Münn Cafë

Poques o cap novetat comptaré d’este local que no hagen comptat altres Unilocalers, segur. El tracte és pròxim i molt amable, sempre amb un somriure. No he menjat allí i per tant no opinare però si he provat el vermut i algunes de les nombroses cerveses que allí tenen. Ara el barri té un excel·lent lloc de trobada i que aporta un plus especial //
Pocas o ninguna novedad voy a contar de este local que no hayan contado otros Unilocalers, seguro. El trato es cercano y muy amable, siempre con una sonrisa. No he comido alli y por tanto no opinare pero si he probado el vermut y algunas de las numerosas cervezas que alli tienen. Ahora el barrio tiene un excelente lugar de encuentro y que aporta un plus especial

Definitivamente un sitio que me sorprendió muy gratamente. Estuve en el evento invade Patraix y no me esperaba un bar tan moderno, con una carta tan atractiva, tan buenos precios y tan buen servicio. Definitivamente una apuesta segura.
La oferta no es nada super innovador ni de alta cocina, pero cosas muy ricas, preparadas con esmero y con un toque curioso en algunos platos. Comí un día una hamburgesa clásica, con bacon, huevo, etc., y a pesar de ser un plato muy conocido estaba buenísima: la carne en su punto, el bacon crujiente, … de lujo! Y además acompañado de una delicioza Moritz.

Ya estoy deseando volver. Conocí el Münn Café gracias al evento Invade Patraix, y luego vas y lees las reseñas de algunos Unilocalers de referencia y claro, es como cuando piensas en tu cama después de estar una semana de camping durmiendo en el suelo: Oyes como te llama, veeeeen… Así que al ataque! Aprovechando que estaba en Patraix decidí hacer la ultima parada aquí antes de retirarme y probar por supuesto uno de sus famosos vermús caseros con su pipeta de colores. ¡Qué placer! ya estaba bueno de entrada, y conforme le ibas añadiendo el liquido de la pipeta iba mejorando por momentos!
Por otra parte, creo que la palabra que mejor define el sitio es «Buen rollo», o al menos eso es lo que he sentido cada una de las veces que he estado aquí. No tuve oportunidad de ver a Eyka y Mario, pero ya los conocía del evento y son una pareja encantadora, de hecho tengo la sensación de que ese buen rollo que se respira en Münn no es sino una extensión de su carácter.
Un lugar encantador, donde se está muy pero que muy a gusto, y donde ya estoy deseando volver a probar alguna de esas cosas que he leído por ahí que le gustan a los Unilocalers.

Un local original en patraix. Los dueños un verdadero encanto. Los vermus estupendos y las tiras de pollo imprescindibles!!! Muy recomendable. El barrio gana mucho con sitios y gente como la que encuentras aquí.

Bueno, me considero ya un asiduo del Münn café, conocía a Eyka, la dueña, por amistades en común pero me ha ganado como cliente muy, muy habitual XD. Empecemos con sus delicias, lo mejor que tiene es que toda su comida es hecha en el momento y eso es algo a alabar hoy en día en un negocio de barrio, tienen una variedad muy interesante de tostas en su menú con una gran variedad de ingredientes, incluso tiene varias aptas para vegetarianos y veganos como yo, mis amigos me han dicho que sus hamburguesas de buey son deliciosas y sus tartas caseras son de vicio. Para los amantes del drinking dispone de una buena variedad de cervezas y sus vermuts caseros acompañados de sabores originales como cítricos o aceituna son una delicia para el paladar. Eyka y Mario son la simpatía personalizada, siempre te atienden con una sonrisa y tratan a todos sus clientes como se su familia. En resumen es un lugar ideal para tomar un aperitivo antes de comer o comer y cenar allí mismo, os aseguro que no os defraudará pasar a probar sus delicias. Espero que os guste XD

La verdad es que este lugar me ha ido conquistando paulatinamente. Cierto es que lo descubrí de la mano de un cumpleaños y en aquel momento me pareció sobradamente caro para lo que comí, claro que beber, bebimos vermú hasta que nos salió por las orejas, y a veces no nos damos cuenta de esos pequeños detalles.
Desde entonces he ido conociéndolo en diferentes circunstancias y he de reconocer que es un lugar que se hace querer. No sólo porque su vermú está delicioso, sino porque te hacen sentir como en casa.
La comida está muy buena (y eso que me faltan muchas cosas por probar), el ambiente es muy agradable (tanto dentro como en la estupenda terraza se está de categoría) y sin lugar a duda la atención es extraordinaria. Mira que los he visto trabajar ya en varias ocasiones bajo presión y no pierden la atención ni la sonrisa.
Ahora que han cumplido un año sólo podemos esperar que sean muchos más los que nos acompañe, ¡y que podamos seguir disfrutándolo!

Un lugar guay en el que se puede degustar de todo y además sus vermúts son caseros y están excelentes LO recomiendo

No había estado nunca antes aquí, pero en el evento #invadepatraix estaba incluido este local y menos mal porque me encantó!
Comida muy buena y con posibilidad de variar ingredientes (cosa que es genial porque te dice que no está precocinado entre otras). El humus con tomate seco más bueno es que es completamente imposible que esté :D
Después del evento, nos quedamos unos cuantos amigos para celebrar un cumple. Decir que fue divertido es poco, estuvimos como en casa y la cena inmejorable y barato!
Con seguridad volveré, ya lo creo que sí ^^

Cocina excelente y servicio también. Un buen lugar para vermutear

Un sitio precioso y excepcional en pleno barrio de Patraix. Los dueños son muy amables y transmiten un buen rollo que no se ve en muchos sitios. Las coca-​colas estan muy bien de precio, y dan la cantidad necesaria de esta bebida gracias a sus botellas grandes de 350ml.
Gran variedad de tapas y meriendas, es un sitio genial para tomar algo a media tarde, y no es caro para lo original del lugar. Volveré.

Nice place with good vibe. Staff are very friendly. They cook very well and prices are quite affordable, so it’s a good choice for having dinner after a few evening drinks. On my first visit I tried the white vermouth with the blue tube which seems to be people’s most popular choice, but I didn’t like it too much. But following that experience, the owners encouraged me to return try other vermouths and so did I. A couple of friends of mine and I visited again this place. We were taken through all the many vermouths they hold and how they keep bringing new ones from Catalonia every now and then. This time we tried two cocktails with red vermouths. And I have to admit that I enjoyed much more the new mixtures. The red tube one (gin & grenadine) and the house red vermouth was drier and quite good but the one I most liked was the yellow tube one (gin & Cointreau) and a reserve red vermouth. The latter would now be my first choice but I will probably try a new cocktail on my next visit.

Mario y Eika con su Münn Café, pasan a mi lista de top 100, directamente, sin pasar por la casilla de salida, pero con motivos más que fundados. Y voy a contar por qué.
Yo, que soy una envidiosa de cuidado (noooo, que tan solo me copio de lo que es bueno) si me aconsejan algo, allá que voy derechita a probar para poder opinar, no pude evitar entrar en el Münn Café. Inicialmente fui atraída por sus famosos vermuts caseros, pero no fue eso lo que me conquistó. El primero que probé, rojo, bueno, pero me quedo más con el blanco. Cualquiera de ellos con su pipeta de diferente color, para dar un toque alegre.
La siguiente vez que fuimos, a cenar que nos quedamos. ¿Pero cómo, que en el Münn se puede cenar? Fue lo primero que me pregunté. ¡Y vaya si se puede cenar! Aconsejados por María P, pedimos: Pollo con 3 salsas; tortilla con alioli de wasabi; algo de morcilla; hamburguesa con queso de cabrales, rúcula y manzana; hamburguesa con jamón serrano. Quien me conoce sabe que no me gusta la comida japonesa, pero el alioli de wasabi estaba tremendamente bueno y, el resto, nada que envidiar. El rebozado del pollo es de los mejores con diferencia que he probado. Eyka demostró sus grandes dotes culinarias. Y con el coulan de chocolate de postre, mi sueño hecho realidad. Y te remata ver el precio más que ajustado a lo consumido.
Por supuesto, después de esa primera experiencia gastronómica, han habido más ocasiones para pasar la tarde, o para jugar, o para quedarnos a cenar. En todas ellas, me quedo con el toque más ácido de Mario (me encanta, yo soy ácida) y la inmensa simpatía desbordante de Eyka. Eso es lo que me terminó de conquistar.

No tenían cócteles con jengibre pero la dueña se inventó un «Gingerpower» para mí (sí, el nombre también le vino al vuelo, ¿cómo mola?^^) y resultó ser un elixir de perdición. Ginebra, una rodaja de naranja y un licuado servido en una jarrita aparte con zumo de naranja y jengibre. Me hubiera bebido mil de no ser porque ya no eran horas y apagaron la máquina de licuar.
Tenía ganas de venir por los mil check-​ins de otros Unilocalers y algunas fotos que me hacían rodar los ojos hacia varios lados y ¡por fin! El Münn llegó a mi vida en una noche de risas y xarras muy divertida. Lo primero que me vino a la mente cuando entré fue: esto es un bar de amigos. No sé, era como si toda la clientela fueran sus colegas. Luego vi que parte sí, parte no, pero como si lo fueran, y me encanta sentirme como en casa. De hecho estuve en un sofá amarillo que me recordaba al de mi piso de alquiler en Ruzafa, allá por el 2006.
En un momento dado el dueño se puso a inventarse chupitos y nos cayó uno delicioso en la mesa que llevaba vodka, naranja y granadina. Pero yo solo conocí la parte nocturna de esta lugar que muta y se amolda a lo que haya a lo largo del día: desayunos, hora del vermú (hacen catas, DIOS, catas de vermú^^), comidas, merendolas (vi una tarta de zanahoria gorda como una vaca), picoteos, cenas informales y copeteos ¿todo eso? Pues sí. Encima tienen juegos de mesa, rincones con objetos para comprar originales hechos, según pude saber, por artistas del barrio de Patraix. Entre ellas unas mini bambas con mariquitas pintadas ¿puede ser más genial este lugar?
Sé que si viviera cerca sería mi segunda casa, y viviendo relativamente lejos, puede que vaya a ser mi tercera… No digo más porque necesito volver a comerme una burguer de las que he leído por aquí.

Se está convirtiendo en uno de mis sitios favoritos. Como ya han dicho en alguna otra reseña, el trato es estupendo, muy amable y muy de recomendarte según tus preferencias. Dile a Eyka lo que te gusta y lo que no y te servirán comida y bebida muy buenas a un precio estupendo, en un local agradable y acogedor. Y en un barrio-​barrio como Patraix, muy activo y lleno de gente con buen rollo.
El pollo al curry y los revueltos (especialmente el de morcilla) están buenísimos, pero deja espacio para los postres: el coulan con helado de mandarina y la tarta de zanahoria son de otro mundo. Y, ya que estás, deja sitio también para los vermuts y los combinados. Hay un montón de posibilidades, todas buenísimas. Yo me quedo con el vermut blanco y los combinados con granadina y tequila. Maravillosos.