La Campiña Green Market

Imaginen una mini parcela en casa, donde se producen diferentes tipos de frutas y verduras; piensen en la señora recolectando jitomates, aguacates, guayabas y plátanos, mientras el señor ordeña leche que de a de veras es leche. Ahora imaginen todo eso reunido en un espacio dedicado exclusivamente a vender productos cien por ciento orgánicos.
Suena de maravilla, ¿no? A eso dedican en La Campiña, comestibles producidos a través de la agricultura hidropónica que, además de detonar la idea del «hágalo usted mismo», sirve como ejemplo de que con imaginación y voluntad se pueden crear medios para subsistir, todo ello, claro, siendo amables con el medio ambiente.
Es raro encontrarse con lugares de este tipo; no es que se trate del único en la ciudad, pero sí al menos uno de los más visibles e innovadores de la zona. Visitar este lugar por las mañanas y tardes es toda una aventura: hay mucha gente que apoya a los productores de frutas y verduras autosuficientes y por ello el lugar a menudo luce lleno, a no ser que los productos escaseen o de plano sea la hora de cerrar.
Aunque un poco caro, bien vale la pena pagar por ese litro de leche orgánica que, créanme, nada le pide a la leche de empaque que venden en la tiendita de la esquina.
Productos de calidad, servicio de calidad. No todo se resume a ir a comprar la verdura para el mole de hoya en el supermercado, acá hay una nueva alternativa y bien vale la pena tomarla en cuenta.