Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe

Me encantan los templos de Mérida y la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe o de San Cristóbal también me ha dejado sin palabras por su estilo arquitectónico en cuanto la vi de lejos supe que tenía que visitarla. No me equivoqué no sólo su fachada es preciosa, también lo es en su interior y más aún su techo. En sus paredes tiene una serie de pinturas que narran la aparición de la Virgen de Guadalupe a San Juan Diego.
Algo que sí me sacó de onda fue ver una especie de cajas para depositar no sé si limosna o diezmo (igual es dinero) cada tres pasos que daba también vi una especie de veladoras eléctricas (lámparas con forma de veladoras que encendían un foquito rojo en su punta simulando la llama) a las que les depositabas una moneda y encendíà la luz, no pude evitar reírme creo que nunca había visto algo así y si lo he visto pues no le había puesto atención.
El templo sigue siendo precioso y la invitación a que se visite está ahí, es u lugar lleno de historia y definitivamente tiene toda mi recomendación.

Ya existen reseñas de este barrio del centro llamado San Cristóbal, pero para el que no le haya tocado leer un poco de historia dentro de estas reseñas les platico un poco de lo que se, para cuando se funda Mérida, obviamente empieza a expandirse a partir del primer cuadro de la ciudad que es donde está la plaza grande, el palacio de gobierno, la catedral, antiguamente la cárcel que hoy es el ayuntamiento y la casa del conquistador, de este punto Mérida empezó a crecer para todos sus lados posibles, norte, sur, este, oeste.
Cuando se funda la ciudad en el centro y sus alrededores solo habían podían vivir españoles de raza pura y segregaron al resto de la población a barrios, así pues es en cada barrio estaban los negros, indígenas, mestizos, hasta asiáticos había; el barrio de San Cristóbal era poblado por tlaxcaltecas que ayudaron a la conquista española.
La particularidad de su iglesia Guadalupana está en el detalle arquitectónico único entre las iglesias del centro de Mérida.

Iglesia de San Cristobal o Nuestra Señora de Guadalupe.
El equivalente yucateco a la Basílica de Guadalupe en el D.F., si bien no tanto en el aspecto arquitectónico o en relevancia nacional para la devoción católica, pero si al menos en el nivel local, ya que es el punto de llegada de las largas procesiones hechas por los «guadalupanos» o «antorchistas» que son para demostrar su dedicación al culto mariano.
La Iglesia en si es bastante grande, cuenta con una serie de murales que narran la historia aceptada por la Iglesia sobre la aparición de la Virgen María en el cerro de Tepeyac. Lo que más llama la atención al ver la fachada es ese arco a manera de concha, tan característico de la Iglesia.
Como dato curioso: fue la última iglesia del período colonial en ser erigida.

¿Alguna vez te has preguntado hacia dónde van los antorchistas guadalupanos que vemos corriendo en el periférico o por la ciudad cerca del 12 de diciembre? Pues se dirigen a la iglesia de nuestra señora de Guadalupe o iglesia de San Cristóbal.
Siempre he sido del pensamiento que los mexicanos, más que católicos, somos guadalupanos. Dicen los que saben que esta devoción viene de la adoración a la diosa de la tierra Tonantzin, «nuestra madre adorada», madre de los dioses. A la hora de suceder la conquista los naturales de México siguieron adorando a Tonantzin pero ahora en la forma de la virgen de Guadalupe.
Pero bueno, la sucursal guadalupana en la ciudad de Mérida está en el barrio de San Cristóbal y en ella se llevan a cabo celebraciones hacia la virgen morena desde hace más de 100 años. Sin duda un lugar histórico que vale la pena conocer.