A nadie le gusta visitar un hospital, pero nunca está demás saber a cual acudir en caso de una emergencia, elegir uno para una cirugía programada o tener a un bebé. Éste último fue mi caso, elegí el Hospital Santa Mónica de Polanco porque además de que nos quedaba súper cerca de casa, sus instalaciones están completamente remodeladas, es pequeño por lo cual la atención es mucho más personalizada, el área de cuneros es magnífica y amplia, las habitaciones son excelentes(parecen de hotel), pero principalmente, porque es de los poquísimos hospitales a favor del parto y cesáreas humanizadas. Cuentan con una sala de LPR(labor, parto y recuperación) amplia y linda, ya que tiene duela, mats, pelotas para yoga, baño privado, cama y tina, en caso de que quieras tener a tu bebé en el agua. Sus quirófanos son grandes y podría decir que hasta bonitos. Al llegar ahí para mi atención y durante todo el proceso de cesárea y recuperación fue una agradable y reconfortante sorpresa ser atendida por un gran equipo médico y de enfermería, ellas se desviven por atenderte, siempre tienen una sonrisa y son gente muy cálida. Los médicos que atienden ahí y tienen su consultorio de especialidades son muy amables y brillantes, en específico un muy buen anestesiólogo y gastro. Para cerrar con broche de oro, tienen precios muy accesibles y paquetes de todo tipo para las distintas cirujías o intervenciones que pudieras tener. De igual forma el servicio y la atención de urgencias es muy bueno y rápido(lo elegimos en una). Eso sí, al cerrar tu cuenta ten paciencia y desde que te den el alta pídela, porque puede llevarte todo el día.