Hotel Royalty

La atención es buena aunque puede mejorar, la vista desde la terraza es espectacular !!!

¡Hasta con las botas lustradas salió Mono de ahí ese día!
Todo fue perfecto esa noche: la música, el lugar, el mole más increíble en el planeta existente, el pansito que nos dieron en la entrada con un deep de ajo; la cerveza barrileña, mi bohemia negra, Ella. Yo me devoraba el platillo mientras la veía hablar y comer, y seguir hable y hable y come y come. Ella me veía embarrar lo restos de bolillo sobe mi mole restante. «Me estoy destruyendo el estómago Juana, pero contigo, entonces nada importa». Mono tiene gastritis pero le vale, el mole es su comida favorita y no lo va a dejar por «un dolorcito que se pasa con peptobismol» Entre risas, plática, boleada, trago de chela y cursilería se nos acabo el tiempo que teníamos entre la cena y el concierto. «¡Mono! el concierto era a las 8! no a las 8.30!“Pide la cuenta y córrele, deja paso al baño y nos vamos»

No tengo palabras para describir el sabor del mole que me comí en el Hotel Royalty, sin exagerar, es el mejor mole que he probado en mi vida. La presentación del platillo es muy sencilla, porque no necesita no serlo; el sabor lo es todo en este lugar. La calidad tanto del pollo como del mole no tienen madre. Pedí crema por inercia y ni la toqué. El dulce perfecto y el picoso ideal, no necesitaba nada más.
La chela de barril también se las recomiendo harto. Yo pedí una obscura y también estaba de PM!

El Royalty es sin lugar a dudas uno de los puntos de reunión más importantes de Puebla para los visitantes.
Independientemente de su servicio de hotel, el Royalty tiene uno de los restaurantes-​bar más famosos de la ciudad en el que convergen políticos, turistas nacionales y extranjeros y poblanos.
La cocina es muy buena, los tragos bien servidos y el servicio es excelente. Pero realmente el plus que presente este restaurante-​bar es la vista que tiene hacia el zócalo de la ciudad en el que mientras comes o tomas un trago puedes ver el pasar de los turistas y la vista directa a la catedral poblana.

Este hotel es toda una tradición en la ciudad, porque su ubicación no podría ser más privilegiada ya que está en el portal hidalgo en pleno zócalo de la ciudad. Es una de las opciones más importantes que escogen turistas nacionales e internacionales, ya que las da la opción de recorrer todo el centro histórico a pie, con la mayor libertad y comodidad.
Creo que lo que más representa a este hotel es el restaurante, donde las mesas más socorridas son las que se encuentran en el portal y desde donde se tienen la vista completa del zócalo de la ciudad, además de que su tradicional marimba hace que desde el desayuno y hasta la cena sea todo un placer.
El restaurante es de categoría internacional, así que la comida siempre está muy rica y representa a la comida nacional y poblana. Además, los cortes de carne también siempre son una excelente opción.
Personalmente, disfruto mucho más ir a comer o a cenar, ya que hay menos gente en el centro y no sientes que todo el mundo te ve. Es el lugar donde muchos comienzan la fiesta o van a tener una cita romántica bajo las estrellas.
La recomendación es que sin van a ir con un grupo grande y quieren estar en la terraza hagan reservación y así todo saldrá bien.

Es inevitable pasear por los portales de la ciudad y que llame tu atención el ambiente de marimba y la gente animada que come en el Hotel Royalti, famoso por eso por su restaurante ubicado en planta baja del hotel.
Para mi el mejor día para visitarlo es en fin de semana, sábado, ya qie aunque hay gente nada se compara a los domingos que tardarán un poco en atenderte, el ambiente siempre es grato eso no cambia y para pasar un buen momento.
Para hospedarte en el hotel en lo personal los precios no son muy elevados considerando la ubicación ya que esta justo enfrente del zócalo, la ubicación es perfecta para turistas extranjeros y nacionales todo queda practicamente a la mano y tendrás una vista envidiable eso te lo aseguro.

Uno de los lugares de mayor tradición poblana; generalmente elegimos una mesa afuera, en los portales, porque nos gusta ver pasar a la gente, escuchar la marimba, apreciar la catedral y la fuente de San Miguel situada en el centro de la plaza principal, teniendo ambas de frente no hay forma de que puedas sentirte más en Puebla. Antes de admirar el paisaje o iniciar una larga conversación, lo primero que debes hacer es buscar a la persona que tomará tu orden, debido a que siempre está repleto, el personal se satura y si no eres tú quien se acerca, puedes quedarte esperando por más de 20 minutos, lo siguiente es pedir como entrada unas chalupas, siendo un restaurante de comida típica poblana, puedes tener la tranquilidad de que las preparan de maravilla y tendrás el placer de disfrutarlas en un establecimiento que data de 1925, una verdadera joya histórica, preparan también un excelente mole poblano que es uno de los platillos fijos, pues cada 3 meses van cambiando la carta de acuerdo a los platillos de temporada. Un ambiente familiar y agradable, aunque sobrio y turístico a mi gusto, finalmente no podrás escaparte de una tarde en el Royalty si es que recibes visitas de otros estados o países.

El hotel tiene una buena ubicación, está justo enfrente del Zócalo de la ciudad, lo que hace que su acceso sea fácil y te permita salir muy de mañana o muy de noche y tomar un taxi sin correr peligro.
Fuera de su ubicación, el hotel no me agradó, bueno más que nada las habitaciones. Es decir, la gente en el hotel es muy amable, los precios son accesibles, pero los muebles de los habitaciones son demasiado viejos y los colchones no muy cómodos. Creo que hay mejores alternativas muy cerca de aquí.
Eso sí, debo decir que el desayuno del día siguiente que incluía nuestro hospedaje fue muy rico, ademñas el restaurante te ofrece un ambiente muy agradable y la comida es rica, lo que le dio un plus a la experiencia.