Annaíck

Muy buen sitio, super amables buen servicio y buena calidad precio. La camarera que nos atendio nos recomendo bien i salimos bien comidos por nada lo recomiendo para ir en grupo

Creperia super centrica que siempre nos encanta por sus galletes salados y por sus crepes dulces. Los camareros italianos son mega simpaticos y la decoracion me encanta … Lo que mas me gusta es que hay pinturitas para entretenerse

No encienden el aire acondicionado y te asas.
La comida está buenísima.
Los mejores crepes de trigo sarraceno de Valencia con diferencia.
El local tiene una decoración estilo francés años 60, elementos decorativos únicos como lamparas hechas con botellas de soda de cristal antiguas. La cocina se encuentra dentro de un autobús estilo inglés.
Pide el crêpe de postre con masa de galette

Reservamos ayer para cenar con unas amigas, gracias a los comentarios de Unilocal.Yo no había ido nunca a una creperie, y me ha encantado. Éramos 4 y pedimos una tabla de queso y un gallete para cada una, dos botellas de vino, dos postres, café y salimos a 20 euros. No te quedas con nada de hambre! Además la decoración del sitio genial. Estaba lleno, así que imprescindible reservar. Un magnífico descubrimiento. Gracias Unilocal

Este es un clásico de los crepes. Los crepes están bastante bien, aunque particularmente pienso que son caros para lo que son. También mencionar que los crepes dulces son bastante básicos y las dos veces que hemos pedido de chocolate, nos lo trajeron mal montado y con la mitad del chocolate en el plato.
La atención al cliente aunque no es mala, no es para nada destacable, vamos ni fu ni fa… La terraza de la calle está bastante bien, aunque siempre hay gente tocando a todas horas y pidiendo, que aunque no me parece mal, particularmente me molesta bastante el no poder estar tranquilamente comiendo.
Así que lo siento mucho, pero no es uno de mis indispensables, aunque cuando apetece un crêpe. Es del que tiramos mano siempre. (A falta de que conozcamos uno mejor)

Sin duda alguna no es fácil encontrar un lugar donde una persona celiaca pueda disfrutar de algo como un crêpe. Siempre estoy buscando lugares nuevos a los que poder llevar a mi hermana por esta razón, y la verdad es que salimos encantados.
Yo había estado aquí hacía como 8 años y tenía un buen recuerdo del lugar, pero no había vuelto hasta que mirando en los comentarios de los compañeros Unilocalers me informé de que tenían menú para celiacos (es la ventaja del trigo sarraceno).
Mi padre y mi pareja se decantaron por las galletes con las cosas más variadas y poco habituales. Les encanta probar cosas nuevas, y según opinión general de la mesa fueron sin duda los que más acertaron. Mi hermana y yo recurrimos a las clásicas, porque donde ponga «huevo» las dos vamos directas, desde pequeñas. La tabla de quesos estaba muy buena, lástima que nos la sirviera casi a la vez que las galletes haciendo que fuera complicado comer las dos cosas al mismo tiempo.
De la decoración ya ha hablado mucha gente, pero es que es sin duda un lugar de lo más original y carismático. Nada más te sientas no puedes evitar mirar a todas partes. La atención muy amable, y la limpieza del local excelente.
La única pega es que toda la variedad de helados puede contener trazas de gluten, lo que a la hora del postre es más complicado elegir sin arriesgarte. Dado que tienen esa opción en su carta, deberían tener algun helado para celiacos, que no cuesta mucho y seguro que los harán muiy felices. Aún así, y dado que no podía tomar crepes normales, los pedimos dulces pero con masa de trigo sarraceno (algo a lo que no ponen ningún impedimiento), eligiendo aquellos ingredientes que supiéramos de antemano que no iban a contener nada de gluten.
Conclusión, repetiremos. Y además mi hermana ha apuntado un sitio más en su agenda donde ir a comer.

En primer lugar debo confesar que no puedo ser objetiva al valorar este restaurante porque fue donde tuve mi primera cita con mi chico y fue el principio de nuestra historia de amor (momento ñoño total)
Bueno, a lo que iba, el restaurante es una Creperia brerona, es decir, cocinan crêpes franceses de la región de la Bretaña, están deliciosos, son distintos a los blancos a los que quizás estamos más acostumbrados, son de una masa más oscura y con muchísimo más sabor, con trigo sarraceno y llamadas galettes. Los sirven de forma cuadrada y hay de muchísimos sabores. Mi favorito el Begmesoille (seguramente lo he escrito mal, perdón) de salmón, espinacas y almendras, he subido foto.
Además tienen una selección de quesos franceses que son una auténtica delicia si sois amantes del queso como una servidora :)
Però además de la comida (que reitero, está riquísima) el local es una auténtica preciosidad. La cocina es un autobús, integrado en la decoración del local y puedes ver como cocinan. Las puertas del local son de cristal con aire antiguo con 4 hojas y son una auténtica pasada. Por si esto no fuera poco las lámparas están hechas con botellas de sifón y son otra genialidad del local. Además de la distribución de las mesas e incluso el baño que también tiene su encanto.
Aunque quizás el mayor puntazo del local es que los manteles individuales son folios din A3 donde puedes dibujar con los plastidecor que hay en la mesa en un botecito metálico, eso sin duda, da muchísimo juego y los mejores dibujos decoran las paredes.
La atención siempre ha sido genial y para mi la relación calidad precio es muy correcta.
Aunque en realidad es una especie de franquicia, he estado en Reus también donde el local es muy similar también, si no lo sabes no tienes esa sensación que yo personalmente odio de las franquicias.
100% recomendable :)
(Ya os he dicho que no podía ser objetiva)

Excelente restaurante para todo tipo de ocasiones. El aire bohemio del local es parte de su encanto.
En cuanto a la comida, los crepes salados están deliciosos y son originales, aunque echo en falta variedad y otros ingredientes. Los crepes dulces son maravillosos, ninguna pega.
Si estas en Valencia y te apasiona el mundo del crêpe es visita obligada, eso sí reserva antes ;)

Buen sitio, servicio bastante rápido, personal muy amable.
Nosotros nos pedimos dos crepes salados y uno dulce de postre. Estaban buenos, pero creo que el precio es algo elevado, supongo que por encontrarse donde está; en pleno centro de Valencia, junto al Miguelete.
Algo original que nos llamó la atención nada más sentarnos, es que había un mural en la mesa en el que se podía pintar con ceras.
En resumen, experiencia agradable de domingo que repetiré.

Los creps no son mi comida favorita, aún así este sitio me gustó. El local es muy acogedor y su personal es atento. Te dan ceras o tizas para pintar mientras te traen la comida, al principio no le haces mucho caso… pero luego acabas creyendote Van Gogh.
Pedimos dos creps salados uno con salmon y otro con patatas, bacon, etc. Lo regamos con una botellita de vino blanco. Quedamos bastante satisfechos con la cantidad y el sabor. Ves como lo cocinan, ya que están como en un autobús y siempre me ha gustado que se vea lo que se cuece dentro. Es un sitio con mucho encanto y no es caro.

Este es un clásico de las crepes en Valencia, con 4 locales más por el resto de geografía española y Francia, conforma su propuesta ofreciendo buen producto en locales cálidos y un tanto estrambóticos.
El espacio es muy acogedor y realmente diferente (al menos lo era hace unos 5 años atrás cuando Valencia aún no ofrecía tanta oferta «chic»)
Su símil de furgo wolkswagen metida en la sala y el aire retro del ambiente ofrecen un restaurante distinto dónde comer buenas «galletes» saladas, hay mas de 10 para elegir, todas con sabores muy intensos pero fáciles de comer.
Además disponen de un menú de medio día muy asequible (unos 8 u 9 euros) con todo incluido, eso sí, ciñendote a la crêpe del día …
La carta también incluye buenas ensaladas y tablas de pates y quesos, ademas de la parte sweet, que podrá satisfacer a todos los golosos exigentes… galletes con helado, nutella, siropes y demás pecados para el verano…
En resumen, un lugar dónde ir a cenar con tu pareja u tu amigos sin sorpresas, con crepes para todos los paladares… ah! regadas siempre por una sidra de bretaña, fresquita .y que entra como el agua!

Día fallero, después de la mascletà y pese a lo que pueda parecer en media hora pudimos sentarnos a comer en esta pequeña crepería ubicada en pleno corazón del Barrio de El Carmen, al ladito del Miguelete, el cual puedes admirar mientras comes o cenas en su terraza.
Los creps de este local no tienen la típica masa ni los clásicos rellenos (o a los que yo estoy acostumbrada), así que son una opción original de este plato francés. Son grandes, por lo que te quedas saciado y el precio es ajustado, así que es un lugar apto para todos los bolsillos.
Yo en esta ocasión me decanté por uno con espinacas, queso de cabra y pasas y nueces del cual no sobraron ni las migas, así que os podéis hacer una idea de lo rico que estaba. Lo acompañé de cerveza francesa, por eso de no salirme del país de origen del producto que estaba degustando. A mi, que no soy especialmente entendida en cervezas me gustó, sobre todo la tostada (la tienen de dos tipos)
Por último, para los Unilocalers que tengáis hijos pequeños (o para los que tengáis corazón de niño como yo) los podréis entretener pintando, ya que en cada mesa te ponen un pequeño cuenco con ceras de colores para poder pintar el mantel de papel y dar rienda suelta al arte pictórico que cada uno lleva dentro.

Me encanta este lugar, siempre que nos queremos pegar un caprichito nos dejamos caer por aqui, a los pies del Miguelete.
Lo primero que te llama la atención es su curiosa decoración. Especial, estraña, tenue y como no… El autobús londinense que recorre el local de lado a lado. Crean un ambiente acogedor perfecto para cenas de dos o grupito selecto de amigas. Yo ya he probado ambas :-p.
En cuanto al menú, este se basa en creps o mejor dicho galettes. Y es que como dijo una amiga mia… ¿Que creps mas raros tienen los de la mesa de al lado? Y yo al igual que le dije a ella os aconsejo: no vengais buscando tipicos creps porque no los encontrais. Su masa es especial, tipica de la Bretaña francesa. Y junto la combinación de ingredientes con que los rellenan hacen que cuando decido venir aqui los ojo me hagan literalemente chiribitas :-pp
Y por ultimo, y aqui voy a ser hipergenerosa, (me voy a arrepentir) os contare los tres secretos de este local: su mejor rinconcito es entrando a mano izquierda junto a la ventana, acogedor e increible. La Galette de queso está tan buena que casi beso al cocinero y por último y obvio para el que ya me conozca… Probad su cerveza francesa, ya apaga y vamonos… Deliciosa!

Me recomendaron este sitio varias personas hasta que decidí ir, y en pleno centro de valencia encontré un local pequeñito pero muy acogedor y donde puedes dar rienda suelta a tu aspiraciones artísticas ¡¡ Te dan pinturas para que pintes donde quieras! Bueno, ahí estábamos entretenido como niños cuando llegaron nuestros crepes, bueno galettes, los mejores que he probado desde París.
Disfrute cada bocado, tanto que después tuvimos que ir a bajar la cena paseando por la plaza de la virgen y la plaza de la reina.
¡¡ Bön Appétit !!

Mi sitio preferido para comer un buen crêpe. dios están de muerte tanto los crepes salados como dulces. En cuanto a la bebida os recomiendo la sidra, esta buenísima! El personal fantástico y el sitio muy original con ese autobús dentro jajajaja

Confirmado por franceses de verdad, esta creperia es de calidad y de bretaña como dios manda! Lo mejor es la relacion calidad precio, estan buenisimos con alimentos frescos y bien preparados a un precio muy considerable lo que hace que siempre sea una gran opcion! Las galletes pueden ser tanto dulces como saladas… Y el ambiente te da la opcion de sacar tu vena artistica y pintar mientras esperas la comida! Sensacional!

Mi crepería favorita en Valencia. La cocina está dentro de un autobús. Ambiente agradable, ideal para dos. Mientras esperas a que te traigan la comida, puedes demostrar tu arte pintando sus manteles con las ceras que te ponen sobre la mesa. Una gran variedad: Gallettes saladas, creppes dulces, ensaladas, tortillas… Riquísimo todo. Si te sientan en la terraza, puedes disfrutar de las vistas: La torre gótica de la catedral. ¡No te olvides de reservar mesa!

As charming as everyone says. Somehow, their totally random décor — the kitchen that is inside of a bus, the writing on the wall — hangs together and makes for a quirky, charming little place. For lunch-​goers, they do have a menu of the day (three actually!). We had the 9.90 E one which began with a galette (essentially a flat, open faced savory crêpe). The menu of the day had two galette options — one was broccoli, onions, carrots, with a mushroom sauce, and the other was cod and roasted peppers. Both were fantastic. Then you get a sweet crêpe (the waitress lists the endless options that come with the menu of the day). The Nutella crêpe was pure, simple tastiness (there is also a dark chocolate option for those who aren’t into hazelnut). As usual, the menu of the day includes a drink option. This is a really great lunch option if you are staying near the cathedral.
Do note, though they say they open at 1:30, it is more like 1:50.

Crepería Bretona. BRETONA. No francesa, no «españoles que hacemos crêpes». Y galettes como las de verdad, las de Brest, con trigo sarraceno. Si os apetece probar un rinconcito de la deliciosa gastronomía armoricana, no lo dudéis, éste es vuestro restaurante!
Por supuesto, lo primero que te llama la atención es el magnífico autobús que tienen dentro (–OH DIOS MÍO, ¿ESO ES UN AUTOBÚS? –Sí, es un autobús, tranquilo… -¡Y con veneras por encima! Hay que entrar, no hay discusión posible!) y, por si fuera poco, PLASTIDECORS EN LAS MESAS (–A rayar el locaaaaaaaal!!!) con los que puedes decorar el mantel, las paredes y, por qué no, la cara de tu vecin@
Pero la sorpresa viene cuando ves la carta… Son galettes típicas, muchas de ellas! Por supuesto, tienen algunas más adaptadas a los gustos españoles y algunas bastante originales, pero los clásicos son los clásicos, y aquí los conocen tanto para galette como para crêpe.
Recomiendo encarecidamente como postre la crêpe de crema de castañas (crème de marrons) muy típica en Francia, y, para acompañar la comida, sidra nature. La galette da igual, todas están buenísimas!

¡Qué gran descubrimiento para los que somos «algo especiales» con la materia prima!
El local es encantador a la vez que original y la atención al cliente es más que correcta pero… encontrar una crepería que elaboren sus «galletas» con trigo sarraceno es un hallazgo.¡ absolutamente maravilloso!
Mmmmm…qué bien sientan y qué ricas qué están…

Enamorada de sus crepes (mejor dicho galettes) desde el día que pisé por primera vez este establecimiento. Tienen una carta variada, con productos de calidad. El trato es fantástico. Además he visitado este establecimiento en otras ciudades y sigue pareciéndome un lugar excepcional para ir a comer o cenar.
Además tienen un menú a mediodia que está muy bien y no es caro.

This little restaurant tucked away behind the cathedral has without a doubt the best crepes I’ve eaten in Valencia (or anywhere in Spain for that matter). Apparently I’m not alone in this opinion as the place is regularly packed to capacity. The wife and I have eaten there on many occasions (when we managed to get in) and have yet to have a bad meal.
The menu covers the full range of crepes from savory (crêpes au Sarrasin) to sweet. My particular favorite is the Crêpe de Nutella, and we often come in for a quick dessert treat after dining elsewhere.
The décor is somewhat unusual. The tables are covered in white paper and a small cup of crayons. You are encouraged to tap your inner artist while you wait for your meal to appear. The walls are also covered with the work of prior artist diners, some of which is surprisingly good. Oh, and don’t mind what appears to be the bottom half of a double-​decker bus sitting in the middle of the restaurant; that merely seems to be the kitchen.