La Casa de Kica

Este negocio está lleno de objetos seleccionados por la dueña. Y tiene muchas cosas bonitas y para diferentes gustos.
Recuerdo, la última vez que fui, que había tazas con frases impresas, cojines, muebles pequeños de madera, algunas repisas con cajoneras para guardar curiosidades. Globos, portarretratos, muñecos de peluche, flores de tela, plumas, estuches, libretas de pasta rígida con portadas de diferentes diseños.
Lo atiende su propietaria, una persona muy detallista y organizada. Alguien que la conocía comentó una vez que su casa lucía como casa de muñecas, por todos los objetos que la adornaban y el orden que mantenía. Pues algo de eso hay en su tienda. Y los precios son regulares.

No saben lo difícil que es encontrar obsequios en Guanajuato. Por si eso fuera poco, envolver los regalos suele ser un martirio (al menos para mí, que me obsesiona la idea de la envoltura perfecta). En una de esas travesías de compras navideñas, llegué a la Casa de Kica. Está frente a la Comer, por las oficinas del agua. ¿Qué tiene de especial este lugar? En realidad no mucho: casi no tienen bolsas, la variedad de papel es moderada y los regalos, bueno, no son muy diferentes a lo que hallarías en otros lados. Lo que tiene es la atención. Vaya, todas las veces que he ido me han tratado como si quisieran conservarme. Y créanme, eso es aún más difícil de encontrar en Guanajuato. La señora que atiende es muy servicial, me sugiere, me deja escoger, me consulta. Casi siempre elijo dos o tres pliegos de papel y ella envuelve, lo cual hace muy bien. Si tienes un regalo, ya con caja, y quieres que luzca bien, éste es el lugar.