Si pasas por el barrio no te lo puedes perder. Lleva en esa esquina toda la vida, que yo recuerde, y es bastante porque con pocos años venía a comprar pasteles con mis padres a Notre-Dâme(que está justo enfrente), para llevar a casa de mi abuela. Mi padre siempre hacíà la misma broma con mi madre: «Venga, Marita, ¿vamos al Iruña a tomar una tapita», y no entenderéis la coña, porque el Iruña ha sido reformado parcialmente y ya no tiene ese aspecto de bar«de poll y mosca», como dice mi madre, cuando la modernidad no es su principal cualidad. En esencia no ha cambiado, mismos dueños(un señor muy mayor y su hijo, supongo de mediana edad que lo acompaña detrás de la barra), misma variedad de bocatas deliciosos, con la txistorra como ingrediente esencial y favorito, y el mismo encanto. Han reformado un poco la fachada, el cartel del bar(el anterior era mucho más auténtico, eso sí), pero el papel escrito a mano donde pone: «Tenemos un ajoaceite con sabor acojonante, no desprende olor ni ruidos y es anticongelante», sigue ahí ¡es para enmarcarlo”(podéis ver foto, que la subí para la ocasión). La letra es de antes de la ESO y la EGB, o sea que debe ser letra del padre del negocio ¡qué risa cada vez que paso y lo veo ahí colgado! Sólo por eso se merece unas estrellitas, y es totalmente recomendable la parada. He ido varias ocasiones a almorzar y he de decir que no son la amabilidad personificada, eso me impide darle la máxima puntuación, aunque el hombre mayor me cae mucho mejor que el de mediana edad. Pero como lo que premia al estómago es lo que cae en él y no el que lo prepara(aunque nunca está de más una sonrisa), le pongo cuatro estrellas. Buena calidad de productos, bien cocinados, variedad, todo muy casero y preparado en muy pocos metros cuadrados, que también tiene su mérito. De sus paredes cuelgan cuadros y fotos de San Fermines, hay recortes de periódico de cuando el bar salió en prensa(ya amarillento por el paso de los años) y un ambiente un tanto mágico cuando entras, como de entrar al pasado, a un capítulo de «Cuéntame», o algo así. Además de almuerzos muy ricos a base de tortilla con pimientos, txistorra con tomate, quesos y otras delicias del Norte de España, arrean unos pucheros de no te menees a la hora de comer. Son platos esencialmente de cuchara: pochas, garbanzos, callos… El día que el termómetro baje de los 20 grados me lanzo a por uno de ellos; mientras, me quedo con el bocata de tortilla de patata con ajos, que me encanta, y que además me deja el saborcillo ya para toda la tarde y la mañana del día siguiente(sin contar las veces que se me repite).
Samuel M.
Tu valoración: 3 Valencia
Pese al aspecto un poco descuidado del sitio, la cocina es realmente casera y con el sabor navaro que parece imposible encontrar en Valencia. No te pierdas el bocata de Txistorra con piminetos y tomate.
Luís P.
Tu valoración: 4 Quatre Carrers, Valencia
Si, si, que bueno. Hace tiempo que no voy, aunque creo que no habrá cambiado mucho. Recuerdo cuando vivía fuera de Valencia antes de irme pasaba por Iruña y disfrutaba de su espectacular chistorra, servida en una pequeña cazuelita con sus ajitos y todo… wooow!!! Es un local pequeño pero muy auténtico; de lo que más me gusta es su gente: el padre y la hija. Me encanta!!!
Salva T.
Tu valoración: 4 Valencia
Impresionante la chistorra. espectacular la tortilla de patata, de varios pisos de altura ;-) y de su ajoaceite que es anticongelante, solo decir, como anuncian ellos, que es acojonante. Un bar de toda la vida, atendido por la familia, padre e hijos, con un gran trato y mejores tapas. Ambientado con fotos de los San Fermines, cierran en Julio para volver a la tierra y disfrutar de sus fiestas. Un must eat del barrio.
Nicolau A.
Tu valoración: 5 Valencia
Sí sí, le pongo 5 estrellas a esta mínima y cutre tasca navarra. El porqué tiene una sencilla explicación. He estudiado casi toda mi vida en el colegio de enfrente, y la gran mayoría de sus profesores almuerzan en este bar. Así están… Con el tiempo, no podría acertar las veces que he estado en el Iruña. Con una decoración de lo más kitsch(estilo rústico con motivos de Pamplona), sobresalen el poster del Osasuna de una temporada de los 80, y la ingente cantidad de ristras de ajo. También hay fotos históricas, como la de Induráin con Ángel, el propietario de la Tasca. A este hombre le he visto dar una vuelta a una tortilla de patata de 20 huevos. Todavía no sé qué habilidad tiene para combinar el grosor de la sartén y la gravedad. Increíble. Y encima, riquísima. Pero si almuerzas aquí, por favor, prueba la cazuelita de chistorra con patatas. Grasienta pero irresistible. Con una cervecita en la terraza, eres el jefe. Aprovecha para conversar con Arantxa, la hija de Ángel. Te aseguro que no te arrepentirás. Casi siempre está abierto, menos los domingos y en fiestas de San Fermín, donde se van a ver a la familia. En fin, un clásico de la zona de Cánovas.
Néstor V.
Tu valoración: 3 Valencia
Esta minúscula tasca navarra del año catapum te gustará más o menos, pero es definitivamente auténtica: el señor que lo regenta lleva varias décadas sirviendo sus tapas típicamente norteñas y sólo cierra por Sanfermines para subir a su tierra a honrar la fiesta(y de vuelta traerse embutidos). Lo mejor que puedes hacer en el Iruña, pues, es jugar al navarro fornido y zamparte por pocos euros un bocata de chistorra con pimientos y tomate(esto les sale especialmente bueno). No apetece todos los días, pero igual que de cuando en cuando cae un kebab o una hamburguesa, he incluido a Navarra en el mapa de los bocados de carnes suculentas.
Ruben
Tu valoración: 5 Valencia
Restaurante situado en Valencia. Decoración sencilla, todo lleno de fotos de encierros y del ciclista Indurain. Podemos disfrutar de una amplia terraza. En su carta podemos encontrar buenas tapas: chistorra, espárragos, queso del Roncal, chipirones, calamares todo está buenísimo, recien echo y apunto para comer. Amplia carta de vinos(recomiendo el de Valencia bien fresquito). El servicio fue atento y rápido en servirnos, la verdad es que quedamos muy contentos. El precio rondará unos 15 euros.