todo los desayunos. Tienen un sazón delicioso y una buena variedad. Particularmente pido el paquete que se llama El mexicano(chilaquiles, costillas, huevo en salsa, frijoles). Una delicia. Los omelettes también son fabulosos. Me gusta el vegetariano o el de carnes frías. Ambos están servidos de manera generosa y pueden llevar chilaquiles como guarnición. No acudo tanto a la hora de la comida. Pero sé que por las tardes tienen una especie de baguete masivo que se llama Pepe Pérez. Pruébenlo. No se decepcionarán. Lo sé de cierto. Por las mañanas es inevitable el café de olla. Éste merece una mención aparte. Es restituyente, de esos que hacen que a uno le vuelva el alma al cuerpo y que se hermane uno con la vida. Debo decir que no lo pre endulzan, sino que uno puede pedir el piloncillo aparte. Esto es un plus. La atmósfera es genial e invita a la conversación, sobre todo si está uno en las mesitas del patio, las que están en en el fondo(mis preferidas). Para la noche y la cena hay que decir que cuenta con una cava relativamente pequeña, pero muy recomendable, con una selección certera para quienes nos gustan los vinos. No hay pierde. La atención es esmerada y lo hacen sentir a uno como en casa. No hay juegos para niños, pero por alguna razón los míos, que son bastante inquietos, se la pasan bien. Si uno tiene suerte puede encontrarse con Ángel, el dueño del lugar, y tener una conversación más que estimulante. Insisto: este sitio es uno de los imperdibles.
Fernanda T.
Tu valoración: 4 Zapopan, México
Bueno como pudieron apreciar en todos mis comentarios tengo mamitis y papitis así que me la paso con ellos y siempre me acoplo a sus planes y está padre por que jamás me aburro y pues como todos los señores tienen sus planes de ir a desayunar con amigos, bueno eso lo hace más mi mamá así que me ha tocado en varias ocasiones acompañarla a los desayunos con mis tías o sus amigas y normalmente vienen aquí a la Hosteria del Ángel, la comida está muy rica y me gusta mucho el lugar como que le queda perfecto al nombre ya que es un estilo rústico y en la noche supongo más romántico. Casi siempre pido mis huevos a la mexicana que para ser sinceros nunca me los termino pero los pido para llevar, sobre todo los frijoles que los acompañaban que están deliciosos.
Alejandra T.
Tu valoración: 3 Zapopan, México
Llegue a este lugar de casualidad, y la buena noticia es que tiene las tres letras favoritas que buscamos en un restaurante –o donde sea-, las ‘BBB’. El lugar es muy amplio, al inicio hay un pasillo largo con mesas frente a la barra donde te puedes sentar o al final esta una terraza muy bonita y que es mi favorita. El servicio es muy bueno, siempre te hacen sentir como en tu casa. La vez que lo conocí fue para desayunar, y aunque no hay una gran variedad de platillos, todos son muy buenos; puedes pedir desde hot cakes, molletes, omelettes o chilaquiles. Por las tardes /noches les recomiendo la rotolata, que es como para dos personas. Algunas veces me ha tocado que haya música en vivo, algo tranquilo que te hace disfrutar aún más la estancia. Para cerrar con broche de oro, ¿qué tal una copita de vino tinto?
Daniella G.
Tu valoración: 5 Guadalajara, México
Un lugar ideal para comer o desayunar cuando estás trabajando, en un ambiente fresco y relajado. Es una tipo fonda donde la comida es deliciosa. En los desayunos hay lo típico: molletes, huevos, chilaquiles; pero por la tarde la comida es un poco más selecta. Para empezar las ensaladas son siempre muy frescas, llenas de creatividad y combinaciones muy buenas. Las sopas no tienen nada que pedirles aunque en lo personal siempre prefiero las ensaladas sobre cualquier platillo. Las bebidas, son variadas pero siempre prefiero pedir recomendación del mesero pues la actitud siempre es conocedora y amable. Las copas de vino siempre son una buena opción. Por último, me parece muy importante recalcar que todos los embutidos y carnes frías son preparados por«la casa» lo que las hace únicas e inigualables.