Tianguis Cultural de Guadalajara

El famoso «cultu» sigue vivo a pesar de los años, y aunque ha variado bastante de cuando lo conocí a lo que es ahora aún cuenta con una oferta bastante interesante para quien se animé a recorrerlo.
Llevaba años que no pasaba por ahí pero es un lugar que no puedes ignorar, cuenta con tatuadores, pircings, ropa alternativa y con diseños originales, artesanías, películas de la época de oro, comida curiosa, algunas cosas de patinetas, etc… Hay de todo un poco, y es que es tanta la gente que lo visita que hasta hacen toquines por la tarde para quien se acerque, eso si, son alternativos pasando del rock al metal. Otra cosa curiosa del cultu es la diversa fauna urbana que alberga, y es que cada tribu convive en paz con otras y no te voy a mentir, se ve curioso.
Al final puedo concluir que es un lugar para darse la vuelta si no hay mucho que hacer, comprarse una nieve y abrir un poco la mente a lo diferente.
Pd. El lugar no huele, apesta a mota, y te la ofrecen cada dos puestos casi casi, así que toma precauciones. Son inofensivos, aunque puede llegar a ser algo molesto.

¡Oh bellos recuerdos! Creo que todas las generaciones pasan por el amor al Tianguis Cultural. Es un espacio en el que se vende toda clase de cosas. Ropa de artistas locales con diseños originales con distintos estilos, algunos son del tipo gótico, dark –Yo soy Darks– hipster, cosplay, rockero, etc.
Van mucho los chavitos que les gusta el Skate. Se llevan sus patinetas y se ponen a practicar los saltos. Se escuchan las tablas caer al piso a lo lejos. A veces se ponen bandas, batucadas, violinistas. Es un ambiente multidimensional. También se venden libros y revistas raras. En algunos lugares las cosas son extremadamente baratas, pero hay otros puestos en los que si tienes que pagar un monto considerable.
El Tianguis Cultural es básicamente una explanada entre edificios en el que se ponen puestos. No lleva mucho tiempo si sólo vas a bobear, pero si te detienes a revisar las cosas que venden si puede tomarte unas horas recorrerlo todo.

El tianguis cultural es el lugar en donde puedes ver conviviendo a hippies, rockeros, darketos y skates, Es el punto de reunión de muchas personas todos los sábados y, aprovechando que se está ahí, se da una vuelta por el lugar y se consume lo que se vende, desde cadenas, anillos, ropa, lentes de sol, atrapasueños, playeras de moda, ánime, libros usados y hay unos puestitos donde vende juguetes viejos que me encanta detenerme a ver para recordar mi infancia.
Puedes tomar una nieve y sentarte en la plaza a observar a las personas, te puede sorprender lo diferentes que son cada una. A veces, en la explanada de la plaza, hay bandas tocando.
Incluso una vez llegue a probar unos lonches de soya que me calmaron lo hambrienta que estaba ese día y estaba rico, cabe mencionar que yo nunca había probado la soya. Los precios son variados, puedes encontrar cosas muy baratas, sobretodo ropa y lentes (que es lo que yo normalmente compro cuando vendo) y algunas otras que si están un poco más caras de lo normal. Supongo que esto ya depende de cada puesto.

Solo una ocasión he tenido la oportunidad de visitar el tan famoso y aclamado «CULTU».
El tianguis cultural es una mezcla de todos los diferentes estilos urbanos que se manifiestan en la ciudad de Guadalajara. De todo se puede encontrar aquí y hasta lo que no esperas también. Definitivamente solo para personas que esté dispuestas a experimentar algo nuevo.
Cuando yo fui, hacía un calor tremendo, por lo que me impresionó muchísimo que muchas personas –a pesar del calor– mantuvieran firme si convicción de vestir completa y totalmente de negro. ¡Yo no aguantaría!
Cuando nos adentramos al tianguis me di cuenta de que en apariencia puede considerarse un lugar algo turbio, pero cuando te encuentras entre sus personajes, vendedores y compradores, te das cuenta del ambiente que se genera aquí dentro.
Un ejemplo de esta armonía que irradia el «cultu» fue esta orquesta de tambores y voces que comenzó a sonar a pocos metro de donde estábamos mis acompañantes y yo. Al sonar de los tambores comenzaron a reunirse dos, tres, cuatro, seis, hasta ocho músicos que comenzaron a generar una canción con el ritmo de la improvisación. La intensidad fue en aumento y después de casi 20 minutos de música y danza imparable, la melodía termino con un gran estruendo al unísono y los aplausos de quienes presenciamos el espectáculo.
Para terminar la jornada de incansable sol, una rusa con chile.
Super tip: te recomiendo que llegues en camión, es muy poco, por decir nada, el estacionamiento cerca de este tianguis y al celebrarse únicamente los sábados por la mañana no es raro que todos los puestos disponibles del estacionamiento cerca estén ocupados por algunas personas que pasean en el cercano parque agua azul.

El tianguis cultural (CULTU) como le conocemos en Guadalajara, es un lugar que como su nombre lo dice, encuentras todo tipo de gente y una gran diversidad y apertura hacia la manera de vivir. Puedes ir hacerte un tatuaje, rastras, comprar un disco, ropa, sombreros, collares, pulseras y hasta una perforación para un pearsing. Se pone todos los sábados enfrente del parque Agua Azul y se llena bastante.
También suelen dar toquines de bandas locales, son chavos que van empezando pero si se avientan buenas rolas. Hay de todo y se presta para que te la pases toda la mañana comprando cosas! No acabaras de ver el tianguis por que a pesar de no ser tan grande, tiene una buena distribución de los puestos.
Este lugar nos llena de tradicion y eso podemos presumirlo…

EL CULTUUUU!!! es toda una experiencia visitar este tianguis. Normalmente lo comenzamos a visitar en la secundaria, en busca de independencia… bueno, los emos ya casi no van desde que los golpearon.
Es el centro de reunión y convivio de muchas tribus urbanas. Puedes encontrar de todo, goticos, punks, metaleros, rockeros y así, menos reggetoneros, esos no entran. Así que si que espera que haya gente muy extraña en sus vestidos, tatuajes y perforaciones. Evita quedartele viendo a la gente como si fuera zoológico. Si lo haces no es que te vayan a destripar ni nada, pero es de mal gusto hacerlo.
Se pueden encontrar muchas cosas. Es famoso el puesto de cigarros del principio, donde venden cigarros de sabores y puritos. También las playeras y ropa. Si no encuentras discos o películas raras que te interesan acá los tienen o te los consiguen. También hay tatuadores y perforadores y en la tarde suelen haber bandas en la explanada.
También hay como el área hippie donde hay gente haciendo batucada, y te pueden dar clases y vender tambores. Y como una antitesis, el puesto donde venden cosas de tipo militar y de campismo. También están los puestos de los que venden «basura» que casi litaral venden lo que se encuentren.
Es toda una experiencia ir, aunque no te sorprenda que de repente huela a marihuana o ver gente haciendo tratos turbios, sobre todo en los alrededores del lugar. Así que no es propiamente un lugar para niños.

Otro de los beneficios de vivir en una ciudad grande como Guadalajara, es que encuentras lugares para todos los gustos, para muestra el famoso «cultu».
El primer lugar al que me llevaron cuando llegué a esta ciudad, fue al tianguis cultural (una chava que conocí en mi primer día de clases, me preguntó si alguna vez había ido, y luego me dijo que no podía vivir en Guadalajara sin conocer el «cultu», así que, el fin de semana siguiente, ahí estábamos… a 7 años de esa experiencia, dicha chava se ha convertido en mi mejor amiga).
El tianguis cultural ofrece un poco de todo para las «culturas urbanas» y la gente «alternativa» de la ciudad. Puedes encontrar playeras de bandas, ropa, zapatos, lentes, discos, libros, películas y artículos para tabaco, entre otras cosas. También hay conciertos y distintos eventos.
Este lugar es un fenómeno muy curioso, es de los pocos lugares donde puedes ver conviviendo a tanta gente de distintos estilos, en santa paz, lo mismo puedes ver a unos punks al lado de un grupo de góticos comprando zapatos y no hay problema, siempre me ha parecido muy interesante esto por que es algo que no ves en cualquier parte.
También hay puestos donde se dedican a tatuar y poner aretes (yo no me haría nada de eso en un lugar que está prácticamente en la vía pública, pero no juzgo a quienes lo hacen).
Es un lugar muy concurrido, conviene ir desde temprano para aprovechar, también hay puestos de comida y bebidas para después de un día largo de caminar y caminar viendo todo lo que se puede encontrar aquí.
Visitar el «cultu» es toda una experiencia, vale la pena darse una vuelta, si no es para comprar, por lo menos para ver como las distintas culturas e ideologías conviven en el mismo lugar, sin que pase nada malo.

El «cultu» es volver al pasado. Lo conocí recién entraba a la prepa y recién definía muchos de mis gustos actuales. Cuando fui la primera vez, recuerdo cómo me llamó de sobremanera la atención ver a tantas y tan diferentes tribus urbanas congregadas y conviviendo en un sólo sitio.
Recuerdo que iba con un poco de miedo porque había escuchado a varios adultos decir que «en ese tianguis hay puros mariguanos». Ni sabían lo que decían, ahí lo mero bueno era la diversidad y la apertura.
El tianguis se instala cada sábado en el mismo sitio, en una explanada muy cerca del Parque Agua Azul o del Teatro del IMSS, justo en la Calzada Independencia.
Los puestos van desde ropa nueva y usada, objetos esotéricos, tatuajes y piercings, artesanías huicholas, libros, cd’s, películas, lentes y baratijas.
Cuando yo iba hace unos años se distinguía perfectamente cuál era cada zona: la de los hippies, los rave’s, los metaleros, los otakus, punks y demás. Ahora la mayor parte se ha homogeneizado y a mi parecer se ha ido volviendo más como cualquier otro tianguis con piratería y ropa de imitación de marcas.
Todavía se siguen haciendo presentaciones en vivo de bandas locales, la mayoría son las bandas típicas de adolescentes, que a veces logran armar un ambiente muy prendido.
Vale la pena ir y conocerlo, quitarse prejuicios, rescatar lo que aún queda de originalidad ahí, y quién sabe, incluso pueden sorprenderse con el descubrimiento de algo nuevo, o no tan nuevo, que no podrían encontrar en ningún otro sitio.

Aunque es tremendamente versátil (ropa, discos, collares, pulseras, patinetas, películas, etc.), me parece que para el bibliófilo este es un lugar obligado.
Al menos yo le tengo un gran cariño por ello. Hace algunos años buscaba como loco la novelita Amphitryon de Ignacio Padilla. Llamé incluso a Espasa, en España, con tal de que me me la enviaran, pero nada, todo mal: hasta que el autor no decidiera lanzar otro tiraje la novela estaba agotada.
En El Cultu (así se le conoce), voy a comprar sin buscar libros en específico, uno nunca sabe lo que pueda encontrarse y es entonces, justo al ver el libro, cuando se toma la decisión. Pues ahí, en un puesto de libros de segunda mano, en pasta dura y con separador de tela roja, casi bañada con luz de catedral… ¡la novela!
Pregunté por el precio, pensando: «que no note cuánto la deseo, es capaz de pedir las escrituras de la casa que no tengo y yo de dárselas». Cuarenta pesos. Lo compré y volví enseguida, hipocondríaco, con la sensación de que le perdería en cualquier instante.
En la FIL de hace 4 años llevé el libro para que Nacho me lo firmara. Cuando se lo entregué me dijo que ese fue el primer tiraje que lanzó en México, que era muy raro, que dónde lo había encontrado. Dudé un momento… pero fui sincero. Ahora, aunque en ediciones más simples, cualquiera puede encontrar la novela.

Era de mis lugares favoritos, creo que poco a poco ha ido perdiendo su toque y es triste porque antes este lugar era una referencia para las culturas urbanas en Guadalajara. La última vez que fui hace como tres años ya no me dieron ganas de pararme de nuevo por aquellos rumbos y antes era mi lugar obligado los sábados saliendo de clases; mis amigos y yo pedíamos aventón en el periférico para tomar el tren que nos dejaba hasta allá, era toda una aventura.
Iba a ver a bandas punks que tenían algunos amigos y se armaba el slam o simplemente a platicar y sentarme en las escaleritas; pero esa última vez que fui ya parecía un tianguis más, misma gente que lleva años en el tianguis me lo ha confirmado.
Lo rescatable que aún encuentro en este lugar es que si buscas algún libro que no has encontrado en ningún otro lado es posible que esté ahí, así que es un buen lugar para encontrar esos tesoros perdidos.

Sobre la plaza Juárez se ubica uno de los tianguis más populares de Guadalajara, mejor conocido como el Tianguis Cultural, punto de reunión de, cómo diría mi maestro de Antropología tribus urbanas, osea todos los mortales.
Además de su amplia variedad en venta de ropa, zapatos, sandalias, collares, pulseras, anillos, lentes de sol, cuadros, álbumes, productos orgánicos, instrumentos de música, libros usados, películas juguetes, cómics, bolsas, artículos de decoración, también hay un área de piercings y tatoos.
Hace casi tres años me puse un arête en la nariz. No confiaba mucho en hacerlo en un lugar público pero cuando ví que todos sus instrumentos los mantenían en un área especialmente cuidad me dio más confianza. Los precios varían por el lugar en el que quieres la perforación y la pieza que te guste.
Casi siempre hay conciertos a los que no me quedo porque la música es nada armoniosa para mi gusto y ya te imaginaras que cuando se prende el ambiente es mejor salir huyendo… jajaja.
También hay venta de comida. Adoro el ceviche de soya, los pinitos y lo que no falta en un tianguis: las papas. Te recomiendo que pruebes la nieve de limón que está a la venta en un puesto que da hacia la Calzada, por donde pasa el Macrobús, eso sí con harto chile en polvo.
PD. También aquí me leyeron la mano, pero ya les contaré en otra ocasión.

Este tianguis es como El Chopo (DF) pero en chiquito. Aquí encuentras de toda la música habida y por haber. Para todos los gustos y edades.
Sin embargo, los que más acuden a este sitio son jóvenes de las diversas culturas urbanas.
A lo largo de la explanada de la Plaza Juárez, se aprecian puestos en su mayoría de cds, ropa, tatuajes y perforaciones, juguetes temáticos, accesorios, y mi favorito: los Kamello Punks, son botas estilo punk inglesas a un excelente precio, así como otros modelos que también puedes mandar a hacer a tu gusto, color y altura. Trabajan sobre pedido.
Les recomiendo el tejuino con nieve de la parte que da a la calle del Macrobus.
Este tianguis sólo se pone los sábados y también tiene música en vivo de banditas locales.

Cuando visito «el cultu», como mejor se conoce, es inevitable no irme unos años atrás –tampoco muchos– en mi época de la secundaria.
El Tianguis Cultural se instala todos los sábados en una explanada cerca del Parque Agua Azul y como su nombre mismo hace referencia, es un lugar donde las diversas culturas convergen, sin afán de estereotipar puedes encontrar a cualquier tipo de personas con diferentes gustos e ideologías y, creo yo, eso es lo más padre del lugar.
Aquí puede encontrar todo lo que se te ocurra como: viniles, libros usados, películas, ropa, accesorios y un largo etcétera. Todo el tianguis está un poco seccionado, hay un lugar exclusivo donde están los que perforan o tatúan –no es por fresa, pero creo que aquí me lo pensaría dos veces– o también está el área donde están los indigenas y venden sus artesanías. Por supuesto que no podría faltar los carritos de tejuino para el calorón.
Si eres de Guadalajara y nunca lo has visitado o eres turista y estás dispuesto a dejar un poco los prejuicios atrás, está es una excelente opción, te aseguro que no saldrás con las manos vacías, vas a caer.

¡Ah! Qué recuerdos tan maravillosos me trae este lugar.
La primera vez que fui, una amiga my querida me llevó con el objetivo de comprar algunas cosas y películas de cine de arte. Quedé fascinada.
El lugar es toda una mezcla de culturas, ideologías y personas. Me encanta como se combinan cualquier cantidad de culturas urbanas y pueden convivir (en la mayoría de los casos) de forma pacífica.
Hay mucha vendimia, los tejuinos y las tortas estilo santuario son deliciosos, también hay comida tipo vegana para aquellos que prefieren no comer carne. La venta de accesorios y ropa es lo que más abunda, aunque también hay antigüedades, música, artesanías, películas, bueno infinidad de cosas.
En la explanada se presentan muchas bandas y grupos, hay gente bailando al sol, que tienen una energía maravillosa, yo más de una vez me he querido unir.
Si vas con la intención de conocer y bobear, y eres de mente abierta, te aseguro que el lugar te va a encantar tanto como a mí.

Este tianguis es el punto de reunión de muchos adolescentes de Guadalajara. En mis tiempos de secundaria podían encontrarme ahí todo el día con mis amigos.
La verdad tengo muy buenos recuerdos de ese lugar. No sólo es un lugar donde puedes comprar cosas, sino donde se arman varios «tokines» de bandas locales, conoces a gente interesante y otros más «posers».
Claro que yo también en mis tiempos de secundaria era más una pose que tomaba, sin embargo aquí era donde me surtía de películas de terror (mis favoritas), playeras de mis bandas favoritas, accesorios de piel, libros de todo tipo (incluso a mi papá le gustaba ir a comprar ahí).
Si te mueres del calor, siempre puedes comprar una rusa o tejuino para alivinarte. Mis amigas y yo teníamos el tianguis dividido en varias zonas como la otaku, que es donde venden monitos de series de tv y películas, cómics, videojuegos y demás; la zona hippie donde puedes encontrar incienso, pipas, instrumentos musicales, ropa de manta; la zona «merol», donde hay playeras de bandas de metal, botas de piel, chamarras de cuero, discos de las bandas de metal locales e internacionales; la zona fresa donde venden ropa de moda, accesorios para el cabello, collares, pulseras.
También puedes hacerte trenzas con hilos de colores, yo eran fan de esas cosas. Varias veces acompañé a mis amigas a que se perforaran en el cultu, y nunca tuvieron problemas con sus perfos, pues todo era muy limpio a pesar de ser un tianguis.
Este lugar es obligado para cualquiera que venga a Guadalajara y quiera ver dónde se juntan diferentes modas urbanas.

El Tianguis Cultural solo se pone los sábados en Plaza Juarez. Es un mercado de pulgas donde encuentras de todo. Antigüedades, tatuajes, playeras de bandas, música, graffiti, conciertos, venta de libros, ropa y comida. Por lo que se caracteriza es por las diferentes culturas que existen en nuestros mundos, desde las que te rigen por tus gustos musicales hasta las de arte o moda.
Cuando vas ves a personas vestidas diferente, siguiendo su propios identidad. También a lo que más se alcanza a preciar es a los jóvenes, los ves en sus skates o haciendo marchas o apoyando a organizaciones. Solo debes tener cuidado con tus pertenencias, ya que es un lugar donde hay mucha gente y la mayor parte es inseguro.
En este tianguis encuentras un mundo totalmente diferente, pero lo padre es que si te quieres empapar del pueblo, este es un buen lugar.

Cuando uno está en su época de «rebeldía» un lugar obligatorio para conocer es el Tianguis Cultural. La idea principal de este tianguis es mostrar las diversas culturas urbanas que habitan en nuestra ciudad y que tengan un espacio para interactuar, pero con el paso del tiempo la idea se fue distorsionando y los puestos empezaron a vender lo mismo, quitandole el valor cultural que se supone que el tianguis debe tener.
Suele haber toquines en vivo de música tipo ska, reggae, rock, etc. y normalmente hay un buen ambiente (dependiendo la banda) y creo que es lo más rescatable de aquí… Bueno, las tortas ahogadas también son buenas pero solo si no eres de estómago delicado.
No se caracteriza por ser un lugar peligroso pero no está de más andar con precaución por el lugar. Tienes que llevar una mentalidad abierta y preparado para el calor y el gran número de gente que acude aquí.