La Tasketa de Juan

El pincho de tortilla muy bueno, va acompañado con un poco de lechuga y mahonesa todo muy bien presentado y sabroso. Se esta muy bien en la terraza que es grande y a la sombra. Zona prácticamente peatonal.
Además el dueño es un viejo conocido al que hacia mas de 20 años que no veía. Volveré seguro.
Nota: que alguien invente algo para mantener a las moscas lejos de las mesas, nada particular de este sitio, es algo en general, hay veces que incluso en verano prefiero dentro si tienen aire para evitar las moscas.

Fuimos a las 23:40. Todavía había muchísima gente cenando y nos dijeron que no iban a cocinar más. Que se cerraba la cocina ya. Así que nada. Ni cenamos y encima nos hablaron fatal. Hay muchas maneras de decir las cosas. Y esa no fue la mejor

Sigue siendo un lugar con muchísimo potencial, pues tienen una carta más que interesante con platos simples convertidos en delicias (por ejemplo, una de las mejores raciones de bravas que he probado en los últimos tiempos) y ni qué decir de su ubicación aventajada… pero, como dice un amigo mío, «defraudas en lo básico». O, diciéndolo más claro: no puedes tener millones de mesas y sólo una camarera porque el resultado no podía ser otro que tardanzas infinitas y caras largas hasta el suelo. La chica no tiene la culpa, dicen mis acompañantes. Bueno, nosotros tampoco hemos hecho méritos para que tarde 15 minutos, no en tomarnos nota, sino simplemente advertir nuestra presencia (y puedo entender que ocurra en el amasijo de 10 mesas que tiene la terraza de la plaza, pero en una de las TRES que hay en la misma puerta del bar…) y que una vez se decide a atendernos todo sean malos gestos, contestaciones secas y lanzar cosas a la mesa casi despectivamente.
Volviendo a lo culinario, dos de los comensales nos decidimos a catar las hamburguesas, porque habíamos oído hablar de ellas y la carta nos abrió el resto de gana. Pedimos dos para compartir, porque no podíamos decidir entre la de potro y la de buey. Por cierto, muy baratas, ninguna llegaba a los 7 €. Debo reconocer que las mezclas de esas carnes tan sabrosas con los ingredientes elegidos fueron perfectas, el sabor me encantó. Sin embargo, el fallo vino en dos sentidos: el primero, ni rastro de la guarnición de la que hablaba la carta («a elegir entre ensalada y patatas», por supuesto la camarera ni nos preguntó ni luego existió acompañamiento alguno); el segundo, y mortal para el sector hamburguesa, fue el pan. Ese pan estaba tan duro que mi pobre compañera, que lleva aparato, se las vio y deseó para poder siquiera hincarle el diente. Yo me afilié a las guerrillas palestinas para lapidar al enemigo lanzando esas letales hogazas.
Por lo demás, los bocadillos de nuestros otros dos compañeros tenían muy buena pinta y algún bocado les pegamos. Al centro, además de las mejores bravas que he probado en los últimos tiempos, compartimos unos voladores, que son calamares a la plancha y están riquísimos. La cuenta, estupenda (y, una vez más, lanzada al aire). Con tercios de Estrella Galicia y botellas de Cocacola de las enormes, salió más que ajustada a poco menos de 10 por cabeza. Salíamos de allí DOS HORAS Y MEDIA después de haber llegado, para 4 bocatas y 2 tapas, muy bien cenados pero… habrá que pensarse dos veces si volver o no.

Ayer por la noche decidi repetir una vez mas en la Tasketa de Juan para ver con que me sorprendían esta vez. Nada mas entrar me encontré con Eva, una chica amable y simpática con un poder de convicción impresionante. Eva desde el primer momento, cogio las riendas de la situación y nosotros solo tuvimos que dejarnos hacer. La verdad es que fue una experiencia única, porque fue ella la que nos dijo lo que íbamos a pedir y nos pareció tan bien que solo tuvimos que darle el si quiero.
Esta vez nos deleitaron con sus famosas hamburguesas pero con un giro inesperado para nosotros, esta vez iban a ser de carne de potro acompañadas con calamares voladores, una tapa que nos llamo la atención ya por su nombre y no pudimos evitar preguntar el porque de este, a lo que Eva nos respondió que les llamaban así porque antes de ponerlos en la mesa ya habían volado.
Que gran verdad, ¡Espectaculares! para cuando nos trajeron el pan que tardo apenas medio minuto, ya habían volado y lo utilizamos para sucar la salsa que también estaba buenísima. Que decir de la hamburguesa, si la de buey estaba increíble, la de potro no se quedaba atrás, con una textura mas suave y mas sabor, nos pareció insuperable. Recuerdo que durante unos minutos se creo un silencio absoluto mientras la saboreábamos y luego todo eran alabanzas y comentarios positivos hacia ese manjar.
Pude observar que había una mesa llena de chicas decorada de una manera muy peculiar, con velas y el Vino o Champagne aparte en su cubo con hielos. Supongo que seria un cumpleaños o una despedida y con estos precios y esta calidad en sus productos va a ser un lugar que voy a tener muy en cuenta a la hora de realizar cualquier evento.
Una vez mas mi recomendación es absoluta y si estáis dudosos y no sabeis que queréis, preguntarle a Eva, ella os lo dira.

Situat en la mateixa plaça de Patraix, lloc de jocs de la meua infància i joventut. A pesar de portar ja un temps obert amb nou nom i amos, només havia provat la seua terrassa a l’estiu prenent unes cerveses. Anit vam anar tota la família i trobarem una taula lliure al costat de la cuina, l’atenció com a clients de tota la vida, amb els nanos súper atents, ens van aconsellar en alguns dels plats, atenció especial a les braves amb una salsa de tomaca lleugerament coenta i els voladors (sépies xicotetes). Quedarem mes que satisfets els quatre per menys de 28EUR. /​/​Situado en la misma plaza de Patraix, lugar de juegos de mi infancia y juventud. A pesar de llevar ya un tiempo abierto con nuevo nombre y dueños, sólo habia probado su terraza en verano tomando unas cervezas. Ayer noche fuimos toda la familia y encontramos una mesa libre al lado de la cocina, la atención como si fuésemos clientes de toda la vida, con los nanos super atentos, nos aconsejaron en algunos de los platos, atención especial a las bravas con una salsa de tomate ligeramente picante y los voladores (sepias pequeñas). Quedamos mas que satisfechos los cuatro por menos de 28 €.

Con el buen tiempo la terraza de la plaza de Patraix, es perfecta para tomar una cervecita. Y en fallas un lugar de encuentro agradable. También unas bravas y un pinchito de tortilla son recomendables con la cervecita.

Ésto podría parecer una reseña, pero no lo es, y pensarás, ya está éste haciéndose el interesante, pero no, esto no va de mí, esto va de una tasca, de una persona y de un barrio, y podría hablarte de lo placentero que resulta sentarte en su terraza una mañana soleada de invierno con unos tercios bien fríos y un plato de la mejor ensaladilla rusa de la ciudad y unos montaditos sencillamente deliciosos, podría hablarte de la entrañable amabilidad con la que serás tratado, del cuidado con el que se nota que hacen las cosas, pero ocurre que además de todo esto, este lugar es el epicentro de una energía que trasciende el espacio que ocupa, porque algo nuevo e interesante está surgiendo en Patraix, uno de esos barrios tan históricos como olvidados, y es que Juan es mucho más que una persona a la búsqueda de un futuro mejor en tiempos adversos, él es hijo del barrio, es de esas personas que establecen y alimentan un vínculo emocional con el lugar que le vio nacer, crecer, partir y de nuevo regresar, se nota que en esta aventura a puesto cariño y pasión, y lo mejor es que se va a convertir, si no lo es ya, en un catalizador para este barrio que está llamado a ocupar un lugar importante en el renacer de esta amada y maltratada ciudad, la Tasketa de Juan no es sólo lo que te ofrece, es lo que te promete, y si como creo, al final las cosas buenas y bonitas se abren paso entre el lodo de la mediocridad para regalarnos un nuevo amanecer, estad atentos a este lugar, porque puede que sea uno de los faros que nos guíe hacia ese mañana que tanto anhelamos.