Sin ser ninguna belleza, ni el local ni su mobiliario, El Cantó tiene todo el encanto de los bares de barrio castizos. Amplio por dentro y con unas mesas y sillas que nunca comprarías, pero que cumplen perfectamente su función: acoger tu pandero y espalda y permitirte comer un buen desayuno o menú a pocos centímetros de tu cuerpo serrrano. La terraza le sube el caché al lugar, que como bien indica su nombre, está en una esquina favorecida por el sol de las mañanas y los atardeceres, en los que siempre apetece sentarse a tomar algo en el exterior. Cuando pasas a la hora del almuerzo está a reventar de trabajadores de la construcción(bueno, ahora algunos menos…), de mudanzas, cristaleros, albañiles etc que son los profesionales de este momento del día en el que se zampan unas flautas de metro rellenas de variadas delicias no aptas para vegetarianos: longanizas, lomo con pimientos, brascadas… Para el desayuno hay buenas tostadas con queso y tomate y para la hora de comer menú diario variado, bocatas y platos combinados, todos muy tradicionales. No esperes foie ni pato laqueado, pero es que este bar es para disfrutar de lo nuestro y dejarse de florituras. Larga vida a estos bares de barrio.
Samuel M.
Tu valoración: 2 Valencia
Para almorzar, no es el mejor sitio de la zona. El precio es caro y aunque la cantidad es buena, la calidad no tanto. El servicio es eficiente pero no especialmente simpático.
Inés B.
Tu valoración: 4 Valencia
Al volver de vacaciones, el sitio habitual donde suelo irme a tomar un café por las mañanas con mis compañeros estaba cerrado. Así que nos tocó buscar otro sitio… que estuviera a su nivel. Nos deparamos con un dilema: de un lado teníamos la cervecería de toda la vida, más con pinta de tasca que otra cosa, y otra con jamones y una pinta estupenda. Uno de mis compañeros acabó por elegir«al de poblet, que yo soy de poble». Bueno… nadie le contradijo porque la verdad es que todos teníamos ganas de probarlo. Debo hacer un pequeño comentario aparte. He encontrado trabajo en tiempo de crisis, haciendo algo que no es que sea lo que más me guste, pero tampoco está mal… pero lo mejor son mis compañeros, de verdad que los echaba de menos, así que ya sentados, esperando mi tradicional café con leche, súper entusiasmada empecé a contar que tal habían sido mis navidades. Pues que mientras eso vino la chica con el café y se ha ido todo por el aire… Como soy algo bruta, mi primera preocupación fue si le había hecho daño… Pero lo que debo destacar la pronta amabilidad de la chica… que me pidió incluso disculpas(cuando la culpa era claramente mía), y aunque quedara aún un montón de café en la taza, rápidamente se fue y me trajo un café nuevo. Que por cierto… estaba buenísimo y mucho mejor de lo que el del sitio donde solemos ir. Los bocadillos son también tremendos y buenísimos, por lo que he visto(y probado) de mis compañeros. Aunque al final cuando nos fuimos a pagar… hemos visto que como no éramos clientes habituales, nos han cobrado un poco más que a los clientes asiduos… Aún así, es un bar«muy típico» y mola sobre todo por el entorno.