Pipol

Terrible.
The first two things I ordered, they were out of. I ordered a shrimp cocktail. There were two tiny shrimp on top and the rest was surimi and a pink dressing. It tasted awful.
My husband got a pork kebab and there was a long hair in it. The fries that came with it were good, but the hair was distressing.
I also ordered the mushrooms and they were very bland. The croquettes were just fine. The pan de tomate came without any olive oil on the bread and was very dry.
This place preys on tourists. Hopefully if you are thinking of stopping here, you will read this review and find another place. I’m sure you are tired, but I promise that this is not worth the calories or the money.

We ordered a paella vegetale, which they said would take 35 minutes, but ended up taking over an hour. They gave us some free patatas (which were amazing by the way!) to make up for it, but by the time it arrived, it was near closing time so we couldn’t sit and fully enjoy everything as much as we would have liked.
But aside from that, it was hands down the best paella I have ever had! Bursting with flavour and the rice almost melted in your mouth. As a vegetarian, it was sometimes a bit difficult finding good food in Spain, but this paella was unbelievable. Riquísima!

Wählten das Tagesmenü für 15 € bestehend aus Paella Valenciana, Schweinelende und Tiramisu. Vor– und Nachspeise waren durchschnittlich, der Hauptgang war qualitativ und geschmacklich sehr schwach. Der Kellner war unpersönlich, hat kommentarlos bedient und kein Interesse an der Kundschaft gezeigt. Würden das Lokal eher nicht weiterempfehlen.

Cuando estoy por el centro y tengo que quedarme a comer suelo hacerlo en el Pipol. ¿Por qué? Porque tienen un menú muy amplio para elegir, la comida está muy buena, está bien de precio y encima al solecito en su terraza se esta de cine. ¿Se puede pedir algo más? Bueno si encima estás en el centro de Valencia. Como decía no hay muchas variaciones de una día a otro en cuanto al menú porque es básicamente el mismo pero si que es verdad que hay no menos de 7 primeros y 7 segundos para elegir que en pocos restaurantes de menú se ve. Da la impresión que es el típico sitio caza turistas del centro de las ciudades, pero nada más lejos de la realidad. Están en el centro y seguro que hay turistas sentados comiendo pero estamos hablando de uno de los restaurantes con más solera de la zona. Cuando era pequeño ya comíamos alguna vez allí cuando bajábamos del pueblo algún domingo para ir a la Plaza Redonda a cambiar cromos.

Recuerdo que cuando era pequeña y todavía no proliferaban en Valencia los Mac y los King, las hamburguesas más ricas me las he comido en el Asador Pipol.
Mi padre siempre me decía. «Ves, estas hamburguesas son muchísimo mejores que las de los regalitos» Y es que cuando eres pequeño, pues te dejas influenciar por los juguetes que el Mr. Mac anunciaba a bombo y platillo.
Pero mi padre tenía razón, una superhamburguesa completa, con carne de calidad, con todo lo demás, hasta su huevo bien plantao!
El otro día iba yo hambrienta por el centro y cuando ví Pipol, pues me metí a ver si las hamburguesas seguían tal y como recordaba y sí, completamente.
El local, es un bar normal y corriente, que, al estar situado en una zona muy céntrica y peatonal, llena su parcela de acera de mesas que siempre, la verdad que me sorprende están llenas.
El único defecto es que el servicio pues como que te mete prisa en comer para dar más servicio, por lo que no sirven café.

Cuando fuí por primera vez a este local creía que era de comida argentina porque relacioné el término asador con la gastronomía de este país, sin embargo, luego de probar el menú y de ver la carta mi perspectiva sobre el lugar cambió radicalemente porque en realidad lo que se cocina aquí es comida valencia: pura y dura, de pura sepa.
El menú diario, que fue el que yo probé y que cuesta 12 euros, me pareció económico por la relación que existe entre abundancia y precio. En aquella ocasión pedí de primero un gazpacho que tenía cebolla, apio y tomate picado y de segundo una paella valencia exquisita. De postre, creo que todavía lo recuerdo, ordené un pedazo de Tarta de Santiago, la que, por cierto, era bastante grande. El menú incluye también pan y bebida.
Sobre la atmósfera de Pipol os puedo decir que tiene un toque campirano, porque todo el mobiliario está diseñado con maderas. Lo que me desagrada un poco es que falta un poco de iluminación en el interior y que, inclusive cuando es de día, cuando yo fuí, parece que es de noche.
De todas formas, si tienes problemas con el tema de la luminosidad, entonces puedes salir a la terraza donde al parecer se está muy bien porque ésta da una a plazoleta que prácticamente no tiene nada de movimiento de vehículos.