Vic Óptica

Mi papá andaba buscando unos lentes a su gusto, él es muy especial para eso, así que quería unos que llenaran sus expectativas. Decía que no importaba lo de las marcas, con que fueran funcionales era más que suficiente.
Nos pasamos muchas horas recorriendo bastantes ópticas, desde las más grandes hasta algunas pequeñitas que veíamos por ahí, pero ninguna lo dejaba satisfecho.
Consideramos que la misión no había tenido éxito, así que decidimos caminar rumbo al periférico para tomar un camión que nos llevara a casa. Fue sobre las últimas cuadras de la calle 20 de Noviembre que vimos que había un negocio pequeño de lentes, y nos metimos más por impulso espontáneo que por un acto consciente.
Mi padre se puso a ver los modelos de armazón y pocos minutos después percibí que le había gustado uno. La atención de la señora a cargo fue de lo mejor, nos explicó que efectivamente, lo que importa son las micas más que el diseño o marca del armazón, que muchas veces otras ópticas nos quieren vender piezas caras que no son necesarias para el cliente.
Mi padre estaba fascinado con el modelo que había visto, así que se decidió a comprarlos, por lo que le practicaron un examen de la vista para saber cuál era la graduación que necesitaba, éste fue completamente gratis.
Se hizo el pedido y un par de días después pasamos a recoger los bifocales. Ahora mi papá está contento con sus Ferrioni que, dicho sea de paso, no le salieron tan caros como hubiese sido en otros negocios.
La atención, la calidad y los precios son de lo más recomendables, hay lentes para estar en la compu desde 180 pesos.