En una casona vieja de la colonia Roma está este pequeño y sencillo restaurante que te da la impresión de entrar en un café informal francés. Es ideal para ir a comer entre semana y ordenar el menú del día. La decoración es simple pero muy original y de buen gusto. Las mesas son amplias y las sillas bajas, los bancos de la barra también están padrísimos. El ambiente es informal pero tranquilo y acogedor. El menú cambia por semana me parece y tiene sopa, plato fuerte y entrada. El pan es delicioso. También tienen comida a la carta. Me encantó el lugar, los quesos buenísimos, la comida muy rica(aunque no fuera de lo normal). En fin de semana lo recomendaría para desayunar o brunchear, en las tardes para un postre y un café. El pastel de ángel está riquísimo y casi no engorda. Comienza tu comentario…
