Licorería San Pedrito

Un muy buen lugar alterno para pasarla sabroso, la recomendación son las grosellitas. Son la ondaaaa la música muy buena de todo se puede escuchar. Además hay un futbolito

Si te guías por la fachada no parece muy atractivo. Es una casa muy vieja adecuada a bar pero la verdad es que está muy alternativa. Va a sacarte de lo ya conocido en cuanto a bares se refiere.
El ambiente es súper relajado. El sitio se divide en dos pisos y la decoración está muy padre/​extraña. Lo mejor del lugar son las grosellitas… tienen excelente sabor sólo ten cuidado en el número que consumes.
Te dan botana gratis, el servicio es rápido y el precio es bastante moderado. Lo difícil es el estacionamiento. Estamos hablando del centro de Cholula así que te recomiendo identifiques bien en dónde vas a quedarte, mucho más si es que piensas alargar la fiesta porque los estacionamientos de los alrededores es algo caro.

Un lugar suuuper alternativo, la música es de lo más variado no tienen un estilo definido. Va gente de lo más variado.
Tienen que probar la bebida de la casa que son las famosas GROSELLITAS, una chulada así tal cual. Están hechas con aguardiente de piloncillo, contiene lulú de grosella de ahí el nombre y el vaso está escarchado con sal de gusano, también probre uno de guanábana y me encantó además de que es de mis frutas favoritas, otra de las bebidas que tienen es un licor de maracuyá buenisimo.
Eso si para ordenar es en la parte de la barra la cual siempre esta muy llena, los precios no están mal y se lapasan re-​bien.
Si lo suyo, lo suyo es conocer y tener nuevas experiencias este es un buen lugar.
No cuentan con servicio de ballet, tendrán que buscar algún estacionamiento cercano, si lo dejan en la calle puede que les lleguen a quitar la placa, a veces pasan los tranchos a veces no, mejor un lugar seguro.
Lleguen temprano para encontrar lugar, tienen pocos donde te puedas sentar, aunque ya en el ambiente no se necesita.
Byegon.

Excelente lugar. Muy bonito. La musica esta buena y la decoracion muy agradable. Estaria mejor si pusieran mas mesas ya que en total hay solo 8 – 10 mesitas mini.

Este lugar es lo más mexicano que he visto em cuanto a lugares de alcohol se refiere, la licorería San Pedrito me remonta a lugares de hace años en donde Pancho Villa se reunia con sus dos viejas a la orilla, no sé solo entrar a este lugar me transporto a esos años, obviamente yo no los vivi pero por las fotos que puedes ver ahora en internet te darás una idea.
Infinidad de licores venden en este lugar obviamente no puede faltar el mezcal y tequila que con dos basta que entres en calor, los precios demasiado accesibles bueno tomando en cuenta lo que te gusta tomar, sin duda un lindo lugar para visitar.

La primera y única vez que he ido fue con una y su amigo de Jamaica que vino de visita. Al hombre le encanta el tequila y muchas de las tradiciones mexicanas, así que la idea de mi amiga de llevarnos, porque ni yo conocía el lugar fue un excelente idea.
En mi caso, asistí de noche y la verdad aunque se ve un poco tétrico el lugar, pues es una casona tal cual adaptada a un bar, su estructura es grande y vieja; sin embargo, eso no le quita lo interesante al lugar, al contrario le da un toque de cantina colonial.
No soy muy fan del tequila, mezcal, agua ardiente y esos derivados, por su fuerte sabor, pero por lo regular es lo más famoso del lugar. Sin duda, no me quede sin probar la famosa bebida rosada y sinceramente, un gusto haberla probado. No tenia ese fuerte sabor a alcohol, ni dulce para empalagar. El ambiente es muy relax, como para ir a echar la platicada y unos buenos tragos.

A mi el gallito de la entrada me hizo ojitos desde que lo vi desde la acera de enfrente, y como venía escuchando a la Trevi, pues que me cambio de lado y que entro. Hice lo correcto, pura gente bonita y buena onda en el lugar, creo que esto se debió también a que era jueves y los jueves salen los alivianados de Cholula, ya viernes y sábado el ambiente es más fresón.
En fin, entré y me encontré con un lugar muy bonito y de madera. Con una barra de licores muy completa y con envases muy únicos. Al tomar el licor, se une el olor del mismo con el de la madera en tu naríz y sientes que te estás tomando el elixir de la vida. Es una combinación de sentidos exquisito.

Como cualquier lugar nuevo que abren en Puebla y sus alrededores, (porque este está en Cholula) el lugar cuenta con fama entre los locales y cuando abrieron estuvo de moda (y creo que sigue estando al ver otras reseñas).
La verdad es que cuando fui, el lugar se me hizo bastante underground, es una casa que la hicieron bar, pero en sí no sentí que hicieran grandes cambios, en realidad te sientes dentro de una casa antigua con música prendida.
Lo más original es la parte en donde tienen los licores, pues parece que entraste a una cantina perdida en el tiempo. Parece antigua, pero la gente es moderna, es un feeling inusual.
Tienen cosas interesantes y random como mesas para jugar futbolito. Además te puedes sentar alrededor del patio, y disfrutar de la noche, o bien, sentarte en una mesa en la parte donde está techado.
Cuando fui, no tenían mucho de haber abierto. Lo que no me latió fue que una cuba la pagué más cara que en otros lugares de Cholula (ej. Container). Además no había precios visibles, ni cartas por ningún lugar.
Si te late la onda underground, hipster y demás, este es un lugar que podría ser una opción para tí.

Este lugar es de esos lugares super cool que están reservados para la gente que nunca se queda con la primera impresión y que conoce a un amigo super en onda que te lleva ahí, porque a pesar de ser un bar muy solicitado a la luz del día aparenta ser una cocina económica jajaja. Pero es una falsa entrada porque pasas un pasillo y llegas a la verdadera diversión.
El estilo del bar es super, porque se acondicionó en el patio de una casa antigua, por lo que la fiesta se da en los rincones que han adecuado para ser mesas y recibir a los invitados.
Su barra es de madera y de repente te transporta a la época de la revolución y más porque aquí se retoma el sabor y gusto por las bebidas espirituosas de nuestro pueblo, ya saben Mezcal, licor de frutas, destilado y bueno el ya muy famoso y consolidado Tequila.
El día que lo conocí fue porque continuamos ahí la fiesta del cumple de un amigo y la experiencia fue super, así que sigue siendo un referente cool. La música es otro de los puntos que tienen este lugar porque es moderna y ayuda a ponerse en ambiente y bueno la verdad es que también es el lugar a donde te das un taco de ojo sin problemas, porque siempre hay chicos y chicas super guapas, así que aunque el asunto es estar super relax y con cero poses un poco de gloss y una super sonrisa nunca sabes cuándo se necesite.
Y bueno como soy amante de probar cosas nuevas, siempre opto por la bebida especial, la recomendación del barman. Lo super recomiendo para divertirse, probar nuevos sabores y salir sonriendo y a veces hasta enamorada jajajaja o habrán sido los mezcales, mmmm no lo sé

Muchos vamos a la licorería San Pedrito por la casa en la que se encuentra: una vieja casona transformada en un restaurante y un bar. Al contrario de muchos otros lugares en la zona, y por más extraño que esto suene, aquí dejaron intacta la antigüedad de la casa. El espacio sigue sintiéndose como una casa vieja, nomás que ahora hay murales, futbolito y gente bebiendo mezcal en su patio. La atmósfera del lugar es muy agradable, incluso cuando está lleno, porque el espacio es grande y la gente se distribuye por el patio, la terraza, las escaleras y ya si de plano son muchos, hasta la terraza del Pachamama (el restaurante vecino) abren. La verdad es que además de la casa, y la buena música (que casi siempre coincide con mis gustos), lo que me gusta mucho del San Pedrito es la botana. Una atinada mezcla de cacahuates, granos de maíz, lentejas y chícharos enchilados. Concluyo diciendo que este es un buen lugar (hay pocos en Cholula) para saciar la sed de cerveza o mezcal de quienes no disfrutan de lugares muy encerrados o ruidosos.

La Licorería está chida –hay buenos tragos, buen mezcal, buena chela y buen ambiente– y el lugar está bien padre –una casona vieja rehabilitada como bar– pero no soy tan fan porque, sabrán perdonar la vejez, la música está fuertísima. Pero neta fuertísima, tanto que en ocasiones no deja ni hablar –pero tampoco es como para bailar, o al menos no siempre. Quizá eso explique que haya tanto #chavo en el lugar –o tanto forever, que es más o menos lo mismo. He ido un par de veces y la he pasado bien, y sin broncas volvería a ir, pero si son como yo –o sea, jóvenes avejentados o alérgicos al ruido– pues mejor búsquense otro lugar menos trendy.

La Licorería San Pedrito me parece uno de los rincones que más valen la pena en Cholua, cuando se trata de salir en la noche. Está construida en la parte de atrás de una casa antigua, — de hecho la entrada es a través de otro negocio, el Pachamama -, con una remodelación que me encanta. Llena de detalles como los pisos de colores, las columnas antiguas y la iluminación muy bien diseñada, esta casa es super agradable para tomar una cerveza, un mezcal y una botana.
Además, la música que ponen en la Licorería San Pedrito me encanta. Es muy variada, desde cumbias, hasta música balcánica o algo de rock, pero para mi gusto, muy bien seleccionada. Y siempre hay por ahí alguna pareja bailando.
En la planta baja, tienen un futbolito que normalmente está ocupado, pero cuando se puede, hace muy divertida la noche.

Lo que más me gusta de la Licorería San Pedrito es el lugar: es una casa vieja, adaptada y decorada respetando todavíà la idea de «ruina». Hay un patio grande y amplio que para la media noche ya está repleto y un segundo piso con algunas mesas que tarda más en llenarse.
Los mezcales en la Licorería son buenísimos, traídos de Oaxaca y muy muy variados. Te los sirven con un platitio con naranjas y chile o puedes pedir una rica botana de granitos de maíz.
En cuanto a la música: es un volado. Me ha tocado de todo: sones, rock mexicano o terribles sesiones de casi reggetón. Es, creo, el único pero que le pondría al lugar. Pero si vas y te toca la mala suerte de que la música no es de tu agrado no te preocupes: tómate unos mezcales (que bien vale la pena) y si todavía no te convences, unas calles más adelante está Jazzatlán, un bar donde la música será buenísima sí o sí.

El lugar está un poco oculto. Como referencia, hay un enorme gallo dibujado en la fachada, lugar donde también cuelga un letrero que te invita a adentrarte hasta el fondo para llegar al destino. Lo primero que notas al arribar es su antiquísima fachada adaptada a los tiempos modernos con luces tenues, mesas gastadas y un futbolito que acaparará tu mirada.
Si llegas de noche, además de la atmósfera medio vintage, también podrás contemplar la maravillosa vista que ofrece la torre del templo de San Miguel Tianguisháhuatl cuando se iluminada totalmente y como la edificación se encuentra justo a un lado de la licorería, da la impresión como si anduvieras en algún patio del templo.
La primera vez que asistas (y no haya mucha gente) no te extrañe que los consumidores o hasta el mismo personal del lugar te quede viendo raro, tal parece que es algo normal que se quita con la asiduidad. Una vez adentro te recomiendo vayas a la barra y pidas una grosellita (la bebida estrella del lugar) o un rico mezcal para liberar tensión.
Puedes ir con amigos o en pareja. El lugar se presta para ambas situaciones.