Otros a los que se les prendió el foco de no repetir las clásicas garnacherías –tacos, tortas, quesadillas– y apostaron el todo por el todo para venir a engordar a la banda. Súper grasosos pero condimentados con especias que parecen cortadas del Jardín del Edén estos huesitos se han vuelto los mejores dealers de la colonia. Se ofrecen ante ti, sobre un colorido plato naranja, gordos, rechonchos, pareciera que te guiñan el ojo cada que le entras con una mordida por la izquierda, ora por la derecha, ora por arriba, ora chupando. Interesante que les llamen huesitos pues de modelos nada tienen, au contraire, tienen bastante carne pegada alrededor y si a estos de aunamos que vienen 6 malditos huesos, ¡imagínense! Yo recomiendo que se los echen solitos porque si le entramos a las tortillas y cebollitas asadas que nos ponen en la mesa saldrán rebotando; o si llevan pareja pidan una orden entre los dos y ahí sí, encajen el diente a gusto.