El Globo

En toda la ciudad, de todos los pasteles que he probado, sólo tres lugares han hecho que me declare fan de los pasteles: mi casa –con los pasteles que hace mi mamá-​, Los Tulipanes –no conozco a una sola persona que diga que las cosas de aquí no son deliciosas– y El Globo.
El Globo es caro, muy caro a mi parecer en cuanto a los pasteles se refiere, pero hay unos que son sacrilegio. Los panes dulces, por otro lado, no me parecen caros y valen la pena por la calidad y el sabor.
Esta sucursal me gusta porque casi nunca hay gente y además tiene un par de mesas para poder disfrutar ahí de un café y un bizcocho. La zona es muy tranquila y, aunque el lugar en sí no da para que te quedes horas y horas tomando café, se pueden pasar un buen rato.
Lo mejor: los paquetes de mini panquecitos y, babeo, el pastel de Amaretto.

Aunque nuestra ciudad esté repleta de estas pastelerías no está de más recomendarlas.
Lo que más me gusta de aquí son los garibaldis (es como un panqué de vainilla con chochitos blancos) y mi otro favorito es el chocolatín.
En cuanto a precio es un poco más elevado que una panadería del supermercado, pero si se encuentra una diferencia en la preparación del pan.
No es que sea mejor o peor, solo es más cuidada y dependiendo lo que busques y los sabores que te gusten aquí seguro que quedas satisfecho. En relación a los pasteles, prefiero mil veces los de «Los tulipanes» un otras pastelerías. (La casita), aquí en el globo aprovéchate y lleva pan, pan dulce o baguettes.
Siempre te sacan del apuro cuando hay alguna comida familiar o vas de visita con alguien, nunca está de más una de las charolitas que venden con panecitos miniatura.