Museo San Carlos

Con uno de los, a mi opinión, mejores acervos que hay en la ciudad, el Museo Nacional de San Carlos definitivamente es mi preferido en lo que respecta al arte. No sólo por sus exposiciones permanentes sino también por las temporales que llega a traer, siempre de una extraordinaria calidad y con una curaduría elegante y bien cuidada. Desde que uno llega a Puede de Alvarado, la hermosa construcción neoclásica impone, ya dentro uno puede viajar de una corriente artística a otra y también, sin duda, viaja a través del tiempo. Es uno de los pocos museos que conozco en la ciudad que tengan piezas de los grandes maestros el arte europeo. ¿Qué te puedo decir? Si vives o vienes de visita y no conoces este lugar, mejor replantea tu itinerario para darte una escapada a una de las mejores opciones que tienes en la ciudad respecto al arte en México.

Por mucho tiempo viví en la Tabacalera y este fue uno de los edificios que más me impresionó, por su acervo y sus colecciones temporales. Además que detrás de este edificio, hay un pequeño parque. Hay cursos destinados a los niños para que identifiquen y experimenten las piezas que ahí están. Es un edificio construido por el conde de Buenavista y que con el paso del tiempo cambió de giro, fue la Tabacalera Mexicana, la Lotería Nacional y la Escuela Nacional Preparatoria N° 4, hasta que se convirtió en el acervo y museo.

Este impresionante y olvidado museo se encuentra escondido en la colonia Tabacalera, y si bien, no es por todos conocido, el arte que alberga no le pide nada a ningún otro museo de la ciudad.}
El edificio que alberga el Museo Nacional de San Carlos fue realizado por el arquitecto Manuel Tolsá en 1798, y su construcción finalizó en 1905; en su momento fue conocido como el Palacio del Conde de Buenavista. Con el tiempo, el recinto albergó en algún momento las oficinas de la Tabacalera Mexicana, después a la Lotería Nacional y la Prepa 4. Fue hasta 1968, que el INBA decidió que era el lugar idóneo para exponer la colección de arte europeo.
El museo resguarda la mayor colección de arte Europeo del siglo XIV hasta principios del siglo XX del país, en donde se muestran las diferentes corrientes artísticas que se desarrollaron en dichas épocas. Arte Gótico, Neoclásico, Renacimiento, Romanticismo, Manierismo, Impresionismo, Barroco, Realismo y Rococó, pueden ser observadas por todos aquellos que gusten apreciar el arte clásico.
La colección inició a finales del siglo XVIII gracias a la Real Academia de las Tres Nobles Artes de San Carlos de la Nueva España; para después seguir creciendo gracias a alumnos y maestros de la Academia, donaciones de colecciones particulares como la Colección Pani, y para finalmente ser incorporadas obras pertenecientes a la Secretaría de Hacienda.
En lo particular, me declaró perdidamente enamorada de la exposición permanente del museo, en especial de «Adán y Eva» de Lucas Cranach, «La cena de Emaús» de Francisco de Zurbarán y «Entre dos luces» de Pierre Ribera.
El recinto también recibe exposiciones temporales y promueve diversas actividades, entre ella, una sala interactiva para niños y existe una sala táctil para aquellos visitantes invidentes; de igual manera, en su auditorio se presentan obras de teatro. Existen también visitas especiales para grupos de la tercera edad y estudiante de prepa. Y durante la noche de museos, el edificio recibe al grupo de ciclistas que realiza el recorrido.

El Museo Nacional de San Carlos es un recinto enfocado en la difusión del arte proveniente de Europa. Entre el acervo de su exposición permanente se encuentran piezas de pintura gótica, como Madona con el Niño, autoría de Jacopo Carruci.
A pesar de que las dimensiones del edificio son limitadas, en comparación a otros edificios cercanos como el Museo Nacional de Arte o el Palacio de Minería, las exposiciones que alberga en su interior son satisfactorias y novedosas.
Fe, Esperanza y Caridad (2012) fue un montaje con obras del austriaco Gottfried Helnwein, en donde se expuso su pintura hiperrealista, enfocada a demostrar la violencia de una manera pasiva y contemplativa. Entre las pinturas debo destacar En el calor de la noche, cuadro en el que el Pato Donald te invita a seguir la borrachera nocturna en un bar.
En el centro del museo, suelen montarse exposiciones con trabajos experimentales, como una red de mangueras conectadas a jeringas que gotean tinta sobre piedras, con el fin de apreciar las diferentes tonalidades de la tinta cuando es líquida y cuando se aplica constantemente a una superficie.
«En retrospectiva, podría decir que he aprendido más del Pato Donald, que de cualquier escuela en la que he estado» — G. Helnwein

Es poco frecuentado este museo, muy a pesar de la majestuosidad de su arquitectura. Tiene un patio central en forma de círculo y el patio trasero es una delicia por su tranquilidad.
Se especializa en arte europeo desde el siglo XIV. También tiene exposiciones temporales, como de artistas españoles (por ejemplo, la otra faceta de Goya), o corrientes europeas, como el manierismo o el impresionismo. Es un buen comienzo para adentrarse en el tema artístico.
Posee una biblioteca especializada en arte y una cafetería ubicada entre árboles, muy agradable.
Si vas a tomar fotos (aunque sea con el teléfono celular), debes avisar al policía para que no tengas ningún problema.